Con Joel Embiid anulado durante buena parte del encuentro por la doble marca de Brooklyn y un James Harden apagado e impreciso, fueron las segundas figuras las que tomaron el escenario para que los 76ers se pusieran 2-0 sobre los Nets. Esta vez, con una victoria por 96-84, en un partido inclinado en su favor en la segunda mitad (52-35).
Si bien Embiid terminó maquillando sus números en el último cuarto (20 puntos, 19 rebotes y 7 asistencias), lo cierto es que los Nets tuvieron complicado al camerunés durante toda la noche, evidenciando sus habituales problemas para resolver algunos tipos de defensas: especialmente las doble marcas y el fronting.
En favor del probable MVP de esta campaña, y en contraste con otros tiempos pasados, Embiid no forzó la marcha (apenas 11 lanzamientos) y siguió buscando explotar el 4 vs. 3 que quedaba para los Sixers en el resto del campo cada vez que atraía dos defensores.
Philadelphia masacró a triples a Brooklyn de esa manera en el primer partido, pero esta vez falló demasiados de esos tiros abiertos (11 de 35 de tres). Sin embargo, entre una suba en la precisión en el segundo tiempo, un trabajo defensivo superlativo y un Tyrese Maxey imparable para los Nets, los de Doc Rivers terminaron por resolver el trámite con bastante facilidad.
TYR3SE. pic.twitter.com/k4NBO3fVFd
— Philadelphia 76ers (@sixers) April 18, 2023
Maxey terminó la noche con 33 puntos y un 13-23 de campo, mientras que Tobias Harris contribuyó con 20 puntos y 12 rebotes, con un 8-14 en lanzamientos. Suficiente para compensar lo poco de Embiid y el 3-13 de Harden.
La estrategia defensiva de Brooklyn puede servir para que Embiid no anote 30 puntos todas las noches. Pero a la larga, defender constantemente 3 vs. 4 resulta muy poco conveniente en una NBA donde el 90% de los jugadores son capaces de anotar tiros abiertos a pie firme.
En Brooklyn se destacó la labor de Cameron Johnson con 28 puntos, mientras que Mikal Bridges sumó 21. Sin embargo, los 84 puntos totales marcan a las claras los problemas que tuvo Brooklyn para combatir con la superioridad física de Philadelphia, que lo aplastó en los tableros: 56 a 33 en rebotes totales.
Los Sixers defendieron duro, no perdieron la paciencia ante el mal partido de sus figuras e hicieron pesar su clara ventaja de talento para ponerse 2-0. La serie ahora se traslada a Nueva York.
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