Todo parecía seguir un guión marcado. Con Joel Embiid al frente, Philadelphia 76ers no parecían extrañar a Ben Simmons, pues su balance era el mejor de toda la Conferencia Oeste (8-2), habiendo vencido por partida doble a los favoritos Chicago Bulls y liderando la NBA en eficiencia ofensiva. Sin embargo, de un momento a otro, la baja del pivote camerunés por entrar en el protocolo de salud y seguridad de la liga, así como de Tobias Harris y de Matisse Thybulle, cambió radicalmente la imagen de los Sixers, sumando 5 derrotas consecutivas y desplomándose en la clasificación. Una racha que suponía la primera vez desde diciembre de 2017 que el equipo pasaba tanto tiempo sin sumar una victoria, lo cual reflejaba lo dramático de la situación.
En ese lapso de tiempo quedaron claras dos cosas. La primera, que con este plantel Philadelphia necesita más profundidad y una alternativa de garantías que pueda suplir a Embiid cuando este sea baja más allá de los jugadores de rotación. La segunda, que esa figura puede ser Tyrese Maxey.
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El base de segundo año ha comenzado este curso al mejor nivel posible, cumpliendo con creces el reto de convertirse en titular y rendir como alguien a tener en cuenta en el futuro a corto plazo de la franquicia. El ex de Kentucky es todo lo contrario a lo que Simmons representa. El joven es rápido, explosivo, impulsivo, pero también tiene instinto anotador y competitivo único, algo que de lo que siempre ha carecido el australiano.
En el tramo de 6 encuentros en el que Embiid lleva fuera por salud, Maxey ha dado un enorme paso al frente, siendo de largo el mejor del equipo entrenado por Doc Rivers, promediando 23,7 puntos con una eficiencia altísima: 52,8% en tiros de campo, 51,7% al triple y 83% en libres.
Al verlo jugar al ritmo que lo hace, lo lógico sería pensar que Tyrese Maxey tiende a perder muchos balones y tomar malas decisiones. Si bien eso era lo habitual en él durante su campaña rookie, el base de 21 años ha sido el jugador que menor ratio de pérdidas ha tenido en el lapso de los 6 últimos partidos con 2,9 y siendo este el 4º mejor de la NBA en ese tiempo con un uso del 23%. Y es que el base ha perdido tan solo 4 balones en ausencia de Embiid y como director de juego principal de Philly, jugando más de 37 minutos por encuentro.
Especialmente notable fue su rendimiento en el último encuentro contra Denver Nuggets, siendo clave en la consecución del triunfo por 103-89 y por ende, poniendo fin a la racha de 5 derrotas consecutivas. Con 22 tantos en 9 de 15 tiros de campo (60%) y 4 asistencias, Maxey completó una magnífica actuación desde el bloqueo directo, asociándose perfectamente tanto con Tobias Harris como con Andre Drummond.
Es precisamente en este tipo de acciones donde más parece haber evolucionado el base de los 76ers, comenzando a controlar buena parte de las variables que intervienen en el juego a media cancha y que más pueden ayudar a los suyos a conseguir tiros liberados.
En lo que llevamos de curso, Maxey está produciendo 1,08 puntos por posesión en acciones de pick&roll, siendo más que productivo como finalizador: 1,07 en bandejas, 1,11 en tiros en suspensión y 1,46 en flotadoras. Estos números lo colocan con un percentil 88 con una media de 7,1 posesiones por encuentro y perdiendo el balón tan solo en el 8,5% de las acciones.
Su partido ante Denver fue un perfecto ejemplo de lo devastador que puede ser su primer paso en una secuencia de este tipo:
Tyrese Maxey viene promediando en los últimos 6 partidos 23,7 puntos con un 52,8% en tiros de campo y 51,7% al triple y habiendo perdido solo 4 balones.
— Sergio Rabinal (@S_Rabinal) November 19, 2021
Todo ello mientras es percentil 88 en manejo del bloqueo directo. Su partido vs. Nuggets es un ejemplo de su progresión: pic.twitter.com/CyMgdTBXOK
A sus 21 años, Maxey todavía tiene mucho camino por recorrer y por mejorar en su juego. Su rapidez y desborde necesita ser encauzado y dominado, aplicándose en los momentos precisos de partido pues corre el riesgo de llegar al cierre sin combustible, algo típico en jugadores en sus primeros años. Un buen reflejo de esto ocurrió contra los Nuggets donde anotó 13 tantos en la primera parte y tan solo 9 en la segunda, intentando 6 tiros en 18 minutos.
Experiencias como este lapso de 6 encuentros van a ser clave en la progresión y desarrollo del pick 21 del Draft de 2020 en su camino a convertirse en un nombre clave en el futuro de Philadelphia 76ers.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.