Indiana Pacers se encuentra en una situación sumamente delicada. A un partido de la eliminación frente a Miami Heat y con la sensación de haber estado mucho más cerca de disponer de una serie igualada de lo que el resultado arroja. El lunes (17:30 México, 19:30 Argentina NBA League Pass) servirá como momento definitorio de la temporada del conjunto entrenado por Nate McMillan pues un paso en falso podría poner fin a su periplo en el campus de Disney y, en caso opuesto, inyectar un extra de confianza al equipo para tratar de conseguir algo inédito en la historia de la NBA.
Este cuarto encuentro no solo es importante en el corto plazo por razones evidentes, una salida tan temprana como esta representaría el segundo barrido en los Playoffs en las dos últimas temporadas después de que Boston Celtics hiciese lo propio en 2019. No solo eso, desde la llegada de Nate McMillan al equipo de Indianapolis, los Pacers solo han ganado 3 partidos de 15 posibles hasta el momento. Un registro que no hace justicia al gran trabajo realizado pero que refleja que la franquicia todavía necesita mejorar considerablemente para poder dar el siguiente paso que necesita el proyecto.
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Las lesiones han marcado el día a día de Indiana en este tiempo, asumiendo la baja de Domantas Sabonis por una fascitis plantar en su pie izquierdo y los problemas que arrastran jugadores como Victor Oladipo y Malcolm Brogdon, compitiendo no obstante y dando una mejor imagen de la que el global de la eliminatoria refleja.
1 - Consistencia
El margen de victoria de media de Miami Heat en estos tres partidos ha sido de 10 puntos, pero el sentir al interno del vestuario de Indiana es que las diferencias entre los dos conjuntos han sido tan grandes como para que los de Florida hayan conseguido un 3-0 de manera tan rápida. De hecho, los de McMillan han entrado en todos los encuentros al último cuarto con opciones de llevárselo: -1 en el Game 1, -11 en el Game 2 y -4 en el Game 3.
Sin embargo, ha sido en la resolución del choque donde se han venido abajo, ya sea por errores propios (5 pérdidas en el tercer partido) o por un gran acierto rival (Dragic con 14 puntos en el primer partido). La consistencia durante los 48 minutos que dure el encuentro va a ser lo que amplíe o reduzca a 0 las posibilidades de Indiana de poder optar a forzar un quinto encuentro.
"Puedes poner excusas, puedes culpar a todo el mundo o puedes resolverlo. En la segunda mitad hicimos un mejor trabajo para resolverlo", dijo Oladipo al final del último partido. "Tenemos que tener la misma mentalidad en el próximo partido. Salir y hacer lo imposible. Sé que todos piensan que es el final. Estoy seguro de que lo conseguirán. Se ha hecho antes", aseguraba el jugador.
“Sabemos de qué se trata el Game 4. Estamos 3-0 en contra. Es ganar o irse a casa", dijo el entrenador Nate McMillan. "No estamos muertos".
Nadie ha remontado un margen así en una eliminatoria de Playoffs en la historia pero sí que se ha conseguido alargar la serie en más de una ocasión, algo que ha servido para ayudar a esos equipos a mejorar su imagen y poner en valor su trabajo.
2 - Algo más de Oladipo
No son los Playoffs de Victor Oladipo, pero tampoco es su año. El All-Star no ha tenido un camino fácil para llegar hasta aquí, superando una complicadísima lesión en el tendón del cuádriceps de la pierna derecha hace más de un año y medio y disputando apenas un puñado de partidos antes de la suspensión. Con la incertidumbre de su vuelta antes de llegar a Disney, Oladipo finalmente se unió a los Pacers sin que este haya podido todavía mostrar de lo que es capaz, fundamentalmente por los problemas físicos y la falta de ritmo que han caracterizado su juego.
Y no solo eso, ya que en el primer encuentro frente a Miami sufrió una contusión en uno de sus ojos, viéndose obligado a abandonar el choque y pasando los siguientes días entre algodones para tratar de sanar lo antes posible el severo impacto.
El rendimiento de la estrella en la serie ante los Heat ha estado lejos de ser ideal, con un 35% en tiros de campo y un 31% en triples, a la altura de su primera experiencia en la postemporada cuando estaba en Oklahoma City Thunder. La baja de Sabonis iba a requerir que el jugador de los Pacers asumiese más balón y fuese uno de los pilares del juego, algo que, hasta el momento, ha sido pero de manera muy poco eficiente. Pasados tres partidos, Oladipo es el tercer máximo anotador de Indiana con 15,3 puntos por encuentro, pero el octavo en rebotes (1,7) y el quinto en asistencias (1,7), muy lejos del perfil que nos acostumbró tiempo atrás.
Aunque Brogdon haya sido el mejor jugador del equipo hasta el momento no es suficiente, los Pacers necesitan una estrella, necesitan a Oladipo y no hay mejor escenario que un partido como este para que el de Maryland de un paso adelante.
3 - El momento de Warren
La previa de la serie había estado marcada por el enfrentamiento abierto que existía entre Jimmy Butler y T.J Warren. El primero, lider de los Heat; el segundo, en el mejor momento de su carrera. Un duelo por todo lo alto que poco a poco se fue diluyendo gracias en parte a la maníaca defensa de Butler sobre el jugador de los Pacers. Era de esperar que Warren bajase sus guarismos con respecto a los seeding games (31.0 puntos y 6.3 rebotes), regresando a números mucho más acordes a lo visto con 19,7 tantos y 6 capturas.
No obstante, su rendimiento no ha sido suficiente para acompañar a un Brogdon que por momentos se ha encontrado excesivamente solo, tirando del equipo en acciones individuales donde no es dominador, mientras Warren no conseguía encontrar los espacios adecuados para anotar. Los Pacers han tratado de buscar al escolta en acciones de poste bajo donde sacar ventaja por su buen físico sin temor a un gran desgaste, anotando con relativo acierto, pero ha sido desde el triple donde más se ha visto afectado por la defensa de los Heat que le han reducido hasta el 30%.
Si de algún jugador puede esperarse una reacción tan escandalosa en el costado ofensivo dentro del plantel de Indiana ese es Warren, un perfil de anotador incesante, que hasta hace unas semanas parecía tocado por una varita mágica y cuyo orgullo está tocado por el éxito de su máximo rival sobre el parqué.
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