Antes de que comiencen los cuartos de final y con ya 56 de sus 64 partidos disputados, el Mundial Qatar 2022 se está caracterizando en el campo de juego por dos cosas que prácticamente no han sucedido. Las expulsiones y los goles de tiro libre.
Por el momento solo se mostraron dos tarjetas rojas en toda la Copa del Mundo: la del guardameta galés Wayne Hennessey y la del delantero camerunés Vincent Aboubakar, esta última por doble amarilla debido a una segunda amonestación que llegó en la celebración de un gol.
A su vez, apenas 2 de los 148 goles convertidos en este torneo llegaron fueron obra del ejecutante de un tiro libre: se trata de los convertidos por Marcus Rashford en Inglaterra vs. Gales y Luis Chávez en México vs. Arabia Saudita, ambos en la última jornada de la fase de grupos.
El número es realmente bajo: 0,03 goles de tiro libre por partido. En la última edición del torneo, el promedio había sido de 0,09, bastante más elevado, casi de un gol de tiro libre cada 10 partidos.
El inglés Kieran Trippier, uno de los mejores ejecutantes de la Premier League y autor de un gol de tiro libre en las semifinales del Mundial pasado, dice que el balón Al-Rihla es más liviano que lo habitual y puede que eso complique un poco la tarea, aunque no hay excusas.
"Siento que es un poco más ligero", dijo Trippier. "Da la sensación de que si le pones demasiada potencia, sale volando, pero es una de esas cosas con las que tenemos que lidiar, todos lo hacemos. Entrenamos con los mismos. Es un balón de fútbol, ¿no? No hay excusas. Sólo diría que los balones son un poco diferentes, pero no es por el calor ni nada de eso. No estoy muy seguro: quizás sean los jugadores", explicó el futbolista del Newcastle United.
En comparación a los torneos pasados, Qatar 2022 es por el momento el de menos goles del siglo XXI, aunque no está tan lejos de otros ejemplos. En Brasil 2014 apenas hubo tres goles de tiro libre directo y en Sudáfrica 2010 solo hubo cuatro a pesar del recordado balón Jabulani que le complicaba la tarea a los guardametas.
Rusia 2018, con sus seis goles de tiro libre directo, si quedó más cerca de Mundiales de otra época en este siglo: en Alemania 2006 fueron seis los goles de este tipo y en Corea-Japón 2002 se marcaron nueve, casi la mitad de los que hubo en las cinco ediciones siguientes de la Copa del Mundo. Esto a pesar de que el promedio de gol de Corea-Japón 2002, de 2,52 tantos por partido, fue el tercero más bajo desde Estados Unidos 1994 en adelante, apenas superado por Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.
En los últimos cinco Mundiales, apenas se marcaron cinco goles de tiro libre directo desde cuartos de final en adelante: Kieran Trippier, David Luiz, Diego Forlán, Ronaldinho y Lee-Eul Yong fueron sus autores. ¿Tendrá Qatar 2022 a un nuevo miembro de esa lista?