Sentado en el bus en dirección al aeropuerto, Jamal Murray lloraba desconsoladamente. En el punto más alto de su trayectoria, apenas meses después de rozar la gloria en la burbuja, se había desplomado hacia un agujero negro donde no parecía haber ningún resquicio de luz que seguir. Una pregunta se repetía una y otra vez en su cabeza: "¿Por qué a mí?". Después de tanto tiempo, de tantas horas invertidas entrenando, de lanzar hasta que la insistente voz de su padre se convertía en un pitido de fondo, el canadiense perdió de golpe toda esperanza.
Con 12 partidos para cerrar una complicada Fase Regular para Denver Nuggets el escolta se lesionaba, y de gravedad, diciendo adiós no solo a la posibilidad de acompañar a Nikola Jokic en una incursión clave en Playoffs, sino con la posibilidad real de que su carrera quedase partida en dos.
Rotura del ligamento anterior cruzado de su rodilla izquierda. La combinación de palabras más devastadora que existe en este deporte junto a aquella que incluye al tendón de Aquiles. En estos casos, volver se da por descontado; la cuestión no es estar de regreso, sino en qué condiciones se hará, cuál será el techo del jugador, la flexibilidad, la confianza y, sobre todo, si podrá ser el mismo que ingresó en cancha antes de la lesión. Para una mente de pensamientos tan frenéticos como la de Murray, pronto las preguntas negativas se apoderaron de sus pensamientos.
Michael Malone se acercó a un Murray que no salía del bucle. Las palabras positivas y de ánimo de sus compañeros le resbalaban.
—¿Me van a traspasar? Porque soy mercancía dañada— preguntó el escolta entre lágrimas.
—Demonios, no. Eres uno de los nuestros, te queremos. Vamos a seguir ayudándote para que vuelvas. Y vas a salir un mejor jugador de esto— le respondió Malone al mismo tiempo que ambos se fundían en un abrazo.
756 días después de aquel fatídico sábado de 2021 en San Francisco, Jamal Murray volvió a rozar su más absoluta perfección individual, al terminar la primera mitad del tercer partido ante los Lakers con 30 puntos, 65% en tiros de campo y 50% en triples. En el anterior duelo, el canadiense cerró con 23 tantos y un 85% de precisión en el último cuarto. Demostraciones que sirvieron para comandar a los Nuggets a una posterior victoria que pondría el 3-0 en la eliminatoria frente a los Lakers en las Finales del Oeste.
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"Creo que lo que está haciendo en estos Playoffs es solo un recordatorio del jugador que drafteamos hace siete años y que ha seguido encontrando formas de mejorar y realmente mostrarse en el escenario más grande del mundo", reconoció Michael Malone en rueda de prensa después de que Murray pusiera el 3-0.
Desde que desembarcase en la NBA en 2016, el nativo de Kitchener ha seguido una línea ascendente y oscilante a partes iguales. Caracterizado por picos altísimos de rendimiento, pero también por una genuina irregularidad, casi como un microondas de élite. Sin embargo, ha sido en los momentos de mayor exigencia cuando Jamal Murray ha probado ser una figura que bien podría codearse con los más grandes. Justo cuando todo está en juego, cuando verdaderamente se necesita ese extra, es decir, en Playoffs.
Solamente en esta campaña 2022-2023 el escolta de los Nuggets ha pasado de promediar 20 puntos, datos bastante positivos si se tiene en cuenta que perdió un año por lesión, a elevar ese registro a 27,9 tantos en Playoffs. Un aumento de 7,9 unidades en el paso de Fase Regular a lucha por el anillo, es decir, un incremento de casi el 40%.
Lejos de ser algo circunstancial a la emoción de estar de vuelta o poder luchar por el anillo, el canadiense ha mejorado sistemáticamente sus números en la transición de un momento a otro de la campaña de un modo más que notable:
Temporada | Fase Regular | Playoffs |
2018-19 | 18,2 PTS, 4,8 AST, 47,6% T2, 36,7% T3 | 21,3 PTS, 4,7 AST, 46,7% T2, 33,7 T3 |
2019-20 | 18,5 PTS, 4,8 AST, 51,9% T2, 34,6% T3 | 26,5 PTS, 6,6 AST, 53,7% T2, 45,3% T3 |
2022-23 | 20,0 PTS, 6,2 AST, 49,4% T2, 39,8% T3 | 27,9 PTS, 6,2 AST, 50,7% T2, 41,2% T3 |
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Hay jugadores que no ponen toda la carne en el asador durante el curso regular. Quizá sea por falta de motivación o de retos apasionantes o bien porque estén dosificándose. Con Jamal Murray ocurre algo curioso y es que el canadiense compite al máximo durante casi nueve meses para metamorfosearse en una versión distinta en Playoffs. No obstante, su aproximación al juego es distinta durante la Fase Regular, primando el sostenimiento y desarrollo del sistema colectivo en lugar de cerrarse sobre sí mismo y dar rienda suelta a sus instintos anotadores.
