Más allá de que Detroit terminó quedándose con ese honor, cualquiera hubiera sido el ganador de la Lotería del Draft, hubiéramos vinculado inmediatamente a ese equipo como el futuro destino de Cade Cunningham. Aún si en el plantel de esa franquicia ya aparecía un jugador con características similares a las del texano. Este no es un año para elegir por encaje, sino por talento: esas son las garantías que ofrece un proyecto del calibre de Cade.
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El candidato a primer pick del Draft siempre aparece repleto de condiciones técnicas y naturales espectaculares. Es una obviedad destacarlo. Pero a la vez, normalmente encontramos también defectos evidentes en estos jóvenes, sea desde un punto de vista físico, atlético, técnico, de personalidad o sencillamente de encaje en lo que será su transición a la NBA. Y si bien lejos estamos de sostener que Cunningham es un jugador perfecto, en términos de características y proyección, realmente cuesta encontrarle un punto verdaderamente débil.
A la hora de analizar a un futuro rookie no debe hacerse foco solamente en sus virtudes, sino también en las cuestiones que pueden salir mal. ¿Puede tener problemas defensivos?, ¿de definición frente a interiores grandes y atléticos?, ¿de tiro?, ¿de toma de decisiones?, ¿de personalidad para hacerse cargo de un equipo como la primera opción ofensiva?, ¿tiene antecedentes de lesiones?
Normalmente, al menos alguna de esas preguntas encuentra una señal de atención. Alcanza con repasar a los últimos números uno del Draft: Anthony Edwards llegaba con cuestionamientos sobre su defensa y selección de tiro; Zion Williamson sobre su disparo perimetral; Deandre Ayton sobre su personalidad para asumir un rol ofensivo dominante... y así podríamos seguir con cada uno de los elegidos en el primer lugar (y ni habar de los que caen en el orden a otros picks posteriores).
Lo curioso en el caso de Cunningham es que es realmente complicado apuntar alguna de esas áreas como un déficit a corregir. Ni las que corresponden a su aporte en el campo, ni tampoco en las que respectan a su madurez afuera de él (algo que por ejemplo lastimó la valoración de LaMelo Ball en el 2020). Lógicamente debe seguir evolucionando y puliendo cada aspecto de su juego, pero las herramientas están ahí para ser un jugador absolutamente generacional.
Y más aún si tenemos en cuenta que su molde de estrella es el que más se valora en la actualidad: el playmaker de más de dos metros, capaz de anotar desde las tres distancias del campo, generar puntos para sus compañeros, ser amenaza desde el pick and roll y poste bajo, pero también como tirador off-ball y como si todo esto fuera poco, tener un impacto versátil y positivo en defensa.
Completo por dónde se lo mire.
La pregunta que nos surge entonces es cuándo fue la última vez que un jugador de su posición llegó a la NBA con una valoración tan alta. Hablamos de perimetrales con altura, básicamente descartando a los bases clásicos (Kyrie, Rose, etc.) y a los interiores (Zion, Davis, etc).
Desde el 2010 a la fecha, los únicos de ese grupo que fueron elegidos con el primer pick fueron Anthony Edwards, Andrew Wiggins y Ben Simmons. Pero todos llegaban con mayores dudas que Cunningham: Edwards fue el uno solamente porque se trataba de una clase sin el talento de otros años, Wiggins venía de una temporada algo decepcionante en Kansas y si bien Simmons puede ser comparable en el sentido de que se lo consideraba un proyecto generacional e indudablemente número uno, también presentaba déficits muy claros en su juego (total falta de tiro, para empezar).
Entre el 2000 y el 2010 el único perimetral (no base clásico) elegido con el primer pick fue LeBron James en el año 2003. Y ahí sí encontramos obviamente un proyecto muy superior al que representa Cade, aún cuando LBJ llegaba directamente desde el básquet de High School. Pero si de primeros picks hablamos, dice mucho que haya que retroceder 18 años para encontrar un perimetral con las garantías que parece ofrecer Cunningham.
