Lograr un juego perfecto en un partido de béisbol es una hazaña que queda reservada para unos pocos lanzadores a lo largo de la historia. La dificultad de tener uno de estos partidos es altísima y usualmente pasan largos años entre la presencia de uno y otro. En algunas ligas, incluso, nunca se ha visto uno de ellos.
Pero ¿qué es exactamente un juego perfecto y cuándo se consigue? Los detalles, a continuación.
¿Qué es un juego perfecto en béisbol?
Conseguir un juego perfecto es una de las hazañas más impresionantes que se puedan ver en un partido de béisbol. La definición de estos es muy simple: el lanzador debe retirar en fila a los 27 bateadores rivales, completando las 9 entradas, sin permitir hits ni dar bases por bola.
Tan difícil es conseguir un juego perfecto que, a lo largo de más de 100 años de historia en la MLB, apenas han existido 24 casos. ¿El más reciente? El dominicano Domingo Germán, el 28 de junio de 2023, durante un partido entre sus New York Yankees y los Oakland Athletics.
Antes de esa noche soñada de Germán, había que retroceder al 2012, cuando Félix Hernández lo consiguió con Seattle frente a Tampa Bay.
Ángel Padrón hace historia con no-nitter en la Serie de Caribe
El pitcher venezolano Ángel Padrón estuvo muy cerca de conseguir un juego perfecto durante la victoria de su equipo ante Nicaragua por la Serie del Caribe, este miércoles 7 de febrero. Padrón retiró a los primeros 21 bateadores en fila, hasta que finalmente, cedió una base por bolas frente a Raudy Read en el inicio de la octava entrada.
Padrón pudo haberse transformado en el primer lanzador en conseguir un juego perfecto en la historia de la Serie del Caribe. Hasta ahora, el certamen sigue sin sumar una de esas actuaciones, aunque un par de pitchers -además de Padrón- han estado cerca.
En 2022, Tyler Alexander se mantuvo sin fallos hasta la novena entrada, en un duelo entre su República Dominicana y México, hasta que finalmente la racha fue cortada por un doble de Isaac Rodríguez.
Quien también se quedó cerca de un juego perfecto fue Tommy Fine en 1952, representando a Cuba contra Venezuela. Fine lanzó un no hitter, pero cedió tres bases por bolas en ese partido.
Ahora, Padrón repite ese logro, durante una clara victoria de sus Tiburones por 9 a 0: partido completo, sin hits y con apenas esa mencionada base por bolas como único punto negativo de una apertura inolvidable.
Vale recordar que la diferencia entre un no hitter y un juego perfecto es que en el primero no se permiten imparables, pero sí se entregan bases por bolas. Mientras que en el segundo, no suceden ninguno de los dos.
"Estoy sin palabras, es inexplicable. Es la primera vez que represento a mi país en una Serie del Caribe y gracias a Dios lo logré. Creo que no me mentalicé en eso, quise tirar la bola por ahí y se dieron las cosas. Pasara lo que pasara si no me daban hit me dijeron que iba a seguir", expresó la gran figura de la noche.