Con la temporada de la NCAA finalizada abruptamente, debido a la expansión del Coronavirus, los mejores prospectos del baloncesto universitario empiezan a declararse elegibles para el Draft 2020 de la NBA. Ahora le llegó el turno de nuestro análisis a Saddiq Bey, alero surgido de la Universidad de Villanova.
¿Quién es y cómo juega Bey, elegido como el mejor alero de la 2019-2020 de la NCAA? Lo analizamos a continuación.
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Información personal
Saddiq Bey es un alero de 2,03 metros y 98 kilos, nacido el 9 de abril de 1999 en Charlotte. Luego de destacarse en un par de High Schools del estado de Maryland, Bey llegó a Villanova como un reclutado de cuatro estrellas, considerado apenas como el 83° mejor jugador de su clase, según la web especializada 247Sports.
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El primer año de Bey en la NCAA lo vio en un rol limitado, pero mostrando su potencial. Promedió 8,2 puntos y 5,1 rebotes, con un 46% de campo a lo largo de 36 minutos (29,6 minutos por juego). Su explosión al año siguiente, en la pasada 2019-2020, sería enorme: 16,1 puntos, 4,7 rebotes, 2,4 asistencias, un 48% de campo y un 45% en triples (31 partidos y 33,9 minutos por presentación).
Todo eso lo llevó a cerrar su carrera colegial con importantes distinciones individuales, incluyendo su lugar en el Quinteto Ideal de la Conferencia Big East, integrar la lista de finalistas para el Wooden Award (MVP de la campaña) y sobre todo, quedarse con el Julius Erving Award, entregado al mejor alero de la competencia.
Fortalezas
Bey se mostró como uno de los jugadores ofensivos más completos de la NCAA durante la 2019-2020 y si no promedió más de 16 puntos fue debido a que integraba un equipo de Villanova que no solo juega con un ritmo súper lento, sino que además ha hecho un culto del movimiento de balón y del básquet colectivo.
Lo primero para destacar de Bey es su físico: excelente estatura (2,03 metros) y potencia para la posición de alero e incluso a futuro, no sería raro verlo hacer la transición a la función de 3-4, al estilo de Jae Crowder o tantos otros perimetrales de la actualidad.
Desde el juego, la primera virtud que salta a la vista es su lanzamiento externo. Durante su carrera en Villanova tomó 5,8 triples por cada 40 minutos en el campo y anotó nada menos que el 42% de ellos. Posee una mecánica de tiro particular y no demasiado tradicional, pero no se puede ir contra sus resultados.
Si bien la mayoría de sus triples llegan a pie firme, también es capaz de levantarse desde el drible, a larga o media distancia.
Bey es un jugador que no solo puede producir fuera de la bola, sino que además se siente cómodo cuando debe crear con ella. Nadie lo va a confundir con una primera opción anotadora en un equipo NBA, pero como generador de juego complementario, el oriundo de Charlotte muestra condiciones interesantes: buen manejo y muchos recursos técnicos para liberarse de la marca (jugaba de base hasta los 15 años).
Recurre seguido al juego de espaldas al aro y sabe explotar una ventaja física en esa situación, ya sea para anotar por su cuenta o encontrar al compañero abierto.
Sólido pasador, con destacada toma de decisiones y un bajísimo nivel de pérdidas o situaciones forzadas. Se trata de un jugador inteligente y de equipo, como tantos otros surgidos de Villanova en estos años.
Muy buen rebotero ofensivo (bajó más de 2 por cada 40 minutos en el campo).
Lanzó cerca de un 65% en situaciones de definición durante sus dos campañas NCAA, compensando su falta de explosión con fortaleza física, recursos y buen toque.
Defensivamente, Bey también es muy bueno, proyectándose como un claro 3&D. Aún sin ser un súper atleta, muestra mucha intensidad y concentración en este costado, aprovechando su estatura y fortaleza para complicarle la vida a sus rivales.
Esta jugada en la que le niega la recepción a Markus Howard (#0), un base anotador de 27,8 puntos por partido, es un fiel reflejo de su capaciadad en este costado, mostrando su energía para marcar fuera del balón y su versatilidad para defender múltiples posiciones.
Debilidades
Bey parece ser un jugador listo para producir desde el primer día en la NBA, pero su techo no es demasiado alto, principalmente por no ser un atleta particularmente brillante. Se proyecta más como un jugador de rol o como un buen complemento, que como un All-Star.
En la NCAA le sacaba mucho provecho a su ventaja física con los defensores, recurriendo a su juego de espaldas, incluso en acciones de aclarados desde el perímetro. Sin embargo, esta parte de su juego será muy difícil de trasladar a la NBA, donde probablemente vaya a limitar su rol al de tirador.
Buen definidor a nivel universitario, pero su falta de explosión podría jugarle en contra en la NBA.
Otro punto en contra de su potencial como un anotador versátil: va muy poco a la línea de libres (2,6 intentos por 40 minutos) y lanza un 73% desde allí. Puede y debe mejorar ese porcentaje.
Defensor muy sólido, pero no de impacto: baja producción en rebotes defensivos, robos y tapas.
Posición de Draft proyectada: Pick 15 a 25.
Comparación NBA: Khris Middleton, Jae Crowder.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.