Una de las críticas más repetitivas que un sector notable de aficionados realiza al juego que se prodiga en la NBA es la falta de defensa. Como si durante 48 minutos los dos equipos participasen en una bacanal ofensiva sin poner una mínima atención en la protección del aro propio. Sin embargo, la realidad es bien distinta. No solo porque las diferencias de normativa y campo entre el ecosistema FIBA y el que se da en la liga estadounidense son notables, sino porque los estilos también son distintos. Eso hace que en el intento de trasladar lógicas que funcionan en un contexto al otro acabe resultando un esfuerzo en vano. Sí, en la NBA se defiende a un alto nivel, pero exponer mil datos no sirve para convencer al escéptico, sino usar ejemplos tangibles de que el relato no es tal como se dijo. Y el mejor caso para ello es Miami Heat.
Hace mucho tiempo que Erik Spoelstra abandonó la cuerda que seguían la gran mayoría de entrenadores en la NBA. En un momento de cambio como este, tratar de hacer algo diferente puede ser garantía de éxito, pero para ello no solo hay que tener una buena idea, también saberla llevar a cabo. Tener razón o una gran hipótesis nunca es suficiente, pues en esto mandan los jugadores y el entrenador no puede aspirar a controlar hasta cuántas gotas de sudor caen al suelo por parte de sus pupilos como antaño. El liderazgo sigue siendo una parte crucial en la receta del éxito y la figura de Spo es algo incuestionable en el seno de la franquicia de Florida.
Sobre los pilares puestos por su predecesor y maestro, Pat Riley, Spoelstra le dio forma a un proyecto cuya esencia reposa en la defensa. Con la actitud no es suficiente, hacen falta herramientas, cuantas más mejor y Miami Heat ha llegado hasta este punto gracias a ser un incómodo oponente al que atacar. ¿Por qué? Por la variedad de defensas que pueden plantear, no ya en el transcurso de una serie, sino en el desarrollo de un partido o incluso de un cuarto.
Versatilidad.
Esa es la palabra que define a Miami Heat.
Tan pronto están en zona como pasan a individual o están desplegando una presión a toda cancha y un esquema para el bloqueo directo extremadamente agresivo.
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"Creo en la versatilidad, la dureza y en tipos como Jimmy Butler que lo impulsan", respondió Spoelstra tras ganar a los Celtics en el séptimo partido. "Si tus mejores jugadores no son defensores es difícil crear una buena defensa. Tenemos a Jimmy Butler y Bam Adebayo, que se preocupan por defender y hacer lo difícil. Es bastante fácil descifrar el resto de cosas, y los esquemas defensivos no lo son. Se trata de comprometerse a hacer cosas difíciles".
En la era del cambio automático los de Florida han optado por hacer gala de un libro de planteamientos defensivos que nada tiene que envidiar a cualquier club europeo que se precie. Con la enorme diferencia de tratarse de un escenario con pocas similitudes, rivales capaces de anotar desde cualquier espacio y con un criterio arbitral también distinto. Solo a través de su radical apuesta por ser alternativos puede comprenderse cómo un octavo clasificado ha podido llegar tan lejos, estando a un paso de ser campeones. Incluso a pesar de tener a nombres como Adebayo, Butler, Lowry o el lesionado Herro.
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En estas Finales NBA 2023 Miami Heat ha vuelto a sacar músculo, a demostrar que son el proyecto más impredecible de toda la NBA y contra el que mejor no apostar. Esa mezcla de cohesión grupal a todos los niveles, casi como si de una religión se tratase, unida a la propuesta táctica les convierte en un caso único.
“Lo más importante es que hay una base y una responsabilidad ante un sistema", dijo Spoelstra durante las Finales de 2020. "¿Son las tuercas y tornillos del sistema un poco diferentes de cómo solían ser en los años 90? Sí, el juego es diferente y evolucionó. Es un juego marcadamente distinto, desde el tiro y el nivel de habilidad e incluso el nivel de personal de lo que era hace 20 años. Así que nos hemos visto obligados a adaptarnos y hacer algunos ajustes. Pero cómo Pat desarrolló un sistema, donde hay consistencia en la estructura y la responsabilidad, todavía nos adherimos a eso".
La manera que están llevando a cabo su particular propuesta en este 2023 se basa en combinar todo tipo de defensas, desde lo más tradicional a lo vanguardista.
