Cuando la crisis sobreviene y no parece haber alternativa, encontrar la manera de dar un paso atrás y ganar cierta perspectiva es fundamental para salir del círculo. Los Boston Celtics han pasado de la noche a la mañana de ser el principal candidato a las Finales por la Conferencia Este a estar a una derrota de la eliminación. Un desplome que tiene múltiples explicaciones, responsables y actores que lo han hecho posible, pero en los Playoffs no hay tiempo para ello, uno solo puede (y debe) mirar hacia adelante.
Precisamente, poniendo la vista en el horizonte, los verdes se encuentran en una misión imposible. En las 150 ocasiones en las cuales un equipo se ha colocado 3-0 abajo ha acabado eliminado y nadie hasta la fecha ha logrado darle la vuelta a semejante desventaja. Boston no tiene margen de error, pero ha probado a lo largo de esta temporada que son capaces de alcanzar su mejor versión cuando están con el agua al cuello. Sin embargo, esa épica remontada no podrá suceder si Jaylen Brown no despierta del letargo en el que se encuentra ahora mismo.
El alero venía teniendo unos Playoffs a la altura de las expectativas. Con un 54,1% de acierto en tiros de campo y un brillante 47,1% al triple para 24,6 puntos hasta el cierre de la eliminatoria ante los 76ers. La cuestión es que una vez arrancaron las Finales de Conferencia Brown pareció desvanecerse, como si se hubiera vaciado por completo, olvidando o quedando anulada la versión que había hecho de él merecedor de entrar en el Tercer Mejor Quinteto del año.
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La defensa de Miami Heat ha expuesto a uno de los anotadores más finos y creativos de la actual NBA. Hasta tal punto ha sido el impacto del marcaje de nombres como Jimmy Butler o Gabe Vincent que Brown ha bajado sus promedios hasta los 16,8 puntos con un 39% de campo y un terrible 12% al triple. Incluso cuando los Celtics lograron la primera victoria en la eliminatoria en la noche del martes 24 de mayo, Jaylen sufrió para tener acciones cómodas, cerrando el partido con 17 tantos y un 7 de 16 de cara al aro.
“No puedo forzarlo”, respondió en rueda de prensa en relación a cómo jugar en ataque. “Están tratando de hacer de mí un creador de juego, pero hoy creo que hice un mejor trabajo llegando a la pintura y buscando pases. Si consigo continuar haciendo eso mis tiros acabarán entrando y tendremos opciones de tener buenos parciales”.
La realidad es que Erik Spoelstra no va a permitir que esto se le escape. Tras colocar a un octavo clasificado a las puertas de las Finales por primera vez desde 1999, Miami Heat tiene claros sus objetivos y uno de ellos es reducir a Jaylen Brown al cero absoluto.
Un éxito que guarda mucha relación con negarle al alero los espacios en los que más cómodo se encuentra, es decir, codos y aro. Al impedirle actuar desde ahí no solo han conseguido reducir su porcentaje al triple, sino también castigar cualquier incursión hacia la zona que pudiera terminar en bandeja o asistencia. Ahí ha tenido mucho que ver el trabajo de ayudas, en especial de Bam Adebayo:
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Ese fallo constante y continuado ha hecho que Brown pierda toda su magia, aquello que hace de él especial y el motor de estos Celtics. Al no sentirse cómodo y con confianza para atacar la canasta, a Jaylen no le ha quedado más alternativa que lanzar desde lejos, invirtiendo el 32,6% de sus lanzamientos de campo en triples y sacando apenas 2,3 tiros libres por noche. Por contrastar, antes de medirse a Miami Heat el dato era del 30,3% y con 4,1 libres por encuentro. Todos estos registros incrementando ligeramente sus intentos de anotar, cabe destacar.
Para remontar un 3-0 no solo hay que ser mejor que el rival, hay que ser propositivos y reactivos. Es decir, los Celtics necesitan ofrecer una cara nueva, con un discurso adaptado a la realidad que tienen enfrente y eso pasa porque Jaylen Brown deje de ser un factor negativo a uno positivo. Tanto en ataque, como especialmente en defensa.
“Queremos volver a Miami”, dijo el alero tras vencer en el cuarto partido. “Si eso sucede, siento que nos sentiremos bien con nosotros mismos. El próximo debe ser divertido. Debería ser uno grande y tenemos que llegar listos para jugar”.
Con un potencial ofensivo como el que tienen los Celtics y el posible factor cansancio al que pueden aducir desde Miami Heat, los verdes tienen en su mano romper una estadística que lleva incorrupta más de 70 años. Pero todo, de nuevo, pasa por las manos de Jaylen Brown.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.