Los Dallas Mavericks hicieron historia en la temporada 2019-2020, con un rating ofensivo (puntos anotados por 100 posesiones) que de acuerdo a los registros de Stathead, representó el valor más alto de todos los tiempos. Liderados por un maestro como Luka Doncic, más un esquema perfecto para el personal del equipo como el de Rick Carlisle, los texanos anotaron nada menos que 116,7 tantos por 100 posesiones, superando lo que habían hecho los Warriors una campaña atrás (115,9).
Sin embargo, no hubo que esperar demasiado para encontrar conjuntos que no solamente pongan en riesgo ese registro de los Mavs, sino que directamente lo estén arrollando con una diferencia enorme. Si bien recién nos estamos aproximando a la mitad de la campaña, lo cierto es que la 2020-2021 tiene a cuatro franquicias que están por arriba de lo hecho por Dallas y todas por un margen considerable: Brooklyn lidera con un rating de 118,8, los Clippers los siguen de cerca con 118,7, Milwaukee aparece tercero con 117,8 y Utah cuarto con 117,7.
De hecho, de los 10 ratings ofensivos más elevados de la historia, seis pertenecen a esta Fase Regular actual, sumándose a la lista Denver (6°, 116,7) y Portland (8°, 115,9).
La evolución ofensiva que está viendo la NBA en estos años es imposible de comparar con cualquier otra en la historia de la competencia. Durante más de 30 años, el mejor rating ofensivo de todos los tiempos le perteneció a los Lakers de la 1986-1987 (115,6). Pero como observamos, hoy estamos lejos de tener a equipos capaces de sostener ese liderazgo durante más de una campaña. Los Warriors llegaron al tope hace dos años, Dallas hace uno y en la actual, Brooklyn y Clippers se pelean por ese primer puesto. La progresión se ha acelerado a un ritmo inimaginado.
A la hora de analizar las variables que influyen en esta evolución anotadora al extremo, es importante entender el concepto de los Cuatro Factores (four factors), áreas con las que se compone el rating ofensivo. Estas son: porcentaje de campo efectivo (eFG%), porcentaje de pérdida (TOV%), porcentaje de rebote ofensivo (ORB%) y ratio de tiros libres (FT/FGA). Estudiando esos cuatro factores entenderemos qué es exactamente lo que ha sucedido en este tiempo.
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Empecemos por lo más claro y contundente: la revolución del triple. Temporada tras temporada, los equipos dependen cada vez más del tiro exterior y no solo eso, sino que también se vuelven más efectivos con ese disparo. El crecimiento en este sentido es notable: en la 2017-2018 se tomaban 29 triples por partido, en la 2018-2019 se intentaban 32, en la 2019-2020 unos 34,1 y en la 2020-2021 subimos a 34,9, pero con una considerable mejoría de porcentaje (de 35,8% a 36,9% entre torneo y torneo).
Ya hablaremos más sobre esos últimos valores, pero la realidad es que el moneyball ha llegado para quedarse y cada año toma más fuerza alrededor de la liga: más intentos de tres puntos, menos lanzamientos a media distancia, menos jugadas de poste bajo, más formaciones pequeñas con múltiples perimetrales... en fin, todas cuestiones que ayudan a la hora de encontrar ofensivas estadísticamente más efectivas.
De todas maneras, hay otro factor importante y mucho menos analizado, que también está influyendo en esa mayor eficacia de los equipos: el cuidado del balón. A la hora de repasar la lista de equipos con porcentaje de pérdida más bajo de todos los tiempos, nos encontramos con que los Spurs de la 2020-2021 lideran el ranking, entregando el balón en apenas el 9,9% de sus acciones. Segundo aparece otro conjunto de esta Fase Regular como Portland (10,2%), mientras que décimos figuran los Mavericks, también de este torneo (11,1%).
En este sentido, parece haber dos explicaciones lógicas. Un motivo seguro para el menor número de pérdidas es la selección de tiro de los conjuntos: está comprobado que hay muchas menos chances de perder el balón en una jugada de penetración y descarga para un tirador a pie firme o en un simple pick and roll, que en una posesión que lleva la bola al poste bajo. Menos jugadas de este tipo, menos pérdidas... innegable.
