En ajedrez, el caballo tiene el mismo valor que un alfil y es el equivalente a tres peones. Eso significa que se trata de una pieza de baja estima, por debajo de las torres o la dama y, evidentemente, del rey. Sin embargo, su importancia en el tablero es trascendental. Se trata del único integrante del juego que puede moverse en dos direcciones diferentes en el mismo turno y, además, saltar por encima de otras ya asentadas. Sin los caballos puede ganarse una partida, pero resulta más complicado imponerse sobre el oponente.
De igual modo, una buena estrategia en ajedrez siempre tendrá al caballo como parte crucial. En el básquet hay jugadores que encajarían dentro de esta categoría, nombres que por sí solos no serían un peligro, pero que dentro de un plan a gran escala se convierten en elementos que posibilitan el éxito.
Denver Nuggets tiene uno y se llama Aaron Gordon.
Durante la gran parte de su trayectoria, Gordon fue un jugador que se definía por ser indefinible. En Orlando Magic nunca supieron bien cómo utilizarle y sacarle partido. Como anotador nunca destacó en especial. Relegarle a un rol de creador era demasiado osado. Y reducirle a un 3&D, un desperdicio.
Suscríbete a NBA League Pass para ver todos los partidos: Estados Unidos | Resto del mundo
En 2021, los Nuggets se empeñaron en conseguir un traspaso por él. Aaron Gordon pronto terminaría contrato y sus altas pretensiones no casaban con el proyecto de Orlando, por lo que acordaron un intercambio que incluyó a un joven con potencial en ese momento (RJ Hampton), un veterano con gran importancia en Denver (Gary Harris) y una Primera Ronda de 2025. El movimiento fue visto con cierto escepticismo por buena parte de los expertos, los cuales dudaron de su valía y, sobre todo, de su posible encaje.
El tiempo acabó por dar la razón a los Nuggets. Habían encontrado la pieza que les faltaba.
El perfil de Aaron Gordon hace de él hombre perfecto para colocar junto a Nikola Jokic por varias razones.
Más | El enfado en los Nuggets tras perder el Partido 2: "No es pretemporada"
En primer lugar, por su versatilidad defensiva. El serbio está lejos de ser el agujero en defensa del comienzo de su trayectoria, pero necesita ser cubierto en ciertas ocasiones para no ser expuesto o quedar muy penalizado ante algunos oponentes. En ese sentido, el jugador californiano le da a Michael Malone la posibilidad de medirse a la estrella rival noche tras noche al mismo tiempo que protege al rey de esta particular partida de ajedrez.
En segundo lugar, por su reiterada negativa a ser protagonista en ataque. Esto no es que rehuse de recibir la bola o de realizar de acciones individuales, sino que asume que la única vía para ganar pasa por diluirse en el sistema ofensivo. Algo que pasa por moverse sin balón, abrir el campo y esperar su oportunidad. Por añadir un dato que ilustre esta afirmación: según InStat, de entre todos los jugadores con más de 150 cortes a canasta de toda la liga (Fase Regular y Playoffs), Gordon es quien mayor porcentaje de acierto ha tenido, con un 81,8% de precisión. ¿El siguiente en la lista? Evan Mobley. con un 75,7%.
La presencia de Aaron Gordon es condición de posibilidad para que los Nuggets acaben saliendo campeones de estas Finales. Y la prueba más tangible de ello se dio en el primer partido de la serie, en el que el jugador limitó hasta vaciar casi por completo a Jimmy Butler.
El californiano asumió desde el primer momento el reto de emparejarse con el mejor jugador del equipo contrario y, hasta el momento, ha dejado excelentes sensaciones:
Atacante | Posesiones | Puntos | Acierto |
Kevin Durant | 230 | 69 | 26 de 68 (38,2%) |
Karl-Anthony Towns | 137 | 27 | 10 de 27 (37%) |
LeBron James | 132 | 25 | 12 de 20 (60%) |
Jimmy Butler | 67 | 13 | 5 de 9 (55,6%) |
Más | La esencia de Miami Heat reside en la defensa: Zona, presión y estrategia
Tener un talento generacional como Jokic no es garantía de que el éxito vaya a venir. De hecho, lo habitual es que suceda lo opuesto: que un gran jugador se quede sin alcanzar la gloria por no tener el acompañamiento idóneo. Los Denver Nuggets fueron pacientes, esperando que Jamal Murray volviese, y confiaron en su potencial como segunda espada y verso libre cuando fácilmente podrían haber buscado a otra estrella. Desde la gerencia siempre se tuvo claro el camino y fueron en busca de jugadores que encajasen alrededor del serbio y no al revés. Todo ello con una meta y una filosofía muy definida.
La apuesta por Gordon fue un movimiento ganador. Porque con él se aseguraron una pieza con la que jugar a contrapié del resto de rivales. Si antes su indefinición era una deficiencia, ahora es una virtud, pues esta garantiza a Denver versatilidad, equilibrio y, sobre todo, seguridad.
Jokic es la computadora que organiza las tareas en el esquema de Denver como el auténtico rey del tablero. Jamal Murray amplifica las posibilidades de ganar gracias a su condición de supernova ofensiva haciendo de dama. El resto se intercalan en roles semejantes a las torres, alfiles y valientes peones que sostienen al grupo. En esta particular partida, Aaron Gordon es el caballo que pasa por encima de todas las líneas enemigas y se convierte en un dolor de cabeza para el adversario.
En el transcurso de estos Playoffs, Gordon es el jugador que mayor impacto estadístico ha tenido dentro de la rotación habitual de Denver. En los más de 600 minutos disputados, atesora un +10,1 de net rating, siendo tan espectacular su eficiencia ofensiva (120,5) como defensiva (110,4). Aunque es más llamativo si se observa lo que ocurre cuando no está sobre el parqué, pues los Nuggets tienen su peor dato en el momento que no juega, firmando un -4,1 de ratio neto, el único miembro del equipo junto a Jokic (-0,4) en parámetros negativos.
Como la pieza que representa en este tablero, es casi seguro que Aaron Gordon no recibirá las mismas alabanzas que las dos estrellas del plantel. Incluso puede que haya otros compañeros que acaben teniendo mejores números ofensivos, que es finalmente lo que acaba trascendiendo a la visión del público general. Es más: es probable que no esté acertado de cara al aro (promedia un 34,6% en triples en catch&shoot).
Lo que parece claro es que Michael Malone no podrá hacer ningún movimiento ganador, es decir, un jaque mate, a Erik Spoelstra si no cuenta con Gordon, su particular caballo en esta partida de ajedrez. De su buen (o mal) uso dependerá en gran medida el éxito de los Nuggets en las Finales. Quedan cinco posibles movimientos por hacer, pero un millón de posibilidades de materializarlas sobre el tablero.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.