El apasionante desenlace del Play-In que dio como ganador a Portland Trail Blazers sirvió como reflejo del potencial ofensivo del que son capaces los hombres de Terry Stotts que, pese a una desacertada noche de Damian Lillard (31 puntos, 40% TC), supieron resolver el encuentro con maestría para asegurarse el pase a los Playoffs. Todo ello para encarar una Primera Ronda donde ya les esperan Los Angeles Lakers, flamante primer clasificado de la Conferencia Oeste (52-19) y aspirante a ganar el campeonato.
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Pese a ser un duelo entre primero y octavo clasificado el emparejamiento no podría ser más peligroso para los angelinos. Lejos de la desigualdad manifiesta que suele darse en este tipo de series, los Blazers son un arma de doble filo con un elenco de anotadores de pura élite, cuya conexión sin balón les permite encadenar amplios parciales desde la larga distancia y con un Damian Lillard en el mejor momento de su carrera, tras ser nombrado MVP de los seeding games con números de escándalo.
Los de Frank Vogel tendrán enfrente un complicado escollo en su camino hacia unas hipotéticas Finales de la NBA y deberán demostrar que pueden marcar la diferencia en la cancha a través de la defensa, porque será en ese extremo donde la serie se definirá. Todo pasa por cómo los Lakers planteen el frenar a Lillard, cómo detener su inabarcable rango en el tiro y paliar el depurado spacing que ha demostrado tener Portland a lo largo de todo el curso y especialmente en la reanudación.
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Primera ronda, territorio Lillard
Llegado el momento del clutch la sangre de Dame se torna fría, sus movimientos parecen calculados de antemano y la calma reina en la mente del base. Sabedor de sus capacidades, el jugador de los Blazers ha demostrado en repetidas ocasiones que es capaz de bajar sus pulsaciones al mínimo y ejecutar acciones de altísimo valor en el marcador para conducir a los suyos a la victoria, especialmente en los Playoffs. En las seis ocasiones que el equipo de Oregon ha alcanzado los Playoffs desde que cuentan con el base de Weber State en sus filas han conseguido pasar la Primera Ronda en 3 de ellas (3-3 de balance), siendo 2 de las 3 derrotas por barrido (2017 y 2018).
Sin embargo, y a pesar del registro, en todos esos choques ha quedado patente que a Lillard le basta apenas un palmo para poder construir una victoria.
Todo comenzaría en 2014 durante su temporada sophomore, momento en el que se presentaría ante los ojos del mundo como un jugador único. Su primer rival serían los renovados Houston Rockets (quintos en aquel año) a los que sometió con 25,5 puntos de media y un excepcional 47% en triples. De aquella épica Primera Ronda se recordará siempre la frialdad con la que definió la serie en el último instante del sexto partido cuando anotó un triple sobre la bocina que evitó que los texanos forzasen un séptimo encuentro.
Dos años más tarde, el base de los Blazers sería el artífice de una de las remontadas más inesperadas de la historia reciente de los Playoffs donde, sin ser favoritos en absoluto, le darían la vuelta a un 0-2 en contra en manos de LA Clippers para vencer en el sexto encuentro. Cuatro victorias seguidas que tumbaron a los californianos que parecían encaminados a medirse a los Warriors en Semifinales de Conferencia pero que fueron incapaces de frenar la conjunción de Lillard (22 tantos) y un McCollum que despertaba (19 puntos). Imposible dejar de lado la determinación mostrada por su estrella en la recta final del sexto partido, consiguiendo 28 puntos que acabaron siendo demasiado para los californianos.
2017 y 2018 acabaron siendo dos enormes decepciones en el proyecto de los Blazers que por momentos se tambaleó, pero todo eso quedó a un lado cuando en 2019 el equipo de Oregon acabó dando la sorpresa en una inesperada y larga carrera en los Playoffs dando caza a Oklahoma City Thunder y Denver Nuggets, siendo superados únicamente por Golden State Warriors en las Finales de Conferencia. No obstante, el momento más memorable llegaría en el desenlace de la Primera Ronda cuando Lillard acometió el que es, hasta el momento, el tiro más reconocible de su carrera.
A más de 10 metros de distancia, dejando previamente consumir el tiempo como si nada importase, Lillard definió con un side step ante los ojos de Paul George que nada más pudo hacer por evitar lo que él mismo llamó "un mal tiro". Juego, set y partido para un Dame que ha hecho de la Primera Ronda su hábitat natural y el espacio donde más peligroso puede volverse.
