Orlando, en el centro del estado de Florida, es la ciudad donde para muchos los sueños se hacen realidad. La presencia de los parques temáticos de Disney hacen de esa ciudad un punto turístico mundial, un destino al que gente de todas partes del globo acude en busca de distensión y felicidad.
Para dos jugadores actuales de Orlando Magic, la ciudad trajo lo mismo. Motivos para sonreír, para ver su carrera reflotarse. Markelle Fultz y Michael Carter-Williams, hace un tiempo al borde de ser desterrados de la NBA, hoy son jugadores importantes en la rotación de un equipo que muy probablemente será parte de los Playoffs de esta temporada 2019-2020. Orlando apostó poco por ellos y tuvo dividendos grandes.
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Al inicio de sus carreras como profesionales, el hype alrededor se hizo gigante. Y también ocurrió en el mismo equipo. Carter-Williams fue drafteado por los 76ers en 2013, cuando empezó la era de "The Process" y Philadelphia quedó con un plantel muy joven y diezmado. Se estrenó en la liga con una actuación fenómenal ante el campeón Miami Heat (22 puntos, 13 asistencias y 9 robos).
Como líder de ese equipo perdedor, MCW fue elegido Rookie del Año en una camada bastante floja de la 2013-2014, cuando los nombres de Giannis Antetokounmpo, Rudy Gobert y Victor Oladipo aún no habían explotado.
Carter-Williams fue operado en su hombro derecho antes de comenzar la 2014-2015 y no solo su nivel decayó en su segundo año, sino que los focos pasaron de lo que hacía bien a lo que hacía mal: su falta de tiro y su tendencia a perder balones eran lo que más llamaba la atención. Los Sixers lo descartaron enviándolo a Milwaukee: allí también tuvo titularidad y minutos (promedió 12,4 puntos, 5,3 asistencias y 4,7 rebotes en 30,5 minutos por partido), pero múltiples lesiones y mucha inconsistencia hicieron que su valoración caiga más.
Chicago, Charlotte y Houston lo fueron a buscar después, pero con lo que se encontraban todos era con lo mismo: problemas de lesiones y un tiro que nunca mejoraba. Hay poco espacio en la NBA actual para un jugador perimetral que no sea una amenaza al menos a pie firme.
Mientras tanto, Fultz había llegado a la liga siendo el pick número 1 del Draft 2017. Philadelphia había realizado un traspaso para poder elegirlo. Con sus condiciones atléticas parecía el base del futuro. Pero de pronto su capacidad de tiro había desaparecido. Era tan nula como la de MCW. Un problema en el hombro que nunca terminó de tener demasiada clarificación era el asunto. El tiempo pasaba, pero nada se arreglaba. Fultz no era un jugador eficiente para un equipo como los Sixers que ya eran contendientes de Playoffs de la mano de Joel Embiid y Ben Simmons.
Así, tras apenas 33 partidos, el 7 de febrero de 2019 lo enviaron a Orlando Magic a cambio de Jonathon Simmons, una elección de Draft de segunda ronda de 2019 y una primera ronda protegida top 20 de 2020. Una apuesta barata para los de Florida por un jugador de 20 años, confiando en que los problemas en su hombro se solucionen. No había apuro alguno con Fultz: no lo utilizarían en todo lo que quedaba de la 2018-2019.
En tanto, el rol de base suplente del equipo sería para otro ex Sixer al que habían rescatado: Michael Carter-Williams, descartado por Houston Rockets y Chicago Bulls en enero, firmó un contrato de 10 días con el Magic en marzo de 2019. A los 27 años, parecía su última chance en la NBA, a un lustro de haber sido elegido el Rookie del Año. Dio todo para sostenerla. Promediando 5,4 puntos, 4,8 rebotes y 4,1 asistencias en 18,9 minutos por partido, su lugar ahora estaba como especialista defensivo. Con sus casi 2 metros de altura y buena lectura del juego, MCW le podía dar a la segunda unidad de Orlando el as en defensa que necesitaba.
Orlando decayó un poco de la 2018-2019 a la 2019-2020, pero en el flojo Este se mantiene de nuevo entre los ocho mejores. Tuvo un mercado tranquilo, pero una gran aparición: Fultz se estrenó con los de Florida, se ganó la titularidad rápidamente tras cinco partidos y a los 21 años esta demostrando que su carrera tiene futuro. Promedia 12,1 puntos, 5,2 asistencias, 3,3 rebotes y 1,2 robos en 28,3 minutos por juego. Sigue sin ser un peligro con el tiro de tres puntos, pero compensa un poco siendo un gran definidor cerca del aro, amenaza tanto a la hora de penetrar como de jugar en transición. También mejoró mucho en algo que es crítico para su juego: los tiros libres. De un 47,6% en la 2018-2019 a un 72,3% en la campaña actual.
Su gran noche fue el triple-doble en la victoria ante los Lakers en enero: 21 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias con un 47% de campo y apenas una pérdida de balón.
Igual no fue el único partido en el que Fultz se enseño como foco de ataque: tuvo ocho partidos con al menos 18 puntos y un 47% de campo, llevándose Orlando la victoria en siete de ellos. Si el base funciona, el Magic puede dar sorpresas.
En la parte defensiva, tanto él como Carter-Williams son de los mejor de una defensa que está entre las diez mejores de la NBA. Les anotan menos de 0,83 puntos por posesión defendiendo el pick and roll, la especialidad de la casa de la defensa de los de Steve Clifford. "Siempre intento ingresar y apoyarme en mi punto fuerte, que es el costado defensivo, y después dejar que el ataque venga a mí", dijo MCW en marzo. Nikola Vucevic, la estrella de la franquicia, lo destacó: "Es clave tener a MCW en nuestro equipo". El entrenador Clifford también felicitó al guardia: "En defensa no se puede jugar mucho mejor sobre el balón que lo que hace él. Y su defensa del pick and roll es simplemente increíble".
Fultz logró recomenzar su camino de desarrollo y aunque parece lejos del All-Star y líder de franquicia que algunos esperaban, tiene sus condiciones para argumentar que puede ser un base titular en la NBA por muchos años. MCW pudo tener un lugar donde impactar de manera favorable (Orlando mejora unos 3,7 puntos por 100 posesiones con su presencia en cancha), donde mostrar un atributo que lo mantenga en la NBA (su defensa) y donde sostenerse cuando parecía que su trayectoria se terminaba.
Philadelphia los dejó marchar en su momento y tuvo sus argumentos para hacerlo. Pero hoy, juntos, fueron encontrando en Orlando la "magia" para reconvertirse y ser productivos en un equipo al que probablemente volveremos a ver en la postemporada.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.