Tomar decisiones con la motivación de borrar un error previo no suele ser una buena decisión en ningún aspecto. El deporte no le escapa a esa lógica. Sin embargo, ese es el rumbo que tomarán los Milwaukee Bucks: después de despedir a un entrenador debutante como Adrian Griffin, irán por el otro extremo en términos de experiencia y apostarán por Doc Rivers.
Que el ciclo de Griffin no haya dado los resultados esperados no debería darle a Milwaukee la idea de que el problema pasaba por su falta de experiencia en el cargo ni que todo se solucionará contratando a un veterano de esa posición. El pasado reciente de la liga ha dado muchísimos ejemplos de técnicos rookies que demostraron su valía de inmediato, incluyendo campeones en su primer año como Nick Nurse, Ty Lue o Steve Kerr. Es un tema de nombres, no de años.
El problema, en todo caso, pasó específicamente por Griffin y no por su currículum vacío en lo que refiere a comandar un equipo NBA. Por eso, saltar de inmediato al décimo entrenador con más partidos dirigidos de la historia no es garantía de éxito. Sobre todo, con los antecedentes fallidos que trae Doc Rivers en la última década.
Nadie pone en duda la valía de Rivers como un buen entrenador NBA. Y tampoco que representará una mejora en relación a Griffin, quien evidentemente no estuvo a la altura del cargo con los Bucks. Sin embargo, el propio despido de Griffin marca a las claras que Milwaukee no se conforma con ser un buen equipo, sino que va por todo. Su mirada está puesta en el título y allí es donde Doc deja serias y justificadas dudas.
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Desde su obtención del campeonato de la 2007-2008 con los Boston Celtics, cada temporada de Doc Rivers al frente de un equipo ha terminado de manera dolorosa. Especialmente después de regresar a las Finales en 2010 con Boston -derrota ante Lakers- y de sumarse a los Clippers para la 2013-2014.
Desde esas Finales 2010, el récord de los equipos de Rivers en Playoffs -Boston, Clippers y 76ers- es de 65 victorias y 64 derrotas, con 9 series ganadas y 12 perdidas, además de no alcanzar unas Finales de Conferencia desde el año 2012. Todo, a pesar de haber tenido a disposición a jugadores del calibre de Blake Griffin, Chris Paul, Kawhi Leonard, Paul George, Joel Embiid o James Harden, entre otros. Talento no le faltó.
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A eso hay que sumarle su histórico registro de ventajas perdidas en muchas de esas series. Rivers es el técnico NBA que más séptimos partidos ha perdido: 10, incluyendo los últimos 5 de manera consecutiva. Además, sus equipos dejaron escapar tres veces una ventaja de 3-1 y en cuatro ocasiones un 3-2 favorable, incluyendo el perdido ante Boston en los últimos Playoffs.
Estaba claro que Milwaukee necesitaba un cambio en esta temporada. Y también que la bolsa de entrenadores desempleados a esta altura del año no incluye nombres estelares. Pero con la evidencia clara y repetida de los fracasos de los equipos de Rivers en postemporada -compartidos con varias estrellas que también cargan parte de esa responsabilidad, por supuesto-, la solución puede terminar siendo un problema más para las metas de los Bucks en 2024. Especialmente cuando lleguen los partidos decisivos y crezca la presión y la necesidad de ajustes de los entrenadores.
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