Si hay algo que define a Los Angeles Lakers de esta temporada, eso es la defensa. El motor que mueve al conjunto angelino es el trabajo para evitar que el rival anote. Tarea que han realizado de un modo casi perfecto desde el mes de febrero, desplegando diferentes estrategias y planes con bastante éxito, dicho sea de paso. En el otro extremo, unos Golden State Warriors a los que el ataque les ha salvado en más de un momento crítico en esta campaña. De ahí que sobreviviesen a una serie de altísima exigencia ofensiva contra los Kings y ahora tengan tantos problemas para trasladar eso frente a los angelinos. Tal es el clima defensivo impuesto por los Lakers que está afectando a su principal activo, Stephen Curry.
Como ocurre con otras muchas estrellas en la NBA, a Curry no se le puede anular por completo en ataque. Ni en el transcurso de un partido ni en lo que dura una serie de Playoffs. Tan solo puede aspirarse a limitarle o complicarle la vida, es decir, que le sea mucho más difícil tener su habitual impacto positivo.
De ahí que, aunque los números no indiquen un cambio notable, la defensa de los Lakers sí está dejando su huella en Stephen Curry. El base de los Warriors ha pasado de 33,7 puntos con un 60,6% en tiros de 2 y un 37,8% de tres a 25,3 tantos con una precisión del 48,6% y 38,1% respectivamente. No solo eso, sino que han reducido sus tiros de campo de 24,6 ante los Kings a 21,8 en Semifinales del Oeste.
En otras palabras, los Lakers están haciendo que Steph parezca humano.
¿Cómo lo han hecho? Es momento de buscar algunas explicaciones.
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El factor Anthony Davis
La explosión de Stephen Curry tuvo un impacto mayúsculo en el juego y en la composición de los planteles. Para hacer frente a una amenaza como él se abandonó el prototipo de interior clásico y lento en favor de uno más polivalente y móvil. Anthony Davis es el mejor representante de esa particular nueva escuela.
Cuando está sano, AD es uno de los mejores defensores (para algunos el mejor) de toda la NBA por su versatilidad y capacidad de proteger el aro a un nivel de élite de manera consistente. Aunque anteriormente se midieron en dos series de Playoffs, Davis nunca tuvo un acompañamiento defensivo acorde a sus capacidades para hacerle frente.
Ahora, el jugador de los Lakers está en disposición de reivindicarse como un factor diferencial en el potencial éxito de su equipo.
Davis es un factor a tener en cuenta para Curry pues este posee la capacidad de emparejarse con el base sin que el mismatch exista como tal. El interior angelino le puede aguantar en el uno contra uno, a lo que cabe añadir que si la acción llega a la pintura es complicado que Steph pueda sacar rédito.
Así se entiende mejor que Anthony Davis haya dejado en 37 posesiones defensivas a Curry en un 44,8% de acierto en tiros de campo. En contraste, Sabonis permitió un 60% de precisión en 43 acciones.
Un trabajo que tuvo buenos resultados en el vital cuarto partido:
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Jarred Vanderbilt, el defensor del futuro
Jarred Vanderbilt es una de las gemas mejor escondidas de la NBA. De brazos interminables y una inteligencia aplicada al juego mayúscula, el alero cuenta unas habilidades defensivas que pueden convertirle en un futuro candidato al DPOY. Después de pasar sin pena ni gloria por Nuggets y Timberwolves, no ha sido hasta esta temporada donde definitivamente ha explotado como un factor a tener en cuenta.
Desempeñando un rol de absoluto especialista en este tipo de tareas, Vanderbilt ha asumido la difícil responsabilidad de ser punta de lanza para los Lakers en esta serie. La consigna de Ham es clara: siempre haya un bloqueo directo Vando debe cambiar de marca. Eso ha significado que tan pronto estaba con Curry, con Klay, Wiggins o Green. De tal modo que sus números en lo relativo a emparejamientos no cuenten toda la verdad, pues Vanderbilt ha sido un quebradero de cabeza para Steph.
Fundamentalmente porque lleva mucho tiempo preparándose para un momento como este:
“Vi mucho scouting sobre él. Lo he defendido antes, pero no en los Playoffs”, dijo Vanderbilt sobre Curry en Andscape. “Cada vez que está dentro de la línea de triple es una victoria para nosotros. Me concentro en él. Es el más peligroso en la cancha, especialmente cuando no tiene el balón en las manos. Lo más importante es detenerlo. Tratar de limitarlo”.
Un Vanderbilt que ha logrado dejar al MVP de las últimas finales en 12 puntos en 70 posesiones con un 5 de 11 en tiros de campo, dejando estampas como estas:
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.
