Seguimos repasando la historia de las diferentes franquicias ligadas al Draft de la NBA y en este caso, es tiempo de poner el foco sobre Philadelphia 76ers.
Los Sixers son una de las franquicias con más historia y recorrido de la competición, ganadoras de tres campeonatos y que en los últimos años han resurgido de un largo periodo de derrotas con un elenco de jóvenes adquiridos a través del Draft. Aunque hace ya casi cuarenta años que consiguieron su último anillo se trata de uno de los conjuntos con mayor presencia en la NBA y por donde han pasado algunos de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Philadelphia, además, ha tenido una gran relevancia y protagonismo en las noches del Draft con cuatro picks 1 y veinticuatro entre las cinco primeras elecciones. Nombres históricos como Andre Iguodala, Ben Simmons, Darryl Dawkins o Mo Cheeks vienen a la memoria a la hora de hablar de los 76ers.
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¿Pero cuánto más trabajaron de forma correcta? ¿Qué errores tuvieron que podrían haber modificado la historia? Repasemos todo.
Los mejores
Charles Barkley - #5 en 1984
La llegada de Barkley a Philadelphia supuso una inyección de oxígeno a una plantilla tan solo un año antes se había coronado como campeona de la NBA con Julius Erving y Moses Malone a la cabeza y cuya adición parecía ser la incorporación perfecta para liderar la transición hacia un nuevo horizonte. Sir Charles representaba un tipo de jugador por explorar en aquellos años 80: rápido, devastador en contraataque y con la habilidad para jugar desde afuera hacia adentro. Un cuatro móvil en la era del poste bajo que encajaría a la perfección en el esquema de movimiento sin balón de Billy Cunningham.
Apenas le demoraría una temporada mostrar todo su potencial ofensivo, pasando de ser el cuarto en la rotación de Philly a la primera opción ofensiva junto a Malone que entraba en sus últimos años de carrera. En su año sophomore (1985-1986), Barkley daría un paso adelante de la mano del nuevo técnico Matt Guokas que se traduciría en el mejor rating de win shares (la estadística que mide la importancia de un jugador en la consecución de las victorias), una métrica que seguiría llevando su nombre de manera ininterrumpida hasta su marcha en el verano de 1992.
A la salida de Malone y la retirada de Erving el equipo quedaría en sus manos, alcanzando los Playoffs en tres de las cuatro temporadas siguientes y ganando dos eliminatorias. La falta de un horizonte que garantizase a Barkley la opción de ganar un anillo y de hacer frente a los Chicago Bulls de Jordan forzaron su salida en junio de 1992. Sir Charles dejaría un legado en los 76ers que todavía perdura, siendo el quinto máximo anotador (14.184), tercero en rebotes (7.079) y quinto en robos (1.007). Philadelphia eligió bien en un Draft que vio a Olajuwon y Jordan ser seleccionados antes que él y tan solo John Stockton tuvo una carrera comparable a la de Barkley.
Allen Iverson - #1 en 1996
La primera elección de los Sixers en más de 20 años (después de Doug Collins) se materializó en un jugador que cambiaría para siempre el rumbo de la franquicia y de la liga en sí. Allen Iverson irrumpió en la NBA como un jugador atípico, no solo por su estatura (1,83m) sino por su actitud, movimientos y recursos. Un jugador inédito en la historia por la capacidad con la que se desenvolvía por la pista, moviendo esos apenas 74 kilos de peso con una rapidez y una facilidad que durante casi una década le convirtieron en uno de los mejores jugadores de la competición.
Elegido por delante de jugadores que acabarían teniendo una carrera más larga y exitosa como Kobe Bryant o Ray Allen, The Answer alcanzó su pico de carrera a una velocidad solo posible para un prototipo como él. En su año de debut consiguió la segunda mejor marca de la historia en triples anotados por un novato (155) y siendo el primer debutante desde Oscar Robertson en conseguir más de 1700 puntos y 500 asistencias además de alzarse con el premio al Rookie del año. Ah, por el camino dejó sentado a un tal Michael Jordan.
Gracias a Iverson los 76ers pasaron de ser un equipo del fondo de la clasificación a uno de los principales candidatos al anillo a comienzos del 2000 y alcanzando las Finales en 2001 con un año irrepetible donde se coronó como MVP a razón de 31 puntos, 4 asistencias y 2 robos de media. La carrera de The Answer se iría apagando poco a poco por el impacto de las lesiones, especialmente en sus tobillos, que magullaron enormemente su cuerpo y le impidieron mantener un nivel que le habría llevado a convertirse en uno de los máximos anotadores de la historia de la NBA.
Joel Embiid - #3 en 2014
En este último puesto podrían haber entrado otros con más trayectoria como Andre Iguodala (9º máximo anotador), Hal Greer (máximo anotador) o Maurice Cheeks (máximo asistente), pero a decir verdad, ninguno de ellos disponía del potencial para convertirse en uno de los nombres propios de la NBA como es el caso de Joel Embiid. El jugador camerunés posee un cuerpo y unas dimensiones únicas (2,13 de altura y 2,28 de envergadura) a lo que se suma una coordinación excelente y una disociación entre su tren superior e inferior que le colocan en disposición de dominar la pintura en un momento donde la figura del pivote ha cambiado con respecto a épocas precedentes.
