Y se hizo la magia. Unos nuevos Los Angeles Lakers parecen haber nacido al amparo de sus últimos movimientos desde los despachos para aprovechar la brillantez del último LeBron James. Desde que moviesen a buena parte de su plantel durante el trade deadline los angelinos han cambiado radicalmente su imagen y, en consecuencia, sus opciones de luchar por algo más que ser penúltimos. La mejor prueba de ello la dieron ante los vigentes campeones, Golden State Warriors, a quienes vencieron sin muchos problemas en su primer duelo tras el All-Star por 124 a 111. Una velada en la que Stephen Curry no estuvo presente debido a que sigue recuperándose de una lesión en la rodilla izquierda, un hecho que ahonda en la crisis abierta que viven los Warriors, abonados a la irregularidad y la inconsistencia.
Las nuevas piezas que integran el equipo dirigido por Darvin Ham están comenzando a dar dividendos y ser figuras productivas. Y lo más importante, están ayudando a ganar partidos. El nombre de este último encuentro frente a los Warriors fue Malik Beasley, máximo anotador angelino con 25 puntos en una serie de 7 de 11 al triple (63,6%). El ex de Utah Jazz se aprovechó de la creación de juego de LeBron James para disfrutar de una de sus mejores noches desde la larga distancia. Junto a este cabe destacar a Rui Hachimura, muy inteligente a la hora de encontrar sus opciones en el juego sin balón, lo cual le aupó a terminar con 14 tantos en 5 de 9 lanzamientos.
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Los Lakers cada vez funcionan mejor porque, al fin, sus rotaciones tienen sentido. El equilibrio es evidente entre los jugadores que comparten cancha, cosa que se traduce en mejores resultados. No es que los recién llegados vayan a cambiar tanto el potencial de los californianos hasta convertirlos en candidatos al anillo, pero sí que es cierto que ahora están en disposición de ganar de manera más habitual.
LeBron no-look to Austin Reaves 👀
— NBA (@NBA) February 24, 2023
Lakers lead 77-63 on TNT. pic.twitter.com/IBniaYIcyg
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El triunfo de hoy frente a los Warriors sucedió sin necesidad de que LeBron James brillase como anotador ni de que Anthony Davis ofreciese su mejor versión. Mientras que lo segundo lleva siendo varias semanas algo habitual, lo primero resulta más raro, especialmente cuando se tiene en cuenta lo dependientes que han sido los Lakers de los puntos del nativo de Akron para, simplemente, ser competitivos. James se quedó en 13 puntos (5 de 20 lanzamientos) pero su aportación en la creación de juego fue fundamental para el grupo, repartiendo 8 asistencias y añadiendo 9 rebotes. Mientras, AD se quedó en 12 tantos en un pobre 3 de 5 de campo.
Por parte de los Warriors, la crisis es cada vez mayor y más evidente. Los de Kerr no pueden acusar la falta de Curry o Wiggins para explicar un rendimiento como el mostrado en el Crypto.com Arena. Golden State concedió un 16 de 30 al triple (53,3%) al quinto equipo que peor lanza de toda la NBA (33,7%), lo cual explica en gran medida la derrota. El nivel defensivo del grupo resulta preocupante por la complacencia con la que permiten al oponente operar a sus anchas.
El signo más claro de que hay algo a punto de romperse en Golden State lo ofreció Klay Thompson en los instantes previos al término del duelo, mostrando un lenguaje corporal entre el enfado y la frustración por una nueva e inesperada derrota. Un Klay que, por cierto, fue el máximo anotador con 22 puntos pero un 4 de 11 desde el triple (36,4%), noche en la que Poole (16 tantos, 23,1%) no pudo salir al rescate.
Victoria muy importante de los Lakers de cara a reengancharse a la lucha por los Playoffs que les pone 28-32 mientras que los Warriors bajan a 29-30 y se colocan en el umbral del Play-In (10º) con medio encuentro de diferencia con respecto al 11º.
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