La zona es el recurso más evidente y mencionado cuando se habla de este equipo. Antes del arranque de la eliminatoria Juan Estévez analizó aquí en Sporting News el funcionamiento del sistema zonal. No obstante, Spoelstra lo ha modificado ligeramente para estas Finales, de tal modo que no se trata tanto de una herramienta que se rige por marcos clásicos, sino mutable, abierta a cambios y, sobre todo, que bebe del scouting.
El planteamiento zonal es diferente con y sin Jokic en cancha. Si el serbio está presente el objetivo primordial es negarle la recepción, pero no con Adebayo, sino con un exterior que aproveche su rapidez en lugar de contestar el físico.
Como puede apreciarse, esta zona no es algo cerrado, con unas áreas de intervención para cada jugador, sino que muta, que avanza y se desarrolla dependiendo de lo que haga el oponente. Con esto Spoelstra no trata de forzar un cambio en el juego de los Nuggets, sino hacerles sentir incómodos y, sobre todo, controlar en qué lugares van a jugar en ataque. En cierto modo, Miami pretende con esto liderar desde la defensa. Tener la hegemonía del juego.
Si la zona Spoelstra la guarda para momentos cruciales y solo aparece tras canasta, hay otra carta que el técnico se guarda para instantes clave como es la presión a toda cancha. Esta estrategia, que usó brillantemente en el segundo partido, fue aplicada únicamente tras lanzar tiros libres. Esto es un clásico.
Así sus jugadores pueden organizarse rápidamente, llegar a los espacios que buscan y desplegar la estrategia con éxito. De nuevo, esta presión no busca replicar aquello que tanto se ve en el mundo FIBA, con traps o posibles robos. Más bien, Spo desea que el ritmo de los Nuggets se incremente, que no puedan pensar y, en consecuencia, les cueste más anotar.
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El último pilar que vertebra la defensa de Miami Heat en estas Finales está siendo su organización del bloqueo directo. Sin una estructura adaptable, abierta a cambios (que no necesariamente a cambiar), no puede pretenderse ganar. A día de hoy es imposible ser campeón sin una defensa del pick&roll de absoluta élite. Y Spoelstra sabe cómo hacerlo.
El problema es que los Nuggets plantean escenarios alternativos, donde los roles tradicionales se invierten, lo cual significa que Jokic puede acabar siendo el manejador en un momento dado. Frenar al serbio en cualquiera de sus formas es la llave que abre las puertas a una posible victoria sobre Denver. Todo orbita alrededor suyo, de tal modo que Miami organiza todo en función de cómo mitigar su impacto.
Es aquí donde aparece la figura de Kevin Love, rescatado de urgencia en el segundo partido. El veterano está lejos de ser un gran defensor, pero sí es alguien muy inteligente, que sabe cómo reaccionar y leer las situaciones. Así, el ex de los Cavs fue fundamental en el esfuerzo colectivo, pues con un timing perfecto ejecutó el planteamiento del bloqueo directo que Spoelstra quería y necesitaba para ganar. ¿Cómo? Siendo muy agresivo como ayuda ante los desbloqueos del Joker:
El plan para frenar a los Nuggets en el bloqueo directo consiste en subir líneas. Eso se traduce en que Adebayo pondrá su atención en el balón junto a quien persigue al manejador. La posible grieta se encuentra en Jokic, pues si la bola llega a sus manos en condiciones normales la canasta es segura. Ahí es donde entra Love, que está pendiente siempre de anticiparse y actuar en consecuencia. Si Denver cae en la trampa, Miami desplegará una cadena de rotaciones defensivas para evitar que el rival anote.
Los pequeños detalles marcan la diferencia y a estas alturas del curso no existe una receta mágica que vaya a hacer que el oponente se derrumbe de un golpe. Hacen falta decenas de pequeños toques para tirar abajo la muralla y adentrarse en la ciudadela. Miami Heat tiene claro cómo se ganan las eliminatorias y tiene una hoja de ruta para llevarlo a cabo.
"Poner algo de presión sobre el balón. Hacer bien el balance defensivo. Poner nuestras manos en balones sueltos y simplemente desafiar cada pase, cada tiro". No hay mejor resumen de la Cultura Heat que estas palabras de Jimmy Butler tras ganar el segundo duelo.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.