La sensacional carrera de Manu Ginóbili en la NBA ha dejado momentos memorables . Una, dos, tres y cientos de veces. El argentino siempre se les ingenió para deslumbrar, escribiendo páginas doradas de una historia que este jueves será inmortalizada, con el retiro de su camiseta N°20 en San Antonio . Entonces, es momento de hacer una pausa y recuperar cinco momentos (de los muchísimos) destacados en el trayecto del bahiense en la mejor liga del mundo con la camiseta de los texanos.
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La gloria por primera vez
Ginóbili llegó a la NBA para la temporada 2002/2003 después de ser una estrella absoluta en Europa , brillando con el Kinder Bolonia de Italia (ganó la Euroliga 2001, donde terminó como el MVP de la definición). Sin embargo, en Estados Unidos era uno más en sus primeros días. Con trabajo, paciencia y muchísima determinación, terminó imponiendo de a poco su talento y condiciones, se fue ganando minutos importantes en un plantel con experiencia y terminó consiguiendo su primer anillo de campeón en la temporada debut . En aquella fase regular promedió 7,6 puntos, 2,3 rebotes y 2 asistencias en 20,7 minutos; pero en los playoffs fue aún más importante, con medias de 9.4 tantos, 3,8 recobres y 2,9 pases gol en 27,5 minutos. Incluso, en las Finales ante los Nets, anotó en doble dígito en los últimos tres encuentros de la serie (los Spurs se impusieron por 4-2).
El MVP que no fue
Dos años después de su primer anillo, Ginóbili conseguiría el segundo. Aunque aquellas Finales del 2005 ante Detroit serían completamente diferentes a las primeras. Manu ya se había convertido en una de las piezas centrales de los texanos, y su nivel en la definición contra los Pistons fue, simplemente, maravilloso . Sus promedios fueron de 18,7 puntos, 5,8 rebotes, 4 asistencias y 1,3 robos en 36 minutos. En cuatro de los siete partidos anotó por encima de los 20 puntos. Y, en el séptimo y decisivo, fue figura con 23 unidades, 5 tableros y 4 pases gol. Para muchos, el argentino fue el Jugador Más Valioso de aquella serie. Los libros dirán que Tim Duncan fue el MVP en una votación súper ajustada (6 a 4) . La historia, por su parte, dirá que el mundo del básquet se rindió ante los pies de Manu, cuya declaración al respecto lo pinta de cuerpo entero: "Es simplemente un trofeo. Conseguí el anillo, él también, y me sentí como el hombre más feliz del mundo, así que no me cambiaba nada ganarlo" .
La noche del récord
El 21 de enero del 2005 quedará guardado como la mejor jornada anotadora de Ginóbili en su carrera en la NBA. En suplementario, y luego de recuperar una desventaja de 17 puntos, San Antonio venció como visitante a los Phoenix Suns de Steve Nash y Amare Stoudemire (128-123), con Manu anotando ¡48 puntos! Terminó con 11-15 dobles, 5-7 triples, 11-12 libres, más 5 rebotes, 6 asistencias y un robo en 44 minutos de acción , con acciones para el recuerdo (incluida una volcad sensacional en el tiempo extra). Fue uno de los seis partidos en su historial superando la barrera de los 40 tantos.
Un vuelo con mucho significado
Las Finales del 2013 ante Miami fueron uno de los golpes más duros en la carrera de Manu. Ese triple agónico de Ray Allen en el Juego 6, que terminó mandando el encuentro a suplementario y cambiando el rumbo de una serie que los texanos tenían en la palma de la mano, generó una herida profunda, pero que un año después iba a cicatrizar. Porque San Antonio le dio una clase de básquet al Heat en la definición (4-1), y porque Ginóbili saldó la "deuda" de la campaña anterior con un nivel altísimo y una imagen para el recuerdo . En el Juego 5, que terminó sellando la serie (104-87), el bahiense fue el segundo máximo anotador de los Spurs con 19 puntos, y deslumbró con una volcada sensacional en la cara de Chris Bosh. Al borde de los 37 años, seguía volando como en los viejos tiempos. Incluso, lo hacía pese a los problemas físicos, ya que semanas después se supo que jugó aquella final con una fractura por estrés en la pierna derecha. ¿Sus promedios en esos cinco encuentros? 14,4 tantos, 4,4 asistencias, 3 rebotes y un robo en 28,6 minutos.
La imagen de la vigencia
En los playoffs 2017, Manu Ginóbili metió dos tapones. Uno de ellos, probablemente, quedará en la historia de los mejores momentos de la postemporada. El 9 de mayo, en el Juego 5 de la semifinal del Oeste, el bahiense llegó desde atrás y tapó con enorme paciencia y destreza el intento de triple de James Harden , una de las grandes estrellas de la liga, que terminó sellando la victoria de los Spurs. No fue sólo eso, sino que terminó encaminando la serie (4-2) y el pasaje a la definición de la Conferencia, última vez de los texanos en esa instancia. La imagen recorrió el mundo y fue mucho más que una tapa, o una victoria. Fue la prueba de la vigencia de un jugador que, al borde de los 40 años, seguía compitiendo como un niño. Un jugador que luchaba contra el paso del tiempo y desafiaba a los mejores del momento. Un jugador cuya grandeza quedará inmortalizada.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.