Michael Jordan es sinónimo de la NBA. Y también de Chicago Bulls. La franquicia de Illinois está en la liga desde hace casi 60 años, pero ningún jugador está ni siquiera cerca de significar para ella lo que fue MJ. La superestrella de la única era en la que llegaron a las Finales. Y no solo hicieron eso, sino que ganaron cada una de las definiciones que disputaron.
Jordan terminó dos veces su carrera como jugador de los Bulls y habiendo vestido solamente esos colores en el profesionalismo, con sus retiros de 1993 y de 1998. Pero ya en el siglo XXI, MJ regresó una vez más al deporte al que tanto engrandeció. Y no lo hizo en Chicago.
El tercer paso de Jordan por la NBA fue con Washington Wizards, en las temporadas 2001-2002 y 2002-2003. Y los choques ante los Bulls no solamente fueron inevitables, sino que se dieron bastante ante la naturaleza de tratarse de rivales de conferencia en el Este.
Así fue como el 4 de enero de 2002 MJ y los Bulls estuvieron por primera vez en un mismo partido, pero en lados opuestos. Y el astro de la NBA fue el victorioso: sus Wizards se impusieron en Washington por 89-83, un marcador tan de esa época que asusta, con una producción de 29 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 2 tapones de Jordan en 38 minutos, unas semanas antes de cumplir 39 años.
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MJ todavía podía saltar muy alto y lo comprobó Ron Mercer, el hombre al que los Bulls tenían en la posición de escolta que Jordan había ocupado hasta hace cuatro temporadas.
"Puedo saltar cuando tengo que hacerlo. Especialmente cuando estoy enojado. Fue una de esas situaciones en las que el enojo me da un poco más de energía para ir arriba y conseguir el tapón", declaró Jordan, que sí, se lo había tomado personal.
El 23 había llegado a ese partido tras dos de sus actuaciones más legendarias en Washington: un partido de 51 puntos para ganarle a Charlotte Hornets y otro de 45 tantos, 10 rebotes y 7 asistencias para vencer a New Jersey Nets. Los Bulls sabían que tenían que frenarlo si querían tener una oportunidad y le lanzaron encima a su perro de presa, un Ron Artest de tercer año en la NBA, con 21 años y muchísima energía que apenas dos años después ganaría el premio al mejor defensor de la liga.
Artest fue muy físico -como siempre- con Jordan y hasta lo frustró con dos tapones sobre él, pero el segundo desató la revancha de MJ ante Mercer.
Ese día Jordan logró uno de los últimos hitos de su carrera: se convirtió en el cuarto jugador de la historia de la NBA en superar los 30 mil puntos en la liga. Se retiraría con 32.292 tantos, en el tercer puesto hasta ser superado por Kobe Bryant y LeBron James.
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Jordan enfrentaría a los Bulls en cinco partidos más -los últimos dos contra Chicago de la 2001-2002 no los disputó por lesión-, y se retiraría con un gran récord de 5-1 ante Chicago y promediando 16.2 puntos, 7.8 rebotes y 5 asistencias en esos encuentros a pesar de que los últimos los jugó unos días antes y unos días después de su cumpleaños 40.
Eso si, los Bulls quizá no eran la mejor vara para medirse: Chicago finalizó último en el Este en la temporada 2001-2002 y fue duodécimo en la 2002-2003, en ambos casos con varias victorias menos que Washington a pesar de que los Wizards de Jordan nunca alcanzaron a ser un equipo de Playoffs.