La presión de ser el segundo pick del Draft 2017 de Los Angeles Lakers no es nada sencillo. Y menos cuando una leyenda como Magic Johnson pone una carga tan fuerte como decir que podrás estar entre los mejores jugadores de ese equipo.
Así le pasó a Lonzo Ball, quizás el basquetbolista con mayores reflectores de la clase 2017. Lo mediático que se convirtió su familia, así como ser proyectado que iba a ser elegido por los Lakers, le pusieron una carga muy fuerte en su espalda.
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Llegó su debut en la NBA y Patrick Beverley le hizo la vida imposible. Transcurrió la temporada, demostró un gran nivel, pero una lesión lo alejó durante gran parte del año.
Algo similar pasó en su segundo año. Sólo que con el factor de tener al lado de LeBron James y todo lo que se desató cuando Anthony Davis dio a conocer que no iba a firmar una renovación con New Orleans Pelicans. Ambas súper estrellas querían jugar juntos.
Se filtraron algunas propuestas de la franquicia angelina a los Pels, en los que involucraban a Lonzo. No se logró antes del trade deadline, pero en el verano llegaron a un acuerdo ambos equipos y Ball estaba incluido. Alguien que conocía Los Ángeles terminó yendo al otro lado de los Estados Unidos, a un mercado completamente distinto.
Ya es la tercera campaña del base en la NBA. Su primera hija nació y maduró. Además, hubo problemas fuera de la cancha con un miembro de su familia que lo ayudaron a tomar el control de su carrera.
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Los Pelicans son un equipo con mucho potencial, pero muy joven. Tienen a Zion Williamson, quien tendrá todas las luces sobre él, aunque también a J.J. Redick y Jrue Holiday, dos veteranos que podrán fungir como mentores a todo el talento que rodea esta franquicia.
“Es más que un jugador volcador. Es alguien que construye el juego, le doy la bola y a veces puede driblar, puede volar o encontrar a un hombre en la esquina. Y ya le he dado algunas asistencias de media cancha, solamente tienes que poner la bola en el tablero y él las atrapará”, dijo el mayor de la dinastía Ball en el podcast de Adrian Wojnarowski.
Full audio of Lonzo Ball on The Woj Pod: https://t.co/OmQWFBhynV pic.twitter.com/bM4Bn8EyQn
— Adrian Wojnarowski (@wojespn) September 27, 2019
Hasta que comience la temporada 2019-2020 y conforme vaya transcurriendo, veremos si saldrá de la banca o comenzará como titular. Será muy complicado que Holiday venga del banquillo, ya que es muy inteligente en ambos lados de la cancha. Sin embargo, podrán formar 1-2 Jrue y Lonzo, sólo que en ese caso Brandon Ingram o Redick tendrán que sentarse.
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Ball demostró en estos dos años que puede posicionarse como uno de los mejores defensores de la posición. Y, del otro de la cancha, uno de los mejores asistidores de la liga.
A pesar de todas esas cualidades tendrá que mejorar en dos rubros que son fundamentales para cualquier basquetbolista en la NBA: tiros libres y triples. En el primero ha ido 119 veces a la línea y ha acertado 52 veces para el 46,1%, uno de los peores porcentajes. Además, ha intentado 523 disparos detrás del arco y metido 165 para el 31,5%.
Lonzo Ball ya conoce la experiencia NBA y no será el jugador que más luces tenga en los Pelicans. Maduró como persona y basquetbolista. Tendrá que dar un mayor salto y, si las lesiones lo respetan, será fundamental en New Orleans con un plantel que podría llegar a los Playoffs.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
