Con la temporada 2019-2020 suspendida de forma indefinida por la pandemia del coronavirus COVID-19, desde NBA Global miramos hacia atrás para recordar qué estábamos viendo en una campaña repleta de condimentos. Por lo tanto, largamos con una serie de artículos recordando cinco historias, momentos u observaciones de cada uno de los 30 equipos que componen la mejor liga del mundo. En esta entrega, repasamos la campaña de San Antonio Spurs.
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La nueva faceta de LaMarcus Aldridge
El mejor tirador de tres puntos de San Antonio Spurs en la temporada 2019-2020 se llama LaMarcus Aldridge. Si, un jugador que en la campaña pasada apenas encestó 10 triples pasó a ser la carta principal del equipo desde el perímetro, con un 38,9% de efectividad sobre una base de 157 intentos en 53 partidos (promedio de tres por partido).
Los números cambian mucho más y generan mayor impacto si solo los tomamos desde la última semana del 2019: ahí el porcentaje de acierto crece a 40,7% con 4,2 intentos por partido, dejando a LaMarcus junto a Karl-Anthony Towns (41,2%) y Kelly Olynyk (43,2%) dentro del grupo de los únicos jugadores de una altura mayor a 2,10 metros con una efectividad superior al 40% en triples.
Un especialista en los dobles largos, Aldridge no modificó prácticamente nada para sumar el tiro de tres puntos a su arsenal: simplemente pararse dos-tres pasos más atrás. A continuación podemos observar el gráfico de tiro de LMA en toda la 2019-2020 y el que tiene solo los intentos desde el 26 de diciembre, observándose allí como eliminó mucho sus intentos desde media distancia y desde el poste alto.
“Es un hombre inteligente. Se dio cuenta de que en la pintura no hay muchos tiros buenos, por que siempre estarás cubierto y el roce se permite mucho más, por lo que tampoco hay demasiadas faltas pitadas", le dijo Gregg Popovich a Jeff McDonald del San Antonio Express-News sobre esta modificación del juego del siete veces All-Star, que en esta temporada no estuvo cerca de ser considerado para el juego de las estrellas.
La producción de Aldridge no creció demasiado con este nuevo recurso (promedia 18,9 puntos y 7,4 rebotes por partido y claramente tomó el rol de escudero de DeMar DeRozan), pero cerca de que el texano cumpla los 35 años, sirve para que el jugador que tiene contrato garantizado con San Antonio para la temporada 2020-2021 vaya adaptando su juego a otro tipo de rol.
El regreso de Dejounte Murray y su inconsistencia
Tras un año y medio sin jugar un partido oficial, Dejounte Murray regresó a las canchas de la NBA al comenzar la temporada 2019-2020. A pesar de su inactividad, San Antonio le firmó en octubre un contrato de 4 años y 64 millones de dólares que comenzará en la 2020-2021 confiando en todo el potencial de un base increíblemente atlético que a los 21 años logró ser el jugador más joven de la historia en ser reconocido dentro de los quintetos de mejores defensores de la liga, en la 2017-2018.
Pero la vuelta de Murray no logró darle un salto de calidad al equipo. Ni siquiera Popovich estaba seguro de como juntarlo con Derrick White, la otra aparición joven del perímetro de San Antonio, y los terminó alternando como base titular y suplente. Murray finalmente se alzó con la titularidad, presentando un techo más alto, pero también un piso más bajo. Es que la irregularidad del base nacido en Seattle es uno de los termómetros de San Antonio en la 2019-2020.
Dejounte es capaz de tener un partido de 23 puntos y dos noches después firmar una planilla con 0 tantos. De repartir diez asistencias o de finalizar con más pérdidas que pases gol. El dueño del dorsal número 5 es dueño de un juego distinto, con una explosividad única y gran facilidad para sumar puntos rápidos en los contragolpes yendo de costa a costa, pero aún carece de tiro exterior (apenas metió 34 triples en la 2019-2020, intentando poco) y eso limita las amenazas que genera en las defensas rivales.
Todavía es un proyecto joven, pero cuando su nuevo contrato entre en vigencia a partir de la próxima temporada, Dejounte deberá devolver con más consistencia la confianza otorgada por San Antonio que en su momento llevó a pensar que la renovación había sido un "robo" por parte de la gerencia de los texanos.
Los problemas defensivos
Mucho se habló de que San Antonio no se adapta al juego moderno, que tiene pocos tiradores, que centra su juego en dos estrellas que no tienen tiro exterior y que su ofensiva es lenta. Pero el problema principal de los Spurs no está a la hora de ver el aro rival: son el décimo equipo que más anota (113,2 puntos por partido), están 11° en rating ofensivo (111,9 puntos cada 100 posesiones), su ritmo de 100 posesiones por juego es bastante estándar (15° en la NBA) y aunque tiren poco desde lejos (28,7 intentos de tres puntos, 28° en la NBA), son de los que más aciertan (37,1% de efectividad).
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El principal generador de derrotas está a la hora de defender. El rating defensivo de 113,7 (el sexto peor de la NBA) nos da un primer indicio de eso, en un equipo que permite casi 115 puntos por partido, cinco más que en la 2018-2019 y la 2017-2018, cuando con un ritmo lento logró ser el conjunto que menos tantos encajó por juego (99,8).
