Durante las últimas horas la actualidad se ha centrado particularmente en los Sacramento Kings. La franquicia californiana tomó la decisión de despedir al que había sido su entrenador durante las últimas 2 temporadas completas, Luke Walton, por el bajo rendimiento del equipo. Con un balance de 6-11 y ubicados en la 12ª posición de la clasificación con un roster prácticamente idéntico al de los tres últimos cursos, los Kings parecen sentenciados a ocupar la parte baja de la tabla.
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Mientras tanto, Philadelphia 76ers sigue atascado a la espera de que Joel Embiid regrese de su baja por enfermedad y, sobre todo, de que se resuelva más pronto que tarde la situación con Ben Simmons. El base australiano ahora mismo es baja por razones personales, estando dentro del protocolo de salud mental de la liga debido a que no se encuentra listo para jugar. Tras un gran inicio, los de Doc Rivers se han desplomado al 10º puesto del Este con 9-8 de marca. Ambos conjuntos se medirán en la noche del lunes 23 de noviembre en un igualado encuentro.
Echando un vistazo a la plantilla de los dos equipos y la situación que atraviesan, los Kings parecen ser el candidato tapado a hacerse finalmente con Ben Simmons, iniciando así una nueva reconstrucción con el objetivo de poner fin a los 15 años de ausencia de Playoffs en la capital de California. ¿Cuáles son los escenarios posibles? ¿Qué jugadores se verían involucrados? ¿Es posible un traspaso entre Kings y Sixers? Lo analizamos.
Opción 1
Desde Philadelphia se ha reiterado el deseo de obtener a cambio de Ben Simmons un jugador lo más parecido al nivel de estatus del australiano. El problema para Daryl Morey es que apenas hay figuras en el mercado potencialmente traspasables pues, o bien acaban de llegar a la organización, o bien tienen una situación lo suficientemente estable para descartar esa vía. La opción de De'Aaron Fox a cambio del jugador de Sixers sería interesante porque supondría un reinicio para ambas partes.
Por un lado, el entorno de Simmons busca un lugar en el que este pueda ser el director principal del ataque, con una franquicia que construya alrededor suyo y Sacramento aparece como el único destino capaz de realizar esto junto a Spurs o Pelicans. Por otro, Philly adquiriría un base potencial All-Star que ha probado su valía en este tiempo en los Kings pese a las lesiones y los resultados, siendo un perfil muy diferente al australiano por su capacidad anotadora y de manejo del bloqueo directo. Mientras, los Kings añadirían un ancla defensiva que podría formar tándem con Tyrese Haliburton, siendo este un manejador secundario de élite.
Las compensaciones de Draft van a ser la clave de toda esta operación, independientemente de los involucrados. Los Sixers buscarán maximizar el valor de Simmons y los Kings al contrario. Con todo lo sucedido con el base de Philly lo más lógico podría ser un intercambio por la elección de 2022, una primera protegida y una 2ª ronda de un tercer equipo cuyo valor podría ser más alto incluso para el momento competitivo y salarial de 76ers.
Opción 2
Esta sería la otra cara de la moneda. Los Kings tienen la suerte o la desgracia de tener dos bases de un gran talento y proyección como son Fox y Haliburton, los cuales parecen encajar bien. Pero su techo juntos no está del todo claro. Dado el contexto de Sixers, un lote que incluyese al sophomore junto a un Marvin Bagley al que recuperar y revalorizar y un Buddy Hield con un contrato interesante y un valor siempre alto como triplista podrían servir en el corto plazo a los de Doc Rivers.
Añadir a Haliburton abriría la opción de sumar un talento todavía por descifrar pero que cuenta con mucha clase y puede impactar positivamente en el sistema de los 76ers. En esta posibilidad Philadelphia ganaría más a través de activos de Draft a cambio de no recibir una figura de calibre All-Star, apostando más a futuro que a presente.
La duda estaría quizás en el lado de Sacramento. Añadir a Simmons y mantener a Fox es una posibilidad tan sugerente como potencialmente errónea pues para poder funcionar ambos sobre la cancha las alineaciones deberían desplazar al australiano al puesto de point-center como falso 5, abrazando totalmente el small-ball. En caso de que ambos ejerciesen como bases, los oponentes tendrían fácil el planteamiento defensivo, pues Fox viene lanzando al 23% en esta temporada desde el triple y Simmons no ha dado muestras de poder tener un rango de tiro más allá de la zona.
Opción 3
Para acometer esta operación ambos equipos deberían esperar al 15 de diciembre, el momento en el que los jugadores firmados durante la Agencia Libre pueden verse involucrados en traspasos nuevamente, una fecha clave en toda la telenovela Simmons.
Este lote puede parecer mucho más equilibrado e incluso atractivo para Sacramento por el hecho de incluir dos figuras capaces de impactar desde el minuto 1, además de una compensación de Draft interesante por el hecho de incluir la primera ronda de 2022 y una segunda de 2024. Mientras, para Philadelphia este sería el paquete ideal por la combinación de presente y futuro, a pesar de sacrificar un Danny Green que ha sido vital en el sistema de Doc Rivers.
Ya hemos hablado de lo que Hield y Fox podrían aportar a Sixers, pero lo más notable de la operación sería la primera ronda no protegida de 2023, la primera en la que se vería el impacto de Simmons en el equipo californiano. Una elección que bien podría ser de mitad del Draft si los californianos llegasen a los Playoffs o todo lo contrario si su racha negativa se mantiene a pesar del base.
Conclusión
La situación de Ben Simmons está lejos de resolverse de la noche a la mañana. Todo lo que rodea a la operación y el deseo de Daryl Morey de esperar hasta que se presente la oferta ideal retrasarán considerablemente cualquier movimiento, especialmente teniendo en cuenta que hasta el 15 de diciembre no serán traspasables la mayor parte de los jugadores de la liga.
Atendiendo a los reportes filtrados y a las opciones que presentan los dos planteles, si Kings y 76ers avanzasen en sus negociaciones, lo más seguro es que el traspaso debería involucrar a un tercer o cuarto equipo. Este tipo de operaciones siempre son complejas por la dificultad de convencer a diferentes conjuntos con intereses variados.
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