Llegados a 1997 el baloncesto femenino en Estados Unidos estaba experimentando un considerable auge. Las Connecticut Huskies dos años atrás se habían coronado campeonas de la NCAA sin perder un solo encuentro (35-0) a lo que le siguió el oro en los Juegos Olímpicos en Atlanta 1996. Lisa Leslie y Rebecca Lobo comenzaban a ser reconocidas por el gran público. Sin embargo, el paso del mundo amateur y de selecciones al profesional seguía siendo incierto.
No habían sido pocos los intentos de lanzar una liga profesional que explotase los mejores años de las jugadoras más destacadas y les diese un horizonte competitivo. La Women's Professional Basketball League hacía tiempo que echó la persiana dejando algunas como Ann Meyers o Molly Bolin en la estacada. A esta le siguió la WABA que se desarrolló entre 1992 y 1995 antes de dirimirse al calor de la competición que iba a capitalizar el mercado: la WNBA.
El 24 de abril de 1996 la Junta de Gobernadores de la NBA aprobó el concepto de la competición que daría inicio al año siguiente, siendo conformada por ocho equipos: Charlotte Sting, Cleveland Rockers, Houston Comets, Los Angeles Sparks, New York Liberty, Phoenix Mercury, Sacramento Monarchs y Utah Starzz. Este concepto de liga que iniciaría cada año coincidiendo con el término de la NBA contó con el apoyo de importantes compañías como General Motors, Coca-Cola o Nike así como con la seguridad de que 33 encuentros televisados por diferentes cadenas estadounidenses y que sería exportado a más de 150 países en su primer año.
"La gente cuestiona nuestra motivación'', dijo Rick Welts, Presidente de NBA. Properties y la principal comercializadora de la liga femenina. "Eso es descaradamente injusto. Nuestra motivación es que este es el momento adecuado. Somos transparentes sobre cómo lo podemos conseguir. Por eso estamos haciendo esto''. El timing era perfecto pues mientras la atención estaba puesta en las Finales de la NBA, la WNBA era la continuación perfecta para aquellos que querían seguir en contacto con el deporte durante el verano. "Es un momento maravilloso para redefinir la mejor época para jugar al baloncesto", dijo Nancy Lieberman-Cline, veterana base de las Phoenix Mercury días antes de que la competición arrancara.
Entre la expectación y las dudas el 21 de junio de 1997 Los Angeles Sparks recibían a las New York Liberty en el Forum en el que iba a ser el primero de un número infinito de partidos que la WNBA disputaría desde aquella temporada inaugural.
El inicio
El emplazamiento era el mejor posible y más de 14.000 personas abarrotaban las gradas del mítico estadio angelino expectantes ante la novedad. Jeffrey Osborne sería el encargado de cantar un himno nacional que emocionaría a más de uno mientras las jugadoras batallaban entre los nervios y la motivación del arranque que sería televisado por la NBC.
"Todo fue como una fiesta de presentación gigante para una nueva liga", dijo Welts. "Esperamos que fuese un símbolo del cambio que estaba ocurriendo en nuestra sociedad, ya que se relaciona con el papel de las mujeres y las oportunidades para ellas", agregaba.
No era para menos. Sobre el parqué algunas de las mejores jugadoras de la historia de la liga y el deporte como Rebecca Lobo (Liberty), Lisa Leslie (Sparks), Teresa Weatherspoon (Liberty) o Tamecka Dixon (Sparks).
"La gente pueden decir lo que quieran en este momento, pero deben ver el partido y entonces emitir juicios", avisaba Lobo en la previa del duelo enfocado por la prensa como un primer cara a cara entre la interior de las Liberty y la estrella de las Sparks, Lisa Leslie.
Las expectativas se cumplieron y en definitiva aquel cara a cara acabó por copar todas las miradas durante el encuentro. Penny Toler inauguró el marcador con la primera canasta de la historia de la WNBA a pase de Jamila Wideman que fue resuelto con un lanzamiento en los aledaños del aro. "No lo sabía en ese momento. Pero mirando hacia atrás, es un honor que me encanta tener. Solo puede haber una primera canasta", dijo a ESPN en 2016.
A partir de ese momento los nervios se apoderaron del duelo en un juego de ida y vuelta, atascado y con innumerables fallos que dieron como resultado un total de 44 pérdidas entre ambos conjuntos con un 43% de acierto en tiros de campo para las Liberty y un 30% para las Sparks.
Lobo y Weatherspoon dominaron este encuentro de vertiginoso ritmo pero trabado en la anotación, combinándose para 16 puntos por parte de la interior y 10 asistencias por la base para liderar a las suyas al triunfo por 67 a 57. "Fue un partido feo", diría Lobo al NY Times en 2016. Leslie, por la parte contraria, brilló con 16 tantos, 14 rebotes y 2 tapones, uno de ellos a Weatherspoon que acabó siendo una de las imágenes del choque por la reacción de la ex de USC.
Primero de muchos
La competición continuó de la mejor manera pues apenas dos días después las Utah Starzz fueron las primeras en romper la barrera de los 100 puntos precisamente ante las Sparks, ganando por 102 a 89 en la que sería la más importante de las siete victorias que consiguieron en un año complicado para ellas pese al buen nivel de Wendy Palmer.
Los 28 encuentros programados para cada equipo en aquella temporada inaugural dieron como resultado un claro dominio de dos conjuntos: New York Liberty y Houston Comets. Entre los dos equipos lucharon por el primer puesto de la Conferencia Este que acabó siendo para las texanas con un balance de 18-10 por 17-11 de sus rivales gracias a la impresionante actuación que Cynthia Cooper desplegó durante todo el curso y que le valió ser nombrada MVP a razón de 22 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias de media.
Algo que mantuvo en la lucha por el campeonato, donde tomaron parte Comets, Liberty, Mercury y Sting, en series a partido único para garantizar el espectáculo. En la final los dos mejores equipos posibles, Nueva York y Houston que deleitaron al público de The Summit en una demostración defensiva de las texanas que vencieron por 65 a 51. Cooper sería nombrada MVP de las Finales por sus 25 tantos en el duelo en el que fue el primero de tres campeonatos consecutivos de la WNBA.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.