Si había una certeza alrededor de la NBA era que Damian Lillard y Portland Trail Blazers eran un matrimonio inseparable. Pero esa historia ha empezado a cambiar poco a poco. No, el base no ha pedido un traspaso, pero sí ha expresado por primera vez sus dudas sobre la capacidad competitiva del proyecto, todo un problema pensando en su único y verdadero objetivo: ser campéon de la NBA. Eso es lo que hace aún más llamativo el papel de los de Oregon en la reciente offseason, bastante decepcionante para cualquier aficionado. Porque si la idea es demostrarle a Dame que Portland sigue siendo el lugar donde tarde o temprano ganará, la realidad del plantel para la 2021-2022 está muy alejada de la concepción de un candidato.
Más | El calendario de la temporada 2021-2022 y los detalles especiales por el 75° aniversario de la NBA
Los Blazers han sido uno de los equipos que menos se ha movido. Es más, tranquilamente se puede pensar que se han debilitado. No en gran medida, pero incluso un mínimo en este aspecto no se acerca a la mejora real que se necesitaba después de la decepcionante 2020-2021, con una eliminación en la Primera Ronda de Playoffs ante un Denver Nuggets plagado de lesiones.
Mirando al equipo del último curso, Portland ha perdido a dos jugadores valiosos de la rotación: Carmelo Anthony (13,4 puntos en 24,5 minutos, más su enorme experiencia y recorrido) y Enes Kanter, quien tendrá sus problemas en Playoffs, pero es útil en Fase Regular, sobre todo considerando el historial de lesiones de Jusuf Nurkic (el turco promedió 11,2 puntos y 11,0 rebotes en 24,4 minutos). Además, se fue un Zach Collins marcado por las lesiones que trastocaron el potencial que se le veía.
¿Quiénes llegaron? Más allá de la renovación de Norman Powell, se sumaron tres jugadores por el mínimo de veteranos: Cody Zeller como 5 suplente, Tony Snell y Ben McLemore como exteriores tiradores para el banco. Hablamos de tres jugadores que jamás han tenido papeles relevantes en sus carreras ni han funcionado de manera clara, consistente y positiva en equipos con aspiraciones reales. Además, tampoco parecen generar un cambio importante en la principal carencia del equipo: la defensa, costado donde los Blazers han sufrido sistemáticamente en las últimas temporadas (29° y 27° en los dos últimos cursos en cuando a rating defensivo).
El mayor movimiento de Portland, sin dudas, ha sido en su banco: del fin de la etapa de Terry Stotts, al inicio de la era Chauncey Billups. Un ex jugador con experiencia en equipos competitivos y de campeonato (ganó el anillo con Detroit en 2004) y con capacidad para llegar con cercanía al jugador, aunque sin experiencia a la hora de ser un head coach en la liga. En los últimos años se dieron varios casos de entrenadores debutantes que funcionaron a la perfección desde el primer día, pero no deja de ser una incógnita.
Lo concreto es que, en la práctica, Portland mantiene a su fuerte quinteto inicial (Lillard, McCollum, Powell, Covington y Nurkic) y cuenta con una rotación que tendrá como nombres principales (al margen de algunos ajustes que puedan aparecer) a Anfernee Simons, Ben McLemore, Tony Snell, Derrick Jones Jr., Nassir Little y Cody Zeller. Lejos de ser una garantía o nombres que apunten a generar un impacto verdadero y significativo, como puede necesitar un equipo que, en los papeles, debería apuntar a un campeonato para contentar a su estrella.
¿En qué estado se encuentra Damian Lillard entonces? CJ McCollum, su gran compañero en la mediacancha, pasó recientemente por el podcast de Adrian Wojnarowski y se mostró optimista. "No quiero hablar por él, pero tenemos una relación cercana y hablamos casi todos los días. Tengo un sentido bastante claro de lo que quiere, y sé que su objetivo es ganar un campeonato. Al final del día, eso es lo que queremos todos, ponernos en la mejor posición posible para ganar. Por lo que sé, quiere ganar un campeonato y quiere hacerlo en Portland, ha hablado del orgullo que siente. Es el objetivo que tenemos los dos. Así que ahora su enfoque, el nuestro, es ver cómo mejorar para la próxima temporada", expresó. Y agregó:
"Hemos llegado a los Playoffs ocho años seguidos, somos uno de los pocos que han sido consistentemente buenos en los últimos años y hemos producido por encima de lo que la gente esperaba de nosotros. No sé cómo nos irá, pero sé que buscaremos la manera de hacerlo funcionar más allá de las circunstancias".
En una Conferencia Oeste siempre competitiva, Portland no parece haber dado los pasos necesarios para seguir el ritmo de los mejores. Y eso, más temprano que tarde, será un tema peligroso a la hora de pensar en mantener al gran símbolo de la organización en la última década. Damian Lillard ya ha demostrado estar en la elite individual de la liga, pero a los 31 años empieza a pensar pura y exclusivamente en un anillo que, en los Blazers, parece irse alejando a medida que avanza su carrera.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.