Con la temporada 2019-2020 suspendida de forma indefinida por la pandemia del coronavirus COVID-19, desde NBA Global miramos hacia atrás para recordar qué estábamos viendo en una campaña repleta de condimentos. Por lo tanto, comenzamos con una serie de artículos recordando cinco historias, momentos u observaciones de cada uno de los 30 equipos que componen la mejor liga del mundo. En esta entrega, nos enfocamos en los New Orleans Pelicans.
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El fenómeno Zion
Una de las historias que más expectativa generaba en la previa de la temporada, pasaba por ver el debut de Zion Williamson. No solo por haber sido elegido con el primer pick del Draft 2019, sino por ser un prospecto extraordinario, en el sentido más amplio de la palabra: desde LeBron James en el 2003, que un novato no llegaba a la liga con tanto hype a su alrededor.
Por cuestiones físicas, la presentación de Zion se hizo esperar y recién llegó el 22 de enero, en el 45° partido de New Orleans en la campaña. El rival fue San Antonio y durante tres cuartos, el ex de Duke se mantuvo callado y en las sombras. Hasta que empezó el último cuarto...
How about 17 of his 22 points in the fourth quarter?! Zion Williamson with an impressive #Pelicans debut. #NBA #Spurs pic.twitter.com/eRkUPI5ZWS
— Justin Valentine (@JV_Sports_Talk) January 23, 2020
Esa sensacional actuación de Williamson en el cierre del duelo ante los Spurs, sería un anticipo de lo que vendría a partir de ahí. Aún cuando estuvo varios juegos con restricción de minutos y todavía no ha pasado de los 35 como profesional, las estadísticas del rookie ya son fenomenales: 23,6 puntos, 6,8 rebotes y un 59% de campo.
Pero lo más importante, es el impacto que está teniendo en el éxito de los Pelicans. Los de Gentry tienen marca de 10-9 cuando Zion está disponible, en contraste con el 18-27 cuando no juega. Además, su excelnte +/- de +10,1 es, por lejos, el más alto del equipo.
Aún cuando todavía tiene muchísimo en lo que crecer, esta versión beta de Zion ya es dominante, al ritmo de pocos otros internos de la competencia, sin importar edad o experiencia. Imaginen lo que está por venir...
Ingram y su año All-Star
Hasta el debut de Williamson, la historia más importante de los Pelicans pasaba por la evolución de Brandon Ingram, al punto de haber sido seleccionado al primer All-Star de su carrera.
El alero, que siempre se había quedado en promesas y destellos durante sus años Lakers, terminó de concretar el potencial que lo llevó a ser elegido con el segundo pick del Draft 2016: mejoró notablemente su capacidad triplera, ganó regularidad y se mantuvo sano durante la mayor parte de la campaña.
Los números de Ingram en la temporada hablan por si solos: 24,3 puntos, 6,3 rebotes, 4,3 asistencias, 47% de campo, 39% en triples y 86% en libres. Eficacia más volumen anotador, el combo ideal.
BRANDON. INGRAM. CLUTCH.
— Bleacher Report (@BleacherReport) January 17, 2020
Career-high 44 PTS and the game-winner. Wow. pic.twitter.com/jlDM1KKKyo
A lo largo de la liga, apenas otros siete jugadores alcanzan el 24-6-3 del nacido en North Carolina. Esa lista está compuesta por cinco MVP de Fase regular o Finales (Harden, Antetokounmpo, Kawhi, LeBron y Westbrook), además de dos de los mejores jugadores jóvenes del certamen (Luka y Towns). Esa es la compañía para Ingram, quien vale recordarlo, todavía tiene apenas 22 años.
Complemento para Zion
El traspaso de Anthony Davis a los Lakers no solo trajo a un futuro All-Star como Ingram, sino también a un Lonzo Ball que por fin parece estar en el ambiente adecuado: lejos de las luces de Los Angeles, sin la presión de destacarse junto a LeBron y en un equipo que encaja perfecto con sus virtudes.
New Orleans parece ser el lugar ideal para que Lonzo alcance su mejor versión. Desde la cantidad de tiradores que tiene a su alrededor (3° equipo con más triples por juego), el ritmo de juego (2° más alto), a un complemento ideal para su talento pasador, como Zion.
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La dupla Ball-Williamson ya está dejando jugadas espectaculares y promete seguir evolucionando con el correr de los meses. La química está ahí y es lógico, teniendo en cuenta las características de uno y otro.
Además, Ball ha tenido un progreso marcado desde el plano individual, especialmente con el tiro externo. En sus dos años con los Lakers, promedió 1,7 triples anotados por encuentro, con un 31% de eficacia. ¿En la 2019-2020? Subió a 2,5 conversiones y a un excelente 38%.
Todo, mientras se mantiene como uno de los mejores asistidores de la NBA (7 asistencias por partido). Al igual que con Ingram, a no olvidar que tiene apenas 22 años.
Veteranía entre juventud
Aunque la mayor parte de la atención en New Orleans esté puesta en el tridente U22 de Zion, Lonzo e Ingram, el equipo también cuenta con veteranos probados, que han dado un aporte clave para no caer de la carrera por ingresar a Playoffs.
Desde el siempre subvalorado Jrue Holiday (19,6 puntos y 6,9 asistencias), a un especialista como JJ Redick (14,9 puntos, 45% en triples), pasandro por el rendidor Derrick Favors (9,2 puntos, 9,9 rebotes, 62% de campo).
Next up, @Jrue_Holiday11 hits the spin cycle 🔄 and THROWS it down 💪 pic.twitter.com/JNoDoDgJfK
— New Orleans Pelicans (@PelicansNBA) March 19, 2020
La pregunta es cómo encajan estas piezas en el futuro de New Orleans. ¿Son realmente parte del plan o fichas para un posible futuro traspaso? Mucho dependerá de cuánto y sobre todo cuán rápido, terminen evolucionando Zion y compañía. Por ahora, está claro que son jugadores necesarios y protagonistas.
Equipo corto
Uno de los problemas que ha tenido New Orleans en la campaña pasa por la falta de profundidad en su plantel. El equipo siente enormemente la salida de cada una de sus figuras y rara vez encuentra respuestas positivas desde el banco.
Que los Pelicans tengan un NetRating de +10,2 cuando Zion está en cancha y de -2 cuando descansa, habla muy bien del novato, pero también bastante mal de sus alternativas.
Otro dato que ayuda a reflejar esta problematica, pasa porque exceptuando a Redick, quien pasó a la segunda unidad desde la aparición de Williamson, ningún otro hombre de New Orleans promedia más de 9 puntos saliendo desde el banco. Josh Hart se queda en 9,5 tantos, E'Twaun Moore en 8 y el resto ni pasa de los 6. Demasiado poco y realmente difícil de compensar.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.