San Antonio recibió 125 puntos en al menos 12 partidos de los 63 que disputó y, como es lógico con esos guarismos, apenas se impuso en uno de ellos (135-133 a Houston Rockets en doble suplementario). Para los Spurs se volvió normal perder partidos en los que llegaron a tener una ventaja de 10 o 15 puntos, ya que cuando su ofensiva se seca no tienen herramientas para poder frenar al oponente y encajan parciales de 10-0 como si nada.
San Antonio es muy vulnerable desde el perímetro (permiten un 37,6% en triples), lo que es un verdadero problema ante equipos que si jalan el gatillo desde allí, y también sufre en los rebotes (les toman 9,4 rebotes ofensivos por juego). A pesar de tener defensores molestos como Dejounte Murray y Derrick White, casi no amenazan a los contrincantes con generar pérdidas (sólo el 11,5% de las posesiones rivales terminan en pérdida, siendo 26° en la liga en ese rubro) y permiten más comodidad a los enemigos para poner el balón en la pintura o encontrar un jugador libre en la zona exterior.
Algunos integrantes de la rotación como Marco Belinelli (118 de rating defensivo), Bryn Forbes (118) y Patty Mills (117) son claras debilidades del esquema defensivo, pero también eran miembros de equipos anteriores que no sufrían tanto en ese costado, por lo que sería injusto achacarle a ellos un inconveniente de sistema que es general.
Dos rachas negativas que complicaron la temporada
Quedó realmente muy lejos, pero hubo un momento de la temporada 2019-2020 en el que San Antonio Spurs llegó a liderar la Conferencia Oeste. Fue el 1 de noviembre, cuando con un récord de 4-1 tras vencer a Golden State en San Francisco los texanos quedaron en la cima. No era un primer puesto con mucho valor porque ni siquiera se habían disputado diez días de la temporada, pero si pone en contexto la impresionante caída que sufrieron los Spurs en noviembre.
Del 2 al 29 de noviembre San Antonio jugó 15 partidos y apenas ganó tres, con una racha pésima en el medio de ocho derrotas consecutivas (la peor de la era Popovich) y varias de ellas ante rivales que no eran de demasiado fuste: Orlando Magic, Washington Wizards, Memphis Grizzlies... Los de Popovich tenían el plantel completo, pero no encontraban el rumbo y de pronto se vieron con un balance de siete victorias y trece derrotas que dejó la 2019-2020 cuesta arriba.
Después tuvieron un récord de 7-5 en diciembre y uno de 7-8 en enero, que no están mal para la pelea por el octavo puesto del Oeste, pero en febrero volvieron a sufrir: la tradicional Gira del Rodeo, donde los históricos equipos de Tim Duncan, Manu Ginóbili y Tony Parker solían hacerse fuertes, trajo otra fuerte serie de caídas. Fueron cinco en fila, pasando por Los Angeles, Sacramento, Portland y Denver. En total la gira dejó un balance de 2-6 y febrero un 4-7.
En el principio de marzo los Spurs volvieron al ritmo de alternar triunfos y derrotas y su actual récord es de 27-36, ubicándolos a cinco victorias del puesto de Playoffs que ocupa Memphis Grizzlies.
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Más lugar para los jóvenes
Al ver el plantel de los Spurs en la previa de la temporada 2019-2020, parecía que poco cambiaría respecto a la última campaña con excepción de la recuperación de Dejounte Murray y la llegada de un alero experimentado como DeMarre Carroll. Ni siquiera el pivote canadiense Trey Lyles, sumado como plan B tras la negativa a último momento de Marcus Morris, se apuntaba como un jugador que iba a ser demasiado importante. Pero los malos resultados fueron modificando todo.
Lo de Carroll fue extremadamente llamativo: el ex Brooklyn Nets, que jugó muchos minutos en los últimos Playoffs, nunca pudo hacerse lugar en San Antonio, franquicia que acababa de firmarlo por dos años y 13 millones de dólares. Popovich apenas lo incluyó en 15 partidos, con un promedio de 9 minutos por juego, y el aporte del ex Brooklyn fue inexistente. De hecho su último partido jugado fue el del 8 de enero ante Boston Celtics y terminó rescindiendo el contrato a mediados de febrero para marcharse a Houston Rockets.
El escolta italiano Marco Belinelli, de pésimo rendimiento al comienzo de la temporada, también vio caer su promedio de minutos desde 23 a 15 respecto a la 2018-2019, mientras que Rudy Gay, otro con pasajes flojos, también perdió terreno (de 26 minutos a 21).
¿Quiénes fueron haciéndose lugar? Pues los jóvenes. Además de Murray, que finalmente se estableció como base titular con un promedio de 25 minutos por juego, Trey Lyles fue una carta constante del quinteto titular y el perimetral de 21 años Lonnie Walker le sacó el puesto a Belinelli, promediando 18 minutos por partido desde el inicio del 2020. El rookie Keldon Johnson también estaba comenzando a jugar de forma más habitual en los últimos partidos previos al parate. Sin haber tirado la temporada en momento alguno, Popovich fue buscando en la energía de los jóvenes la respuesta del equipo.
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