La parte que no se ve de la NBA es probablemente la más importante de la liga, es decir, el negocio. Todo lo que no sucede sobre el parqué importa y determina lo que pasará en él en el futuro. Desde los contratos de los jugadores, la relación con los agentes de éstos, la vida de las estrellas fuera de las canchas, así como un sinfín de detalles que hacen funcionar a la perfección la competición.
Una de las características que diferencian a la NBA de otras ligas es que patronal y sindicato son dos caras de la misma moneda puesto que los dos son socios, compartiendo una parte sustancial de los beneficios anuales (lo que se conoce como BRI). NBPA y liga se dividen a partes iguales las ganancias del negocio en una sinergia que ha hecho crecer a la NBA enormemente desde que se hiciese efectiva la unión de ambas entidades en el convenio colectivo de 1983.
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Las relaciones entre patronal y sindicato han ido cambiando en el tiempo, siendo esto síntoma del clima que vivía el negocio, con épocas de mayor actividad como finales de la década de los 90 y otras más calmadas como desde 2014 a 2020. En este último periodo ha sido cuando la liga ha crecido como nunca antes a nivel económico, pasando de ganar 3,38 billones de dólares en la temporada del lockout a 8,76 billones en la 2018-2019, antes de la crisis sanitaria. Un crecimiento sostenido que ha sido posible fundamentalmente a la estrecha relación entre dos figuras clave en ese sentido: Adam Silver, Comisionado de la NBA y Michele Roberts, Directora Ejecutiva de la Asociación de Jugadores.
Llegada a la NBPA en 2014 para sustituir a Billy Hunter después de casi dos décadas al frente del sindicato, Roberts se convirtió en la primera mujer en ocupar un puesto semejante en todo el deporte profesional y más en concreto en el masculino, territorio tradicionalmente vedado a otras mujeres por cuestiones de género. El tiempo ha demostrado ser el mejor aval de esta abogada nacida en 1956, demostrándose más que capacitada para el puesto, tanto en los tiempos de bonanza, como en los de negociación, diálogo y concesiones.
Al contrario que su predecesor, Roberts ha sabido lidiar y mantener una muy buena relación con la liga y más concretamente con el Comisionado, signo también de los tiempos, llegando a acuerdos y consensuando todas las decisiones en favor tanto de la competición como de los intereses de todos los jugadores, algo siempre difícil de conjugar en una liga como la NBA donde las estrellas marcan el presente.
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"No paso mucho tiempo pensando en romper un techo de cristal", dijo la Directora del sindicato en 2014 a la revista TIME. "Esto no va a ser Billy Hunter contra la NBA. Esto es Michele Roberts y un equipo de gladiadores. No digo que tenga una fórmula mágica. Esa sería una receta para el desastre. Al final, quiero que mis clientes sean felices. Si mis clientes obtuvieran el mejor trato posible dadas las circunstancias, lo consideraría una victoria”.
Inmersos como estamos en la era del empoderamiento de los jugadores, donde estos cada vez están en una posición en la que poder ejercer un mayor poder, teniendo la capacidad de decidir dónde y con quiénes van a jugar, así como aprovechar su posición para influir positivamente en la sociedad, Roberts ha construido una buena relación con los protagonistas del juego, estando abierta siempre a escuchar sus peticiones, en especial con Chris Paul, Presidente del sindicato.
Nacida y crecida en el complicado barrio del Bronx de Nueva York, Roberts luchó para poder cumplir con su objetivo vital, estudiar derecho, graduándose en 1980 en la Universidad de California en Berkeley. Desde 1980 desarrolló una difícil y prolongada carrera como parte del servicio público de abogados del distrito de Columbia, donde se ganó una reputación de sólida negociadora e incansable abogada en todos los juicios que tomó parte durante más de 20 años, antes de pasar al sector privado, trabajando para firmas reputadas como Skadden y Akin.
