"Tiene el corazón más grande que este estadio", declaraba Rudy Gay a pocos segundos de haber finalizado el encuentro, en el que San Antonio venció a Phoenix por 121-119 en tiempo suplementario. ¿A quién hacía referencia? A Patty Mills, quien no sólo anotó el doble de la victoria, sino que tuvo una serie de conversiones enormes en los momentos más calientes del juego. Un clásico del australiano, quien maneja la presión de esas definiciones como pocos en la competencia.
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El base anotó 6 puntos en los últimos tres minutos del tiempo regular y luego se despachó con dos nuevas conversiones en los segundos finales de la prórroga: primero un triple para quedar 116-114 al frente, restando 1:17 y por supuesto, el doble del triunfo, con tres décimas en el reloj. Una cápsula de lo que Mills ha hecho una y otra vez en ese tipo de situaciones.
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Los Spurs jugaron este sábado su cuarto partido consecutivo en suplementario y han mostrado serios problemas para definir dichos compromisos cerrados: libres errados, pérdidas inoportunas, distracciones defensivas y malas decisiones en ataque, han conspirado contra las chances de los de Popovich. Pero claro, tener a Mills es una garantía para el clutch y los texanos tomaron una decisión indiscutible: apostar por él para ganarle a Phoenix, en lugar de darle la última pelota a LaMarcus Aldridge o DeMar DeRozan. Los resultados saltaron a la vista.
La ocasión más reciente en la que Mills había anotado un tiro ganador fue en octubre de 2018, también en un juego que se definió en suplementario: convirtió un doble largo, restando 6 segundos, para darle a los Spurs ventaja de 143-142 frente a Los Angeles Lakers. El marcador no volvió a moverse.
Thanks to this bucket from Patty Mills, the @spurs defeat the @Lakers on the road in OT!
— NBA (@NBA) October 23, 2018
FINAL in LA: 143-142 pic.twitter.com/hvR9FQ3nVt
Mills es el último eslabón de una dinastía de San Antonio de la que apenas quedan los recuerdos. Es la pequeña llama resistente de un fuego ya consumido y la imagen que lleva a los fanáticos del equipo a tiempos dorados y no tan lejanos. Todo ha cambiado. Menos Patty. Patty sigue allí, ganando partidos, con sus triples, velocidad, energía y sangre fría. Patty es el último Spur.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.