Probablemente suene contradictorio hablar de los problemas de un equipo que aún tiene ventaja de un partido y medio en la punta de la Conferencia Este. Sin embargo, bien sabemos que la Fase Regular (y especialmente esta 2020-2021 con el factor bajas) puede ser sumamente engañosa y no reflejar necesariamente el poderío de cada franquicia: hay conjuntos y jugadores que regulan su energía, otros que van buscando su mejor forma con diferentes apuestas tácticas, otros cuyo récord se ve afectado por alguna lesión importante... en fin, la historia no es tan lineal como "el mejor récord es el mejor equipo". La evidencia para apoyar eso es interminable.
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Por varios motivos, el camino de los 76ers parece estar yendo por ese lado: una buena marca de 18 victorias y 10 derrotas, pero que no muestra el verdadero nivel del equipo. Así como el 17-12 de Brooklyn también es engañoso (en el otro sentido). O el 13-13 de Boston. O el 11-16 de Miami, por nombrar solo algunos. Philadelphia estaría cometiendo un error si no afronta sus problemas bajo la excusa de ser el líder de la Conferencia... un pecado que ya cometieron en la 2019-2020: tenían una marca aún superior tras 28 partidos (20-8), pero por no corregir errores su campaña se vino a pique y fueron barridos en la 1° Ronda de los Playoffs.
Aunque su récord sea peor, este conjunto de los Sixers parece ser superior al de la temporada pasada. Pero aún así, hay factores que le juegan en contra en el análisis. El principal está claro que es el tema calendario, el cual ha sido uno de los más favorables de esta campaña: su SOS (strength of schedule, potencia de los rivales) aparece rankeado 25.
Y con un detalle más: han tenido la fortuna de enfrentar a varios conjuntos potentes sin sus figuras, lo cual hace que la realidad de ese ranking sea todavía inferior. Aparecen dos duelos ante Brooklyn sin presencia de Durant ni Irving en ninguno de ellos, dos ante Boston sin Jayson Tatum, dos ante Miami sin Butler, Adebayo ni Dragic, otro ante Portland sin Lillard, McCollum ni Nurkic... en fin, no sería exagerado decir que aún cuando aparecen 25° desde lo estadístico, la realidad es que los de Rivers han tenido el fixture más benévolo de estos primeros meses.
Lo preocupante para ellos es que ni aún así han podido establecer un dominio claro en estos compromisos. Está largamente comprobado que los diferenciales de puntos y los ratings son mucho mejor indicativo del nivel de un equipo que su récord. Y en ese sentido, lo de los Sixers no entra en la élite de la competencia: aparecen aparecen 8° en Net Rating (+2,8 por 100 posesiones), 13° en rating ofensivo (112,8 por 100 posesiones) y 7° en rating defensivo (110 por 100 posesiones).
Aún enfrentando a rivales de menor calibre, Philadelphia tiene una ofensiva de apenas mitad de tabla y una defensa buena, pero que no llega al Top 5 de la liga. Su 18-10 se justifica con un gran rendimiento en los partidos cerrados (donde muchas veces influye el factor suerte), pero nada de ese perfil habla de un verdadero aspirante al título. A diferencia de Milwaukee y su Net Rating de +8, Utah con su +9,5, los Lakers con su +7 o los Clippers con su +7,9. Incluso los Nets, con todas sus bajas y diferentes situaciones, aparecen claramente por encima con un +3,6.
Claro que esos no son los únicos factores. Otro fundamental es la dependencia de los 76ers sobre Joel Embiid: Philadelphia tiene marca de 1-5 cuando el camerunés no está disponible y no solo eso, sino que además tiene un Net Rating absolutamente deficiente de -9,8 en las 1187 posesiones que ha disputado en esta temporada con Embiid afuera (como baja o descansando en el banco). Los de Rivers son un equipo dominante gracias a la tarea de su pivote estrella, pero no tienen manera de sobrevivir a los tramos sin Embiid, ni en ataque (percentil 12) ni en defensa (percentil 30).
El problema es que aún cuando Embiid esté sano para los Playoffs, tendrá que enfrentar a planes de juego específicamente diseñados para frenar su impacto y llevados a cabo por mejores defensas de las que suele enfrentar en la Fase Regular. ¿Puede mantener este nivel de MVP en ese contexto? Difícil, sobre todo por los antecedentes: ha tenido bajones muy marcados en sus participaciones en Playoffs, tal como lo refleja el 48,6% de campo que lanza en Fase Regular, contrastado con el 43,7% que registra en la postemporada. Y si Embiid no domina, está quedando claro que Philadelphia no tiene otros recursos confiables como para mantenerse como contendiente.
En ese sentido hay errores importantes a la hora del armado del plantel: en los partidos que Embiid ha estado afuera, la titularidad corrió por cuenta de Dwight Howard, Tony Bradley y hasta Mike Scott. Tres jugadores que por su nivel, difícilmente deberían tener un rol significativo en un equipo de punta. Ninguno de los tres ha estado a la altura de lo que Philadelphia espera de ellos y no cuesta entender por qué sufren tanto ante cada salida del interior africano.
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Hay defectos que probablemente los 76ers no vayan a poder corregir, como su muy flojo rendimiento perimetral (28° en triples intentados y en triples convertidos). Es complicado que eso cambie cuando la bola la tiene casi siempre un jugador mayormente de pintura como Embiid u otro directamente sin tiro como Simmons. Pero si bien esos problemas ya parecen ser estructurales para Philadelphia, el tema banco de suplentes es algo que debería poder corregir en estas semanas. O al menos intentarlo.
Y es allí donde marcamos que no deben conformarse con su liderazgo, si esperan poder dar pelea en esta 2020-2021. Conseguir una tercera estrella para acomapañar a Simmons y Embiid parece muy poco probable, pero los Sixers deberían buscar refuerzos en la pintura para una segunda unidad que está entre las más deficientes de la liga (25° en puntos, 23° en rebotes, 29° en asistencias). Las posiciones externas suplentes parecen estar bien cubiertas con Milton, Thybulle, Korkmaz y Maxey, pero la rotación de hombres grandes sencillamente no está a la altura: si Philadelphia llega a los Playoffs con Howard, Bradley y Scott como sus alternativas, será difícil que cambie el panorama de años anteriores, donde el desgaste para Embiid terminó siendo fatal para las chances del equipo.
Los Sixers han perdido cuatro de sus últimas seis presentaciones y aunque las mismas tienen algunos atenuantes (lesión de Milton, baja de Embiid, algunos finales cerrados), esta racha ha sacado una imagen más real de lo que es el presente de la escuadra: un conjunto que puede competir contra cualquiera en Fase Regular con su cuadro titular, pero que no parece tener los recursos para afrontar una postemporada ante contrarios más profundos y aptos para el básquet que se necesita en esas instancias.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.