Es innegable que el factor lesiones pesa mucho a la hora de valorar a Embiid, el cual se perdió sus dos primeras temporadas al completo por fracturas por estrés en sus pies así como problemas en las rodillas, pero la rapidez con la que demostró que podía marcar la diferencia con un total de 600 puntos en sus primeros 700 minutos en la liga despejaron todo tipo de duda con respecto a sus aptitudes para este deporte.
En tan solo 200 partidos en la liga el pivote camerunés se ha convertido en el único jugador en la historia de la NBA en conseguir más de 4500 puntos, más de 2000 rebotes y más de 300 tapones en ese período de tiempo. La decisión de apostar por The Process en 2014 por delante de otros como Aaron Gordon, Julius Randle o Dante Exum pudo ser controvertida en aquella ocasión, pero el tiempo ha demostrado que su calidad estaba por encima de los dos picks precedentes: Jabari Parker y Andrew Wiggins. La salud es la clave para que Embiid pueda convertirse en uno de los jugadores más importantes de esta era y liderar a la franquicia hacia un futuro lleno de éxitos.
Los peores
Markelle Fultz - #1 en 2017
La carrera de Markelle Fultz no pudo empezar de peor manera. Tras maravilla en su año freshman en la Universidad de Washington, la repercursión del joven base creció exponencialmente hasta consagrarse como el mejor prospect de toda la generación del Draft de 2017. En tan solo dos meses pasó de ser considerado un jugador llamado a ser All-Star a no ser capaz siquiera de armar el brazo para lanzar un tiro libre, mostrando una total descomposición de su mecánica de tiro.
Entrados en la temporada 2017-2018 los 76ers relegaron a Fultz a un lugar secundario antes de declararle como inactivo tras cuatro partidos. La razón subyacía en una lesión de diagnóstico inconcluso en su hombro izquierdo que le llevaría a disputar tan solo 64 partidos con Philadelphia antes de ser enviado a Orlando Magic por Jonathon Simmons y una segunda ronda.
El problema de la elección de Markelle es el precio que Philadelphia pagó por hacerse con la elección número 1 de aquel año, pues los Sixers intercambiaron el pick 3 de ese año y una primera ronda de 2019 que se convertiría en Romeo Langford (pick 14). Y no solo eso, el hecho de realizar el movimiento permitió a Boston hacerse con Jayson Tatum así como dejar escapar a otros con una proyección e impacto que se ha comprobado mayor como De'Aaron Fox, Jonathan Isaac o Donovan Mitchell.
Jahlil Okafor - #3 en 2015
Un juego de pies rapidísimo, una habilidad para manejar el balón de espaldas única y una capacidad para defender inexistente. Jahlil Okafor es un jugador que desgraciadamente nunca llegó a cumplir las expectativas puestas en un pivote cuyo potencial en High School y college apuntaba a ser altísimo.
Los 76ers apostaron todo su futuro por el nativo de Chicago saliendo de una temporada con tan solo 18 victorias y la inadaptación de Okafor a la liga y a las exigencias de la franquicia fueron más que evidentes. Problemas fuera de las canchas, un rendimiento irregular y el poco compromiso en todo lo que no fuera anotar lastraron la imagen de un jugador que nunca llegó a estar a la altura de las expectativas.
Por detrás del pick 3 de los Sixers fueron elegidos otros como Kristaps Porzingis, Devin Booker o Kelly Oubre Jr. y cuya elección venía a ocupar un puesto ya cubierto en el equipo por Nerlens Noel y Joel Embiid. Okafor saldría traspasado de Philly en 2017 junto a Nik Stauskas y una segunda ronda a cambio del veterano Trevor Booker.
Sharone Wright - #6 en 1994
Bautizado como el próximo Charles Barkley y formado en la Universidad de Clemson, Sharone Wright maravilló en su etapa universitaria con más de 14 puntos y 9 rebotes de media en sus tres temporadas en NCAA. Se trataba de un ala pivote de 2,11 metros con la capacidad de correr la pista y de jugar al poste bajo con una rapidez más que destacable. Los 76ers venían de un mal año y estaban inmersos en un proceso de reconstrucción tras la salida de Sir Charles por lo que disponer del pick 6 les permitía apostar en firme por un jugador joven y rodearle de una plantilla acorde.
Su año de debut sería más que notable con 11 puntos y 6 rebotes de media y dejando buenas sensaciones junto a Shawn Bradley que era la verdadera apuesta del equipo. La idea, pensaban, era formar una dupla de grandes a partir de la cual poder dominar el juego. Sin embargo el experimento sería un absoluto fracaso y ambos saldrían traspasados en 1996. Wright pondría rumbo a los Raptors donde disputaría dos temporadas sin mucha relevancia y sin destacar antes de sufrir un terrible accidente de coche en Georgia que le dejó graves secuelas físicas.
En aquel Draft de 1994 Philadelphia eligió a Wright por delante de otros como Eddie Jones, Jalen Rose o Brian Grant que tendrían una larga y productiva carrera NBA.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.