Obsesionado con el trabajo, el entrenamiento y el visionado de partidos, Murray tenía como objetivo mostrarse en el mejor escenario posible y así borrar de un plumazo todo atisbo de duda al respecto de su perfil. Con la confianza plena de su entorno y la franquicia entera empujando para que volviese y además lo hiciera en las mejores condiciones a su alcance, el canadiense está cobrándose ahora las deudas de quienes le cuestionaron.
Y, cómo no, lo está haciendo en Playoffs, con los Nuggets en disposición de conseguir su mejor resultado en 47 años desde que llegaron a las Finales de la ABA y el mejor en su trayectoria NBA.
"Cuanto mayor es la intensidad del partido, mejor siento que juego”, dijo recientemente a The Athletic. “Esto es lo que todo niño sueña. Esto es lo que yo soñaba. Mi padre me puso en situaciones difíciles mientras crecía. Realmente me gusta jugar cuando la presión es máxima”.
Allá donde Nikola Jokic no llega lo hace Jamal Murray, una figura tan atípica por personalidad como por el modo en el que afronta cada instancia de la temporada.
En 2020 el escolta se dio a conocer al gran público con unos Playoffs de leyenda. En el complejo escenario de la "burbuja", el jugador de los Nuggets tomó el toro por los cuernos y lideró a los suyos hasta las Finales del Oeste, incluyendo tres partidos seguidos con 50, 42 y 50 puntos respectivamente ante Utah Jazz. Tenía solo 23 años.
Su predisposición al tiro en suspensión, en especial aquel desde la media distancia larga, casi en el límite que marca la línea de tres le hacen un espécimen muy raro de encontrar en la actualidad. Murray no teme al fallo, lo abraza en el sentido más positivo del término, convive con él, porque no hay otro modo si no de comprender su forma de jugar.
Decir que confía plenamente en sí mismo sería, quizá, quedarse corto.
“Él piensa que es el mejor jugador en la cancha cada vez que la pisa, sin importar quién esté. Y muchas veces, tiene razón”, reconoció Aaron Gordon hace no mucho.
La razón por la cual Murray resulta tan peligroso y difícil de analizar en postemporada reside en su imprevisibilidad. Lo que en otros puede ser visto como un mal lanzamiento, en su mente es la única posibilidad para anotar.
Desde que hay registro (2014), Jamal Murray es el quinto jugador en lanzar por arriba del 53% en porcentaje de tiro efectivo en lanzamientos en suspensión en Playoffs con más de 10 intentos por noche. De entre todos, es el único en repetir presencia:
Jugador | Año | eFG% | Tiros de media |
Jamal Murray | 2023 | 53,7% | 10,5 |
Devin Booker | 2023 | 58,6% | 12,2 |
Donovan Mitchell | 2021 | 61,1% | 12,6 |
Kevin Durant | 2021 | 54,5% | 13,6 |
Jamal Murray | 2020 | 55,1% | 10,8 |
*Mínimo de 10 tiros de media y 10 partidos en Playoffs
¿Cómo ha conseguido Murray repetir lo mismo que en 2020 con la diferencia de que ahora sí puede pisar las Finales? Esta fue su respuesta:
"Estoy sano", dijo. "Veo el juego más lento. No estoy tan acelerado. Diría que me tomo un poco más de tiempo, incluso si eso significa un par más de botes para no perder la bola o encontrar a un compañero en un mal lugar. El juego se ha ralentizado para mí y ahora lo veo con más perspectiva que hace un par de años".
De aquel duro viaje del hotel al aeropuerto, con la incertidumbre de qué ocurriría con él en adelante a retomarlo todo donde lo dejó ha pasado un siglo para Jamal Murray. Aunque desde fuera él siga pareciendo el mismo, una supernova ofensiva que eleva sus propios estándares al siguiente estadio justo cuando más se le necesita.
Motivación, trabajo, confianza y un poco de imprudencia e irracionalidad. Solo así puede entenderse a "Playoff Jamal Murray".
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.