El Clásico Mundial de Béisbol 2023 presenta quizás el cuadro más competitivo de la historia del torneo. Eso hace que haya mejores enfrentamientos, mejores momentos y mejores jugadas.
Pero también puede crear confusión. Una gran paridad conlleva una gran responsabilidad, al menos para los organizadores del torneo. Es difícil separar a los verdaderos contendientes de los que no lo son tanto cuando los equipos sólo tienen un par de días para intentar conseguir el pase a la siguiente ronda.
En béisbol, llorar puede ser pecado. ¿Pero empatar? Bueno, eso es algo mucho más común.
Entonces, ¿qué se hace? ¿Cómo diferencian los poderes fácticos a dos equipos con récords idénticos?
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The Sporting News detalla las distintas directivas utilizadas para resolver los empates en el juego por grupos del CMB.
Criterios de desempate en la fase de grupos del Clásico Mundial de Béisbol
¿Qué pasa si los equipos terminan empatados en la posición con el mismo récord?
A nadie le gustan los empates, especialmente en un torneo tan cargado como el CMB. Pero hay que lidiar con ellos, sobre todo en una liguilla de cuatro partidos.
En el caso de equipos con registros iguales, la primera regla de desempate que utiliza el torneo es el registro de enfrentamientos directos entre equipos empatados. Se trata de un concepto bastante simplista: el equipo que obtenga los mejores resultados en los enfrentamientos entre conjuntos igualados será probablemente el merecedor de pasar a la siguiente ronda.
Pero incluso esta regla está sujeta a escrutinio, sobre todo cuando hay un gran número de equipos empatados en el mismo grupo.
En ese caso, pasamos al segundo criterio de desempate...
¿Qué pasa si los equipos registran récords idénticos contra sus rivales empatados en la posición?
El CMB tuvo que poner en marcha esta contingencia desde el principio en 2023. El Grupo A fue un auténtico rompecabezas, con Cuba, Italia, Holanda, Panamá y Chinese Taipei como formidables oponentes. El resultado: 2-2 para todos.
Para los aficionados que esperaban ver competiciones reñidas, sin duda fue algo positivo. ¿Para los responsables del torneo, que esperaban una transición fluida a la siguiente ronda? Bueno, eso fue un poco más estresante. Cinco equipos con registros de 2-2 significaba que cada equipo terminaba 2-2 contra equipos empatados, haciendo obsoleta la primera regla de desempate.
Así que los organizadores tuvieron que ser creativos. El segundo criterio de desempate, utilizado para determinar qué equipos superaban el Grupo A, se centra en la defensa: los dos equipos con menos carreras permitidas por cada out defensivo se clasificaban para las eliminatorias.
Esto puede parecer confuso, al menos a primera vista. Sin embargo, no está tan mal. Simplemente, esta fórmula se centra en dividir la cantidad de carreras permitidas en el transcurso de la liguilla entre el número de outs defensivos registrados.
Cuba, que permitió 15 carreras y registró 108 outs en sus cuatro partidos de la liguilla, promedió 0,139 carreras permitidas por out, el mejor porcentaje de la liguilla. Por ello, terminó primera de grupo.
Italia fue segunda, con 17 carreras y 108 outs. Esto supone un índice de 0,157 carreras permitidas por out, un pelín mejor que el de 0,186 carreras permitidas por out de los holandeses. Como resultado, los italianos siguen adelante.
Aquí está el texto oficial tal y como está escrito en el libro de reglas del CMB:
"Los equipos empatados se clasificarán según el cociente más bajo de menos carreras permitidas dividido por el número de outs defensivos registrados en los partidos de esa ronda entre los equipos empatados".
¿Qué ocurre si los equipos están empatados en carreras permitidas por outs defensivos registrados?
Aunque las carreras permitidas por outs defensivos registrados pueden parecer un determinante de desempate inescrutable, también puede acabar igualado.
En ese caso, pasamos al tercer (¡sí, tercer!) criterio de desempate: carreras permitidas por outs defensivos registrados.
Un trabalenguas, sí. No todas las carreras son iguales; las carreras ganadas reflejan mejor la dificultad de un lanzador.
Como tal, si los equipos estuvieran igualados en carreras permitidas por out defensivo, la superioridad se daría al equipo que cediera menos carreras ganadas por out defensivo registrado. Así, si dos equipos en un grupo conceden 15 carreras cada uno en comparación con 108 outs defensivos, la ventaja sería para el equipo que permitiera más carreras ganadas.
El lenguaje oficial, proporcionado por el CMB:
"Los equipos empatados se clasificarán según el cociente más bajo de menos carreras permitidas dividido por el número de outs defensivos registrados en los partidos de esa ronda entre los equipos empatados".
¿Qué pasa si los equipos están empatados en carreras permitidas por outs defensivos registrados?
Como ya se habrá podido comprobar, a estas alturas el CMB sería un juego de azar. Y si se ha tenido que profundizar tanto en el reglamento, tampoco sorprenderá que los equipos acaben igualados en carreras permitidas por outs defensivos registrados.
En tal escenario, se "vuelve" a la ofensiva. La clasificación se determina en función del equipo que registre la media de bateo más alta en los partidos contra equipos empatados.
"Los equipos empatados se clasificarán en la tabla de posiciones según el promedio de bateo más alto en los juegos de esa ronda entre los equipos empatados".
¿Una propuesta para llamar a esto la Regla de Rod Carew, tal vez?
¿Qué pasa si los equipos siguen empatados en promedio de bateo en partidos entre sí?
De algún modo, incluso este marcador -la media de bateo en los partidos de la liguilla entre equipos empatados- puede resultar indescifrable. En caso de que esto ocurra, llegamos al quinto (y último) desempate: un sorteo a la antigua usanza.
"La clasificación se determinará por sorteo, realizado por el WBCI".
Un clásico de la escuela primaria.
