Cinco detalles insólitos del Superclásico que Boca y River podrían reeditar en EE.UU. con el Mundial de Clubes

Agustín Aboy

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El Superclásico es el producto comercial de la Liga Argentina por excelencia. El partido que mayor audiencia televisiva convoca, el que más clicks genera en la previa y el post, el que más importa en el resto del mundo.

El Boca vs. River o River vs. Boca en la última década fue exportado a México y España, con un amistoso en el Azteca en 2014 y la final de la Libertadores 2018 en Madrid, que se jugó en España luego de los incidentes en el Monumental pero bien pudo haber caído en cualquier escenario mundial, sea Abu Dabi, Moscú, Los Ángeles, Asunción o Londres.

En el 2025, Estados Unidos puede ser una nueva sede de un Superclásico oficial porque los dos clubes participan del Mundial de Clubes que se jugará en el país norteamericano, y está la posibilidad de que se crucen en algún momento del torneo que ya tiene sus sedes anunciadas.

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Aun así, esta no sería la primera vez en la que el Superclásico llega a las tierras del norte. De hecho, la primera vez que el choque principal del fútbol argentino se movió bien lejos del Río de la Plata fue para hacer su desembarco en Estados Unidos, hace más de 20 años y para un amistoso bastante particular.

El sábado 15 de junio de 2002 River derrotó a Boca por 2-1 en Miami. Carlos Tévez, Guillermo Barros Schelotto, Roberto Abbondanzieri, Rolando Schiavi, Marcelo Delgado y Nicolás Burdisso fueron algunas de las figuras de Boca presentes y Fernando Cavenaghi, Ángel David Comizzo, Andrés D'Alessandro, Leonardo Astrada, Martín Demichelis y Chori Domínguez estuvieron con la camiseta de River.

Lo que podría ser uno más de los muchísimos amistosos que jugaban entre los dos clubes en esas épocas (sí, en una época no muy lejana Boca y River se enfrentaban entre dos y cuatro ocasiones por año en amistosos, además de los choques oficiales) quedó como un partido muy poco recordado, de los menos presentes en la memoria, pero con más detalles peculiares para rememorar.

Cinco detalles insólitos del Superclásico que Boca y River podrían reeditar en Estados Unidos

1- Un Superclásico en medio de un Mundial

Este choque de verano, pero del verano estadounidense, se disputó el mismo día que se enfrentaron Alemania vs. Paraguay y Dinamarca vs. Inglaterra. Cruces del Mundial Corea-Japón 2002, que estaba comenzando sus octavos de final.

Argentina había sido eliminada en fase de grupos de forma sorprendente apenas tres días antes, pero más allá de eso River y Boca estaban de pretemporada en Estados Unidos, buscando escapar del frío argentino y también de recaudar dólares en un año muy complicado de nuestro país.

Hubo antecedentes de esto, pero ya en una época mucho más distante: cuatro Superclásicos amistosos disputados en el interior del país (Jujuy, Santa Fe, Bahía Blanca y Cipolletti) mientras se realizaba el Mundial Alemania 1974.

2 - Un Superclásico sin TV en vivo

Desde hace un par de años, hasta los Superclásicos de Reserva son emitidos en vivo por televisión o streaming. A inicios de este siglo el fútbol ya era un producto 100% de la TV también, pero increíblemente este amistoso en Miami no tuvo emisión de TV en vivo en Argentina. Los relatos de algunas radios y las notas de color del programa VideoMatch de Marcelo Tinelli son los pocos registros audiovisuales que quedaron.

Los diarios fueron los que más le contaron la historia de este choque a los hinchas, aunque también destacaron mucho al domingo siguiente el triunfo de Los Pumas ante Francia en un test match, lo que muestra la importancia relativa de este amistoso.

3 - Un Superclásico con una remontada increíble y goleadores sorpresivos

A los siete minutos de juego, Nicolás Burdisso marcó el 1-0 para Boca en Miami. A los 33 minutos del primer tiempo el partido ya tenía un expulsado por lado: el propio Burdisso en los Xeneizes y el chileno Alejandro Escalona en River. Y cuando todo parecía definido para los de azul y oro, Matías Lequi empató el partido a los 44 minutos del segundo tiempo y un minuto más tarde Juan Pablo Raponi le dio la victoria por 2-1 a River.

Lequi, que jugó dos temporadas en River, solamente marcó 3 goles oficiales en el club mientras que Raponi, un juvenil de 20 años, no anotó goles en el Millonario en ocho partidos oficiales.

4 - Un Superclásico con el debut de un DT

No es habitual que un entrenador comience su etapa en Boca o River en un Superclásico por más que se trate de un amistoso, pero estos choques en plena pretemporada podían generar esto. River, campeón del Clausura 2002, no le renovó el contrato a Ramón Díaz y contrató al chileno Manuel Pellegrini, que empezó a trabajar en el club en ese mes de junio y tuvo su primer partido con el 2-1 ante Boca.

Luego de esta victoria, el Ingeniero dirigiría otros cinco Superclásicos oficiales o amistosos: no ganó ninguno de ellos hasta su salida de River en diciembre de 2003.

5 - Un Superclásico con muy poco público

El Superclásico despierta interés por más que no lo jueguen las grandes figuras de los equipos, y era toda una novedad en Miami, una ciudad con mucha población latina e incluso muchísimos argentinos viviendo en esa zona. Sin embargo, poca gente acompañó este encuentro en el 2002. No hay datos de la cifra exacta de asistentes a la cancha o la recaudación del evento, pero por lo que muestran las imágenes de aquel día, muy probablemente no haya sido un gran negocio para los organizadores y no se volvió a repetir.

Para colmo, todo acabó con una invasión de campo de varios de los fanáticos que asistieron al ya demolido estadio Orange Bowl.

Agustín Aboy

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Agustín es productor de contenidos para Sporting News. Comencé con los sitios globales de NBA.com en 2019. Enviado al NBA All-Star Game Chicago 2020. Frustración en la práctica de una gran cantidad de deportes, placer en contarlos desde afuera.