Portland Trail Blazers acumula ocho temporadas consecutivas en los Playoffs, un lujo de pocos que sería un motivo para sentirse bastante satisfecho. Pero claro, cuando tenés entre tus filas a una estrella como Damian Lillard, ya instalado en la elite de la competición desde hace varias temporadas, llegar a las instancias decisivas es sabor a poco. Por eso la 2021-2022 será determinante para el conjunto de Oregon. El tiempo corre y Dame Time tiene sólo un objetivo: buscar un campeonato que, a día de hoy, parece lejano en la organización que lo seleccionó en el Draft 2012 y a la que varias veces le juró una fidelidad que se empieza a acabar.
El base no pidió el traspaso y todo parece indicar que continuará en el equipo, pero sí expresó sus sensaciones abiertamente, dejando en claro que su meta es un anillo y que quiere que la organización haga lo necesario para acercarse a esa posición. Y después de una decepcionante 2020-2021, en la que el equipo se fue eliminado en la Primera Ronda ante unos Nuggets plagados de lesiones, el escenario del plantel no parece haber mejorado. Es más, se dio lo contrario de cierta manera.
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Los cambios empezaron por arriba: después de nueve campañas en el cargo, Terry Stotts dejó de ser el entrenador para darle paso a la llegada de Chauncey Billups, quien hará su estreno como head coach. Desafío potente para alguien que cuenta con la experiencia de haber sido campeón y figura en un equipo con personalidad y carácter, cualidades valiosas para encaminar a un plantel como el de los Blazers. Pero claro, lo importante son las piezas con las que contará ahora, y ahí no hubo muchas novedades positivas.
Portland ha perdido a dos piezas básicas de su rotación como Enes Kanter, un seguro de vida en Fase Regular ante los problemas físicos de Nurkic (pero con escaso impacto en Playoffs), y Carmelo Anthony, quien aportaba su experiencia y jerarquía anotadora desde el banco. Además, Derrick Jones Jr. ingresó en una operación a tres bandas rumbo a Chicago. También se dieron otras salidas menores como Rondae Hollis-Jefferson y Harry Giles. ¿Y quiénes llegaron? Ben McLemore, Tony Snell y Cody Zeller (todos por un año y el mínimo), Greg Brown III vía Draft (#43) y en última instancia Larry Nance Jr., fichaje positivo tras meterse en el sign and trade de Markkanen a Cleveland. Lo más fuerte, quizás, fue concretar la renovación de Norman Powell (5 años y 90 millones).
Guardias | Perimetrales | Interiores |
---|---|---|
Damian Lillard | Norman Powell | Jusuf Nurkic |
CJ McCollum | Robert Covington | Larry Nance Jr. |
Anfernee Simons | Tony Snell | Cody Zeller |
Ben McLemore | Nassir Little | Greg Brown III |
CJ Elleby | ||
Trendon Watford (TW) | ||
Entrenador: Chauncey Billups |
A día de hoy, los Blazers tienen 13 contratos garantizados (y un two-way), a dos del tope para comenzar la Fase Regular. Es decir que faltarían algunas piezas, aunque el quinteto inicial es claro y, básicamente, es lo más fuerte del equipo: la pareja estelar en la media-cancha de Lillard y McCollum, Powell a su lado como otra fuente anotadora, Covington como el 3&D llamado a tapar todos los huecos defensivos, y Nurkic como faro interior, con la enorme necesidad de mantenerse sano después de un par de años plagados de lesiones.
En la rotación aparecen los problemas de Portland, porque hay pocas garantías. Nance Jr., el último en llegar, es un gran acierto porque es un obrero que ofrece defensa, versatilidad y seguridad. Pero luego hay muy poco. Simons comenzará su cuarto curso después de una 2020-2021 en donde mostró una gran mejora con su tiro exterior (42,6% triples en 4,4 intentos), pero sigue sin ofrecer seguridad cuando Dame descansa. McLemore es un tirador puro que nunca ha tenido consistencia en su carrera, Snell es un sólido tirador a pie firme pero no será alguien destacado (papel testimonial en la segunda mitad del curso pasado con los Hawks, cuando el equipo explotó), y Zeller está para el trabajo sucio en la pintura. Más atrás, jóvenes que aún no tuvieron minutos regulares.
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En resumen, la rotación de Portland está lejos de ser confiable, dejando un enorme peso en los titulares. Como si fuera poco, en el mercado tampoco se apunto a ajustar sobre la principal carencia del equipo: su pobre defensa. En definitiva, Lillard quiere apostar a un campeonato y para eso los Blazers necesitaban algunos movimientos para sumar jerarquía, pero eso estuvo muy lejos de llegar en una pobre offseason. ¿Hasta dónde podrán llegar en un Oeste súper competitivo y hasta cuándo aguantará Lillard este contexto?
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