Más allá de su relación como simple aficionada a los New York Knicks, Michele nunca había tenido un cargo relacionado o una dedicación real a la NBA, algo que cambió una vez entró a formar parte del sindicato, metiéndose de lleno en la mayor empresa dedicada al baloncesto de todo el globo. La clave para entender su figura reside en una fe ciega en el principio de negociación como base para conseguir el mejor pacto posible para sus representados. Algo lógico dada su posición, pero que en la práctica dista mucho de sus predecesores, que tuvieron que lidiar en un contexto mucho más adverso en términos de confrontación y donde la relación entre liga y jugadores era bien diferente.
"Es importante para el juego que podamos hablar con regularidad", decía en 2016 a The Undefeated. "Ambos somos conscientes de que tenemos clientes, pero somos educados. Y creo que estamos en un lugar donde hay respeto mutuo".
Uno de los puntos clave en el mandato de Roberts sucedería en marzo de 2020, cuando el positivo de Rudy Gobert desencadenaría una serie de acontecimientos sin precedentes que llevaron a la NBA a suspender la temporada. Seguidamente se abriría un proceso muy complejo entre liga y sindicato para encontrar no solo el mejor modo de reanudar la competición sino de cuidar la salud de los jugadores, responder a sus peticiones y salvaguardar el bienestar económico del negocio. Algo muy difícil de conjugar, pero en donde nuevamente volvió a comprobarse lo bien preparada que estaba la Directora de la NBPA para todo tipo de contexto, ya fuese en tiempos de bonanza o de crisis, en este caso sanitaria.
"No sabía qué hacer. Así que hicimos lo que hacen las personas inteligentes, recurrir a aquellos que realmente tienen respuestas: los expertos. Estoy enormemente orgullosa tanto de esta liga como de nuestros jugadores porque, ante lo que parecía imposible de superar, tomamos un respiro y decidimos ser inteligentes al respecto", afirmó en 2020 en The Athletic. "Decenas de miles de horas de llamadas, de reuniones, con gente paciente e inteligente, los cuales crearon la burbuja. Estoy increíblemente orgullosa del trabajo que hemos hecho como socios".
A través del diálogo y la interlocución como iguales, NBA y NBPA consiguieron no solo sacar adelante la reanudación de la temporada pasada, sino encontrar un punto de encuentro para el actual curso con el objetivo de salvaguardar los intereses económicos del conjunto de la liga así como tratar de minimizar el impacto del coronavirus en los jugadores, asumiendo que el riesgo nunca iba a ser 0.
"Las cosas hay que hacerlas bien y hay que dialogar y creo que hemos demostrado que las dos partes hemos sido capaces de no ir a las partes negativas sino encontrar la solución en la que podamos seguir avanzado, porque es lo que todos queríamos", contó José Manuel Calderón, asistente especial de Roberts a este medio hace unos meses.
Todo ello en un contexto al que hay que añadir el creciente clima de protestas por cuestiones de justicia social y contra el racismo, algo donde la NBPA ha sabido colocar a los jugadores en disposición de ser protagonistas, consiguiendo que la liga aceptase muchas de sus propuestas e incluyendo la creación de un fondo común dedicado a abordar estos asuntos.
En el horizonte de Roberts no hay otro asunto que la negociación de un nuevo convenio colectivo (CBA), el cual se adapte a la nueva normalidad. El actual pacto se extiende hasta el final de la temporada 2023-2024 con una opción de ruptura bilateral en la 2022-2023, por lo que, nuevamente, la búsqueda de consensos y el arte de la negociación serán fundamentales para la creación de un horizonte común entre patronal y sindicato.
La figura de Michele Roberts ha de pasar a la historia como alguien capaz de dinamitar la cuestión de raza y género en un territorio eminentemente masculino, donde el machismo no siempre opera de una manera evidente sino a través de cuestiones estructurales o micromachismos. Líder en su campo y referente para otras mujeres que vengan tras ella, Roberts es un ejemplo a seguir cuando se habla de relaciones laborales y deportivas a todos los niveles.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.