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¿Otra explicación? Los jugadores sencillamente tienen cada vez un mejor control del balón y más recursos para avanzar con el drible. No hay dudas al respecto. ¿Puede estar influyendo también una disminución en la intensidad defensiva de parte de los rivales? Es probable. Después de todo, hay dos caras de la moneda en este sentido: así como tenemos varios de los mejores ratings ofensivos de la historia, también aparecen cuatro de los peores ratings defensivos en la lista de los 10 más altos de todos los tiempos.
El eFG% se ha ido por las nubes por el crecimiento del triple y el básquet analítico, mientras que el nivel de pérdidas ha bajado considerablemente en muchos casos. ¿Qué pasa con los otros dos de los Cuatro Factores? Todo lo contrario: las ofensivas están cargando muchísimo menos al rebote de ataque que en años anteriores. Al punto que para encontrar una de esta temporada en los rankings históricos, hay que irnos al puesto 910° de los registros, con unos Pelicans que bajan el 26,7% de sus tiros fallados. Los equipos NBA simplemente han reducido al mínimo la carga al tablero de ataque, priorizando la transición defensiva. Y lo cierto es que esto no ha afectado de ninguna manera la eficiencia general de sus ofensivas, por lo que hay que darles el visto bueno.
Aunque no tan extremo, algo muy similar sucede con el ratio de tiros libres, el cual lógicamente ha caído, teniendo en cuenta que los ataques son hoy mucho más perimetrales. El mejor de esta campaña, Atlanta Hawks, se ubica apenas 343° en términos históricos.
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Claro que hay otras formas de evaluar el peso histórico de un ataque y una interesante es la comparación con el contexto. Algunos meses atrás hablamos de cómo si bien los Mavericks de la 2019-2020 registraron el rating ofensivo más elevado que se haya visto, su diferencial con respecto al promedio de la liga en esa campaña (+6,3) apenas los ubicaba 30° en un listado general liderado también por Dallas, pero en su versión 2003-2004 (+9,2). Lo mismo podríamos decir de Brooklyn en este certamen, con los Nets registrando un +7 por encima de la media de la 2020-2021, que los dejaría 16° en la historia, mientras que los Clippers figurarían 17°.
Sin importar qué criterio utilicemos, está claro que cada vez vemos una NBA más explosiva y eficaz en términos anotadores, potenciado por la tendencia de los súperequipos, con figuras que se unen en un mismo plantel (tal es caso de los Nets y Clippers). Ante esto, surge la duda: ¿hasta dónde puede llegar esta evolución?, ¿estamos acercándonos al techo de los ratings ofensivos y empezaremos a ver una reacción de parte de las defensas?, ¿o todavía estamos lejos de alcanzar los límites posibles?
Si bien es imposible encontrar una respuesta concreta hoy en día, hay algún indicio de que al menos por ahora, nos estamos acercando a ese techo. El más importante viene de la mano del tema triples: el promedio venía subiendo entre dos y tres intentos de temporada a temporada, pero se ha quedado en menos de uno desde la 2019-2020 a la 2020-2021. Como marcamos, de 34,1 a 34,9... una desaceleración clara. Y si bien el porcentaje de acierto es superior, es muy factible que esto tenga que ver con la falta de público en los estadios (basta revisar los números de la pasada burbuja de Disney para descubrir ese efecto), algo que poco a poco se irá normalizando.
¿Veremos al promedio de triples pegar otro salto en el corto plazo?, ¿aparecerá otro descubrimiento táctico-estadístico que influya en la eficacia de las ofensivas?, ¿surgirá un nuevo súperequipo que rompa con todos los moldes? Imposible descartarlo. Pero a la vez, hay varios indicios de que la 2020-2021 podría ser vista en unos años como el pináculo de la era dorada de los ataques. Mientras tanto, solo queda disfrutarla.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.