"Recordando a Manu Ginóbili" es una serie de testimonios y recuerdos que NBA.com recolectó para darle dimensión a la figura de la leyenda argentina en la NBA. A lo largo de varias entregas iremos conociendo anéctodas y opiniones de ex compañeros, colegas y rivales del bahiense en su carrera. La excusa, claro, es transitar la previa rumbo a la ceremonia del retiro de su camiseta N°20 de San Antonio Spurs, que será el 28 de marzo.
Todos recuerdan la imagen de aquel 24 de abril de 2018 que quedó marcado a fuego en el calendario. Golden State eliminaba a San Antonio en la primera ronda de los playoffs, tras 5 partidos. En el mar de saludos posterior al cierre, Steve Kerr y Manu Ginóbili se cruzaban en un abrazo que terminó en una de las mayores escenas de respeto que se recuerden. El entrenador de los Warriors le dejaba un mensaje claro (aunque con el tiempo inútil en su intención de continuidad).
"Seguí jugando. ¿Por qué no? Este año conocimos a Roger Federer en China y le pregunté por qué seguía jugando. Me dijo que 'lo amaba'. Y si lo amás, seguí. ¿Qué importa el resto? Me recordás a él", se escuchó claro ante las cámaras que rodeaban la escena. Manu se fue rumbo a los vestuarios por última vez, ya que ése sería si último partido como profesional. Pero Kerr lejos estuvo de olvidarlo.
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El actual entrenador de Golden State es un abonado a la hora de elogiar a Manu en cuanta oportunidad se presente. Y en diálogo con NBA.com, le deja claro: "Manu es uno de los jugadores más excepcionales de la historia de este deporte", sentencia Kerr, quien tiene un doble placer.
Porque compartió equipo con Manu en la temporada 2002-2003, su última como jugador y la primera de Gino en la NBA. Y porque luego disfrutó el hecho de enfrentarlo cuando se convirtió en coach de Golden State. "Era un compañero increíble, uno de los mejores que tuve en mi carrera. Y es un ser humano asombroso. Amé jugar con él, y siempre amé competir contra él, más allá de lo difícil que era, porque jugaba con dureza, con pureza cada noche. Para él no había otro objetivo: era salir a la cancha, atacar y ganar", recuerda.
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Kerr podría hablar por horas de Ginóbili. Pero vale una frase que resume mucho: "Es uno de mis favoritos de todos los tiempos".
Hablamos de un Kerr que vivió muchísimo como jugador, incluso siendo parte de aquellos Bulls de Michael Jordan que ganaron un tricampeonato entre 1996 y 1998. De un Kerr que se enfrentó contra los mejores desde adentro y desde afuera de la cancha. Claro que, en eso de "los mejores", el nombre de Manu se destaca.