Si los Playoffs de la NBA son una etapa en donde todos llegan al límite de sus posibilidades físicas, si se trata de un momento en donde los jugadores sienten como nunca el cansancio de una larga temporada, qué se puede decir de lo que debe estar viviendo Fred VanVleet.
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Es probable que el tanque de energía del base suplente de Toronto Raptors esté por por lo bajo en estas horas. Porque su vida vivió momentos de intensidad plena. Pero claro, hay situaciones que recargan el cuerpo y lo potencian por encima del físico. Y en este caso, la felicidad plena, la alegría y el amor taparon cualquier tipo de problemas y -para nada casual- lo llevaron a su mejor actuación en mucho tiempo, una tarea que pone al rojo vivo las Fiinales del Este ante Milwaukee Bucks.
El domingo, el jugador de 25 años había completado un partido por demás flojo, con apenas 3 puntos (más 6 asistencias) y un pobre 1-11 de campo (1-8 triples) que, para su suerte, no terminó impactando en lo colectivo (los de Canadá ganaron en doble suplementario). Pero sí extendió una postemporada en donde no está siendo factor. De hecho, entre las Semifinales vs. Philadelphia y los tres primeros encuentros contra los Bucks, acumulaba 7-44 de cancha, un horrible 13,6% de efectividad.
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Pero la vida (nunca mejor dicho) permite cambiar situaciones en un abrir y cerrar de ojos. El lunes, VanVleet viajó a su ciudad natal de Rockford (Illinois) para presenciar el nacimiento de Fred Jr., su segundo hijo. Y, menos de 24 horas después, de regreso a Toronto, se cargó de energía y explotó con su mejor tarea en los Playoffs. ¿Casualidad? Para nada...
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El base fue uno de los pilares de un banco de suplentes que fue determinante para el 120-102 con el que los Raptors igualaron 2-2 esta serie ante Milwaukee. Sumó 13 puntos, con 2-3 dobles y 3-3 triples, más un rebote, 6 asistencias y un robo en 25 minutos de acción. Fue apenas la segunda producción por encima de los 10 tantos en esta postemporada, y la anterior había sido allá por el 13 de abril, en el duelo inicial contra Orlando. Vaya si pasó un tiempo para que Toronto encontrara la verdadera versión de una pieza valiosa de su estructura.
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Para VanVleet, fue un renacer personal en medio de otro nacimiento -obviamente- más importante. Un momento que, pese a la locura de los Playoffs, le permitió reflexionar. "Es algo que te permite tener un poco de perspectiva sobre la vida. Tuve mucho tiempo para pensar. Me senté todo el día en el hospital y pensé mucho ahí y en el avión de regreso a Toronto. Es algo que cambia la manera en que mirás las cosas", analizó en declaraciones que reproduce ESPN.
Kyle Lowry, base de los Raptors, reconoció el valor de una tarea así para su reserva. "Lo necesitaba. Las cosas que vivió le permitieron relajarse de cierta forma. Y necesitaba un partido así. Jugó muy bien", destacó.
VanVleet, seguramente, debe estar con el sueño bastante tocado. Pero poco importa ese cansancio ahora mismo. En cuestión de horas pudo ver a su segundo hijo, y también se las ingenió para dejar su impacto en la búsqueda de las Finales. ¿Nada mal, no?
