Contar con Giannis Antetokounmpo debería ser suficiente para ser un claro favorito a ganar el anillo. Los desajustes que genera el griego y su superioridad física son argumentos más que sólidos para imponerse a cualquier equipo. De ahí que la decisión de Milwaukee Bucks de traspasar por Damian Lillard fuese visto por muchos como el jugador que les faltaba para ya ser definitivamente imparables. Quién iba a pensar que, meses después, de la esencia defensiva del campeón de 2021 solo quedaría el recuerdo y más allá de Giannis los de Wisconsin no tendrían mucho más que ofrecer. Quizá, en este medio, se avisó tiempo atrás.
Si uno mira a la posición de los Bucks en la tabla no debería estar demasiado alertado. Los de Wisconsin ocupan la segunda posición en el Este con un balance de 25 victorias y 11 derrotas y tienen un cierto margen respecto a Philadelphia 76ers (23-12). Sin embargo, ganar no siempre es la solución a todos los males. A veces incluso es un parche que tapa una verdad incómoda. Y es que pese a tener el tercer mejor ataque de toda la NBA (120,3), Milwaukee es la 10ª peor defensa (115,8). Desde que Giannis logró el MVP el peor dato había venido en 2022, cuando terminaron en la media en términos defensivos, coincidiendo con la baja prolongada de Brook Lopez y la resaca del campeonato.
Los cambios producidos en el plantel para posibilitar la llegada de Lillard han hecho desaparecer toda la estructura defensiva que hizo a los Bucks un equipo temible. Esto no significa que la responsabilidad de que los de Wisconsin rindan mal atrás sea exclusiva del pésimo trabajo de Dame a nivel defensivo, sino que, además de eso, la ausencia de jugadores capaces de tapar sus carencias está siendo fundamental.
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Una situación que, a unas semanas del cierre del mercado de traspasos, ha hecho estallar a Giannis Antetokounmpo. Después de perder ante los Houston Rockets por 112 a 108 con 48 puntos, 17 rebotes y un 64% de acierto del griego, así como un 31,2% en tiros de campo y un 12,5% en triples de Lillard, el dos veces MVP no pudo callarse más y expresó su opinión ante los medios de comunicación.
"En ataque vamos a tener noches en las que estemos y noches en las que no. Nuestro esfuerzo defensivo, sin embargo, tiene que estar ahí. Y, defensivamente, nuestro esfuerzo no se ha visto", se sinceró Giannis tras una pregunta de Eric Nehm, de The Athletic. "No ha habido orgullo. La gente estaba ahí dividiendo, yendo en línea recta, llegando a la pintura, sobreayudando, tirando triples, conceciendo rebotes ofensivos. No hubo nada. Esto no son los Milwaukee Bucks. Esto no es quienes somos. Tenemos que hacerlo mejor. No podemos depender de que nuestro ataque meta 130 o 140 puntos cada noche. No va a funcionar de ese modo".
Las palabras de Giannis no son casualidad. En lo que va de curso 14 de los 36 partidos jugados por los Bucks han terminado con 120 puntos o más de estos. El año pasado por estas fechas llevaban solo uno y su máximo en la era Antetokounmpo fueron 8 en 2021. Por contra, en 19 duelos han permitido al rival anotar más de 120 tantos, el máximo en la historia de la franquicia desde su primera temporada en la liga en 1969.
La realidad para Milwaukee es que tras intercambiar a Jrue Holiday por Damian Lillard los Bucks ganaron en potencial anotador, pero a cambio perdieron consistencia ofensiva, dirección y, sobre todo, un pilar defensivo irremplazable. Y es que puede que el actual jugador de los Celtics solo sumase 18,5 puntos de media y 6,8 asistencias, pero encajaba en la filosofía de la franquicia, impulsaba al grupo atrás y mantenía al equipo en la senda correcta.
Los altibajos a nivel de rendimiento de los campeones de 2021 tienen mucho que ver con la inspiración de Lillard de cara al aro. El contraste de la estrella dependiendo del resultado del equipo es mayúsculo, cosa que no ocurre, por ejemplo, con Giannis Antetokounmpo y Khris Middleton:
Jugador | Estadísticas cuando Bucks ganan | Estadísticas cuando Bucks pierden |
Damian Lillard | 27,2 puntos, 45,1% TC y 38,5% T3 | 19,2 puntos, 36,2% TC y 25,3% T3 |
Giannis Antetokounmpo | 31,5 puntos, 61,3% TC y 27,3% T3 | 31,9 puntos, 60,5% TC y 17,6% T3 |
Khris Middleton | 13,9 puntos, 50,4% TC y 35,4% T3 | 15,5 puntos, 47,2% TC y 40,7% T3 |
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Mientras la vieja guardia de los Bucks da un paso adelante cuando el equipo va perdiendo, Lillard se desploma enormemente. Esto puede verse desde dos prisas. Uno, que la estrella no reacciona cuando vienen mal dadas. O dos, que la razón por la que Milwaukee pierde tiene que ver con la dependencia ofensiva respecto de Dame.
Si bien Lillard jamás será un defensor en la media debido a una cuestión física, de aptitud y actitud, esta no es la primera ocasión en la que un contender tiene una estrella que no aporta atrás. Es por eso mismo que la responsabilidad última de una mala configuración defensiva, la cual hace de los Bucks el 6º equipo que más puntos en la pintura permite (53,9), recae sobre el entrenador.
Adrian Griffin, en su primera temporada al cargo de un grupo, no parece estar logrando dar con la tecla. Bien por la inexperiencia, la presión, el personal o todas ellas juntas, la realidad es que el técnico está en el punto de mira. Y antes de plantearse siquiera la gerencia mover a Middleton, Lopez o Connaughton, mirarán hacia el banquillo en busca de soluciones o reemplazos.
"Tenemos cuatro meses para mejorar", dijo Giannis Antetokounmpo para terminar su alocución sobre los problemas que acechan a los Bucks. Cuatro meses es mucho tiempo en la NBA o poco dependiendo de las deficiencias del grupo. Con una disonancia semejante entre ataque y defensa, un desequilibrio en la construcción de la rotación y unas opciones de mejora vía traspaso tan limitadas, Milwaukee tiene por delante un periodo clave para definir su potencial.
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