Hace dos años y medio Argentina tenía su última presencia en la NBA, con el partido final de Manu Ginóbili en los Playoffs del 2018. Este 18 de noviembre, el país que es una de las referencias en el básquetbol latinoamericano regresa a la órbita de la mejor liga del mundo. Leandro Bolmaro, el mejor proyecto de una generación 2000 que lleva tiempo haciendo ruido en el básquet formativo argentino, fue escogido por New York Knicks y traspasado inmediatamente a Minnesota Timberwolves en el pick 23 del Draft 2020 de la NBA.
Así, con este momento inolvidable para el chico cordobés de Las Varillas, el mismo pueblo del que es oriundo el ex campeón NBA Fabricio Oberto, se termina de confirmar algo muy esperado desde fines del 2019, cuando el nombre de Bolmaro fue tomando mucho impulso entre los prospectos mejor apuntados de esta camada del Draft.
As Windhorst says, Knicks are sending Bolmaro to Minny for No. 25 and 33. https://t.co/oXEtHj9kyk
— Adrian Wojnarowski (@wojespn) November 19, 2020
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Es que el argentino de 20 años cumplidos el pasado 11 de septiembre tiene buena proyección tanto ofensiva como defensiva, un cuerpo interesante para su posición y experiencia de primer nivel en la Euroliga y la ACB de España, donde juega para el FC Barcelona, uno de los clubes más poderosos del mundo.
Su capacidad como creador desde el pick and roll, su buena visión de juego y sus capacidades a cancha abierta donde combina su velocidad y su capacidad de salto con su talento para llevar el balón hicieron que Bolmaro entre en el radar de los equipos NBA como una apuesta de bajo riesgo, que puede dar grandes dividendos a largo plazo.
Además es un jugador que no escatima esfuerzos a la hora de defender y que lo puede hacer muy bien ante otros perimetrales, la mayoría más chicos que él en los puestos de 1 y 2, mientras que como tirador todavía es bastante irregular, pero tiene el potencial para convertirse en una amenaza.
La falta de masa muscular y de cierta regularidad en el tiro, además de tener que agregarle un poco de paciencia a su juego y quitar en algunos momentos esas ganas de dar siempre el pase más espectacular posible y que rompa líneas de forma directa, son las dudas que se proyectan sobre él hoy por hoy, pero no es nada que el cordobés no pueda cambiar en el futuro y que seguramente continuará trabajando para mejorar, sea ya dentro de una estructura NBA o en el FC Barcelona, donde comparte entrenamientos con varios ex NBA como Nikola Mirotic, Alex Abrines, Nick Calathes y más figuras de uno de los mejores equipos del universo FIBA. Cada jornada es una gran chance de aprendizaje para él.
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"El caso de Leandro es uno de los pocos casos naturales que tenemos en Argentina. Su físico, su juego está cableado ya para jugar en este tipo de básquet. Después deberá hacer todo su proceso de transición, de adaptación y hay que ver si lo puede lograr. Pero probablemente sea el prototipo de jugador más natural a la hora de estar en esa liga (NBA). Lo que yo estoy diciendo y viendo es lo mismo que ven tantos equipos y por eso hay tanto interés, es bastante obvio. Pero en ese sentido rompe el molde del jugador argentino que es de mucha construcción y proceso", le comentó Pepe Sánchez a este sitio hace unas semanas sobre Bolmaro. El campeón olímpico en Atenas 2004 lo conoce bien: lo tuvo en su Bahía Basket en la temporada 2017-2018, en la que Leandro debutó como profesional jugando en la LNB argentina.
Un año antes que Sánchez, en el 2016, el entrenador Maximiliano Seigorman comenzó a trabajar con Bolmaro en las selecciones nacionales formativas y esto nos contó sobre el cordobés: "Encontramos a un chico con una pasión muy grande por el básquet y por querer crecer permanentemente. Quiere participar de cuanta actividad relacionada al básquet pueda existir. Además con una pasión y un compromiso muy grande por representar al país. Es un jugador que sorprende en cada entrenamiento, porque tiene una capacidad de superación permanente. Está todo el tiempo queriendo evolucionar y mejorar en sus detalles".
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Esa ética de trabajo lo hizo crecer a pasos muy acelerados a Bolmaro: hace cuatro años combinaba la actividad de básquet en el Club Almafuerte de Las Varillas con distintas pruebas de atletismo. En el año 2016 finalizó segundo en la competencia de Salto en Alto de los Juegos Evita y antes había ganado pruebas de octatlón. En noviembre de 2017 ya estaba debutando en la Liga Nacional y en el 2018 se marchó a Barcelona, que no dejó pasar la oportunidad de incorporar a un proyecto así. "La primera vez que lo vi en Bahía cuando vino me di vuelta y lo primero que le dije a sus entrenadores fue: 'muchachos, no hagan nada, no toquen nada", relataba Pepe Sánchez.
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Tras una temporada en el Barcelona B, jugando en la segunda división española, el año 2019 fue fundamental para Bolmaro: participó con Argentina del Mundial Sub 19, en el que fue el máximo anotador del equipo con 10,8 puntos por partido a pesar de haber sufrido una lesión en el debut con victoria ante Rusia, y luego disputó 13 partidos en el primer equipo del Barcelona, debutando en la Liga ACB y la Euroliga.
En la actualidad el argentino está establecido en el primer equipo del Barcelona, y aunque no forma parte del núcleo principal de la rotación ya disputó 14 partidos en la 2020-2021: promedia 3,9 puntos, 2 asistencias y 0,8 robos en 13,9 minutos en la ACB y 1,4 puntos y 0,8 asistencias en 7,2 minutos en Euroliga. El fin de semana pasado fue titular ante el Real Betis y se destacó, con 9 puntos, 3 asistencias y una buena labor defensiva.
Tiene contrato con el club catalán hasta 2023, así que si los Timberwolves lo quieren incorporar antes de tiempo deberán negociar con el FC Barcelona, aunque hay una cláusula de salida.
¿Cómo encaja Bolmaro en Minnesota?
Primero que nada, hay que decir que el futuro le habla en castellano a Bolmaro. Los Timberwolves se van armando como la franquicia hispana de la NBA: tienen al colombiano Gersson Rosas como ejecutivo principal, al argentino Pablo Prigioni como uno de los asistentes técnicos principales, al español Ricky Rubio como la nueva incorporación para la base, al dominicano Karl-Anthony Towns como estrella principal y al también español Juancho Hernangómez con muchas chances de renovar su contrato allí, ya que es agente libre restringido.
Ahora, con Rubio, D'Angelo Russell y el pick número 1 de este Draft, Anthony Edwards, el perímetro de los Wolves del joven entrenador Ryan Saunders está completo. Malik Beasley, de gran rendimiento en el final de la 2019-2020, es agente libre restringido y no sería rara su salida, pero además tienen otros nombres como Josh Okogie y Jacob Evans. Y Jacob McLaughlin parece que se quedará.
Por lo tanto, el escenario más posible indica que el argentino se quede a completar la temporada 2020-2021 en Barcelona, pero será cuestión de esperar a los próximos días.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.