Mencionar el nombre de LeBron James ha sido siempre sinónimo de solvencia y regularidad, incluso a estas alturas de su carrera, con más de 60.000 minutos en sus piernas, sigue rindiendo al máximo nivel imaginable. Sin embargo, hay un aspecto de su juego que sí parece haber sufrido el efecto del tiempo en esta temporada: el triple.
La estrella de los Lakers viene firmando uno de sus peores cursos desde la larga distancia de toda su trayectoria, con la diferencia de que ahora la importancia de su aporte más allá del arco es notablemente superior. Y si no logra mejorar los Denver Nuggets pasarán por encima de los angelinos sin piedad.
En los presentes Playoffs LeBron acumula un 21 de 90 desde el triple, es decir, un 23,3% de precisión, lo que equivale a su segundo peor dato en postemporada de su trayectoria. Solamente el 22,7% de 2015 fue peor, aunque aquel James era un tanto distinto al actual.
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Para poner en contexto lo deficiente que está siendo al triple, esta es la tercera peor marca de todos los tiempos en porcentaje de acierto en Playoffs con 90 intentos al menos, solo superada por el propio LeBron de 2015 y Jason Kidd en 2002 (18,9%). Entre Fase Regular y postemporada la estrella acumula un 30,4% de precisión.
Los Nuggets son muy conscientes de que James está muy lejos de su mejor nivel más allá del arco. Basta con echar un vistazo a los seis lanzamientos que le concedieron en el segundo encuentro, de los cuales LeBron no conectó ni uno solo.
Denver no es que le dejase tirar, sino que le incentivó a ello, pues el riesgo era menor que permitir que entrase a canasta:
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El gran nivel defensivo de los Lakers y el aporte de los secundarios no va a ser suficiente para que los angelinos le den la vuelta a este 2-0 adverso. Menos contra un equipo tan polivalente y con tantas armas como estos Nuggets. Los angelinos necesitan que LeBron empiece a conectar acciones en las que solo tenga que ejecutar desde lejos.
No solo por lo evidente (anotar), sino porque al conseguir sumar esos lanzamientos la defensa de Denver dejará de estar tan cómoda y se verá obligada a abrirse. Esa circunstancia liberaría las zonas intermedias a los de Darvin Ham, de tal modo que Davis o el propio LeBron tengan más margen para imponerse en ataque.
El legado de James quizá no esté en juego como en otros momentos de la historia reciente, pero terminar con un sabor amargo una temporada más que positiva por un desplome así empañaría la lectura del curso. LeBron solo ha sido barrido dos veces en toda su carrera, ambas en las Finales (2007 y 2018) y ahora los Nuggets tienen en su mano ser el tercer equipo.
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