Estadísticas de Lillard en Primera Ronda
Puntos | Rebotes | Asistencias | % Tiros de campo | % Triples | |
Media | 25,3 | 4,7 | 5,3 | 41% | 41% |
* Datos de Stathead
Cómo frenar a Lillard
Existen pocas fallas sobre las que percutir en el juego de Damian Lillard. Controla el balón como pocos, su rango de tiro parece ilimitado, sabe finalizar con contacto y encontrar espacios sin balón. En definitiva, un jugador que pertenece a la élite de la NBA en última instancia. La base del juego de los Blazers se sustenta a partir del juego por parejas (bloqueo directo) o bien por tríos (pitch, floppys, pin downs...) a través de los cuales sustentar a sus dos anotadores principales como son el propio Dame y CJ McCollum.
Las estrategias más utilizadas hasta el momento por los rivales para tratar de paliar su impacto se han basado en perseguir al manejador y hundir al interior en flat con el objetivo de reducir al máximo el espacio disponible para el jugador con balón. Si bien esta propuesta es una de las más comunes en toda la NBA salvo contadas excepciones, en los Playoffs se tiende a realizar ajustes en función de las estrellas para paliar al máximo su influjo en la ofensiva o bien desviar el foco hacia otros jugadores.
En los dos últimos partidos Damian Lillard se ha enfrentado durante buena parte del choque a las conocidas como defensas agresivas, que ha relevado a la conservadora antes mencionada. De este modo, tanto Brooklyn Nets como especialmente Memphis Grizzlies le plantearon una defensa en flash y trap en el juego del bloqueo directo con la intención de evitar que pudiese percutir desde la larga distancia tras bote o bien atacase al interior hundido y fuese capaz de generar un posible problema de faltas. Si bien los Nets sufrieron con este tipo de defensa por la poca rotación interior de la que disponían, los de Taylor Jenkins sí que tuvieron mejor resultado, dejando a la estrella en 31 puntos pero con un 40% en tiros de campo y 35% en triples, ostensiblemente menor que en los anteriores encuentros.
La base de esta propuesta reside en que el jugador de los Blazers debe recorrer un mayor espacio si quiere evitar que el trap le obligue a retroceder, por lo que la defensa de Memphis tenía unos segundos extra con los que recuperar sobre la continuación y rotar para evitar canastas sencillas. De este modo, los de Tennessee impidieron a Lillard jugar en las distancias que él buscaba, cambiando el planteamiento de Portland y llevándole a situaciones de extrajuego donde entran en acción figuras menos habituales y relegadas a funciones ejecutoras como pueden ser Gary Trent, Carmelo Anthony o bien Jusuf Nurkic.
La solución que encontró Terry Stotts a esta respuesta de sus rivales se basó en cambiar el ángulo de los bloqueos hacia línea de fondo, donde destacó especialmente el trabajo del pivote bosnio, forzando ahora sí a los Grizzlies a defender en flat por la dificultad de saltar al trap en fondo.
Los Blazers son, en suma, un rival muy incómodo, especialmente para Los Angeles Lakers que no contarán con su defensor exterior principal en el equipo, Avery Bradley, ni con el segundo, Rajon Rondo. Así, todo el peso de la defensa del manejador deberá recaer en veteranos de la talla de JR Smith y Dion Waiters o jugadores de un rol más reducido como pueden ser Alex Caruso y Kentavious Caldwell-Pope. Las ausencias y la carencia de un defensor capaz de emparejarse con Lillard o McCollum de manera natural obligará a los de Vogel apostar por defensas alternativas. Aquí es donde entra en acción la defensa agresiva del bloqueo directo, ya sea en flash o trap.
El riesgo de este tipo de propuestas reside en que si se ejecuta de manera incorrecta dentro del nivel NBA puede derivar en un tiro liberado en una de las esquinas o bien una continuación liberada del bloqueador si el lado débil no da un paso al frente.
Por ello, el potencial éxito de los Lakers ante Lillard pasa porque Anthony Davis sea la llave de la defensa, saltando una vez tras otra sobre la estrella de los Blazers, asumiendo el riesgo de que este pueda decidir no atacar el trap y preferir un cambio desde el que jugar un aclarado. El ala pivote del conjunto angelino se ha demostrado como uno de los defensores más versátiles entre los interiores, capaz de aguantar una marca más veloz y ágil gracias a sus largos brazos y que le ha colocado en disposición de ganar el premio al Jugador defensivo del año.
Lillard está en el mejor momento de su carrera y los Lakers ante una oportunidad única de regresar a unas Finales de la NBA tras 10 años de ausencia. LeBron y los suyos no pueden permitirse un paso en falso y si algo ha demostrado Portland en las últimas temporadas es que les basta un centímetro para ganar dos metros y que nunca dan nada por perdido.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.