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Pero ¿y qué tal los que no fueron primeros picks?, ¿aparece alguno que llegara tan bien valorado como el de Oklahoma State? El primer nombre que muchos deben estar pensando es el de Luka Doncic. Después de todo, el esloveno es exactamente la comparación que se le suele hacer a Cade. Sin embargo, no parece ser una respuesta correcta, ya que en términos de valoración, Luka no tenía una imagen tan positiva alrededor de la NBA como Cunningham. Hoy sabemos que esto fue en gravísimo error, pero de nuevo, estamos enfocando simplemente en el proceso previo al Draft y el hecho de que el ex Real Madrid haya sido elegido tercero (o quinto, según quieran verlo) en el orden, habla a las claras de que había mayores dudas sobre su llegada a la liga (sobre todo en relación a un tema atlético).
En esa misma categoría aparecen nombres que si bien hoy son considerados estrellas y quizá tengan una mejor carrera que la de Cunningham, en su momento no eran vistos como esa clase de joya indudable: LaMelo Ball, Jayson Tatum, Brandon Ingram, Jaylen Brown, Bradley Beal... incluso James Harden. Todos cayeron en el orden por un motivo. Y ni hablar de otros perimetrales como Victor Oladipo, Otto Porter, Michael Kidd-Gilchrist o Evan Turner, quienes si bien fueron tomados en el Top 3, no llegaban con una reputación tan segura.
Entonces, ¿cuál fue el último jugador en esa posición valorado por encima de Cunningham en la previa de un Draft? Además del ya mencionado LeBron, hay que retroceder hasta el año 2007, de la mano de Kevin Durant, quien si bien no fue elegido con el primer pick (Greg Oden se llevó ese honor), eso tuvo que ver simplemente con que Portland consideró (hoy sabemos de que manera insólita) que KD no iba a ser compatible con Brandon Roy y que prefería juntar al perimetral con un interior que se proyectaba como dominante en ambos costados del campo.
A pesar de ese pick 2°, el archivo de una de las webs dedicadas a estudiar a los diferentes proyectos, como NBADraft.net, nos ayuda a descubrir que Durant ya era visto como un jugador absolutamente de élite: la evaluación de sus diferentes atributos le daban un puntaje total de 104 a KD, comparado con los 100 que recibió Cunningham.
Jugador | Clase | Puntaje |
---|---|---|
Kevin Durant | 2007 | 104 |
Cade Cunningham | 2021 | 100 |
Ben Simmons | 2016 | 100 |
Brandon Ingram | 2016 | 99 |
Andrew Wiggins | 2014 | 99 |
Anthony Edwards | 2020 | 98 |
Luka Doncic | 2018 | 98 |
James Harden | 2009 | 98 |
Evan Turner | 2010 | 97 |
Jaylen Brown | 2016 | 97 |
RJ Barrett | 2019 | 96 |
Michael Kidd Gilchrist | 2012 | 96 |
Jayson Tatum | 2017 | 95 |
LaMelo Ball | 2020 | 94 |
Otto Porter | 2014 | 94 |
Como observamos, los mencionados Durant, Cunningham y Simmons son los únicos perimetrales altos que en este período 2007-2021 recibieron una evaluación de 100 puntos o más. Algo que si bien corresponde a un solo sitio web en particular, nos da una idea general de cómo eran vistos en ese momento. A su vez, tampoco cambiaría demasiado la historia si incluyéramos en el repaso a bases clásicos más bajos, con Rose (104 puntos) siendo de los pocos que estuvo a la altura de una nota semejante (otro número uno como Irving, por ejemplo, se quedó en 97).
¿Significa esto que Cunningham va a ser el mejor de esa clase de jugadores desde KD? Por supuesto que no. La evaluación de un jugador previo al Draft es una ciencia imperfecta y jamás hay un 100% de seguridad con respecto a ningún prospecto. Pero sí nos ayuda a darnos una idea de lo especial que luce esta clase 2021 y el valor ganado por los Pistons con ese primer pick.
Aunque habrá que esperar algo más de un mes para que sea oficial, en Detroit ya esperan a Cade con los brazos abiertos. A disfrutarlo, que como comprobamos, talentos así no aparecen todos los años.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.