Debería ser imposible que LeBron James siga siendo el mejor jugador en la cancha cuando está a punto de cumplir 39 años. Si nos fijamos en el rendimiento de otros miembros del Salón de la Fama a una edad similar, James los supera a todos.
A pesar del récord de imbatibilidad del tiempo, James ha sido uno de los jugadores más dominantes de la NBA al final de los partidos.
Hay muchas estadísticas que demuestran lo dominante que ha sido James al final de los partidos. Actualmente ocupa el tercer puesto en el modelo de Inpredict para predecir al Clutch Player of the Year. Los Lakers tienen un balance de 8-3 en partidos en los que han estado a cinco puntos de diferencia en los últimos cinco minutos, en gran parte gracias a él. Y está encestando un 65,5% de campo en esos momentos.
¿Cómo es posible que James siga siendo tan bueno en el clutch?
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Tres razones por las que LeBron James continúa dominando en el clutch
1. Sigue siendo el defensor más inteligente de todos
James ha perdido un paso defensivamente desde su mejor momento, cuando era uno de los mejores defensores en su posición. No puede mover sus pies lateralmente tan bien, como lo demuestra el golpe que le dio a Devin Booker en los últimos momentos del partido.
Lo que no se ha deteriorado en absoluto es su conocimiento del juego.
James siempre sabe exactamente qué están haciendo los otros equipos, dónde se supone que debe estar y qué rotaciones son necesarias. Utilizó esa anticipación para conseguir cinco robos el martes, incluido uno al inicio del último cuarto en el que ejecutó a la perfección una complicada cobertura defensiva.
It's cool that LeBron can still turn it up and make heady defensive plays in crunch time.
— Steph Noh (@StephNoh) December 6, 2023
Watch him hedge and recover here to help contain Booker, then rotate over as the low man to get the steal. pic.twitter.com/gPjkuT17TF
Hubo otros momentos en los que James indicaba a sus compañeros dónde colocarse, lo que permitió a la defensa actuar en cadena y aportar ayuda extra sobre Booker en la recta final.
Los Lakers han tenido con diferencia la mejor defensa en situaciones decisivas esta temporada, según NBA Stats. James es el que marca la pauta en esas jugadas, hablando con sus compañeros durante los tiempos muertos y explicando exactamente lo que va a pasar.
2. No ha perdido la fuerza
James sigue siendo extremadamente difícil de vigilar porque elige al defensor más débil de la cancha durante las posesiones clave y lo acosa sin descanso. Así se lo hizo a Grayson Allen el martes, manipulando los emparejamientos una y otra vez hasta que lo atrapó y lo llevó al aro.
Allen no fue su única víctima. James también empujó al escolta Jordan Goodwin, atrayendo la atención de la defensa y dándole una preciosa asistencia a Rui Hachimura. Cuando los Suns intentaron ayudar con Jusuf Nurkic, un defensor más fuerte y lento, James se frenó en seco para un tiro fácil y más tarde pasó al costado de Nurkic para una bandeja.
James utiliza esa fuerza para llegar al aro a voluntad, donde sigue estando entre los mejores jugadores de la liga. Cleaning the Glass lo sitúa en el 93º percentil de todos los aleros a la hora de rematar en el aro.
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3. Añadió un tiro de tres puntos asesino
James ha encestado muy bien desde la línea de 3 esta temporada: su 40,7% de acierto es la mejor marca de su carrera. Está muy por delante de su nivel de novato, cuando sólo conectaba el 29% de sus tiros de 3 puntos con los Cavaliers.
Su evolución en el juego moderno ha incluido la adición de triples en transición, que le hacen aún más imposible de vigilar. El martes anotó uno de los grandes, colocándose un pie por detrás de la línea y lanzándolo por encima del brazo extendido de Allen.
James no es el mismo jugador que era hace 20 años, pero todavía puede anotar en los momentos más importantes. Su fuerza, inteligencia y toque en el tiro probablemente no desaparecerán pronto. Ha sido un ganador al final de los partidos, y eso continuará hasta el día en que se retire.
