Uno nació en Bahía Blanca, a 7.000 kilómetros de distancia de Estados Unidos, en un país como Argentina que en ese entonces, en la década del 70, ni soñaba con tener un representante en la NBA. El otro nació en St. Croix, Islas Vírgenes, en el medio del mar Caribe, también bastante más cerca de Sudamérica que de la parte continental de Estados Unidos, por más que ese territorio sea una colonia del país del norte. Otro lugar del que no había jugadores de la NBA.
El destino no trabajó desde el inicio a favor de que Manu Ginóbili y Tim Duncan fueran dos leyendas de la NBA con un lugar en el Salón de la Fama del Básquetbol, pero el talento y el sacrificio de ambos los llevó a ocupar un gran lugar en la historia, gracias a sus logros compartidos en San Antonio Spurs.
Manu y Tim compartieron 14 temporadas en el equipo texano como compañeros de equipo, en las que ganaron cuatro títulos de la NBA, disputaron unas Finales más y nunca faltaron a Playoffs. Cuando Ginóbili llegó en 2002, Duncan ya era el gran pilar de la franquicia, una superestrella campeona de la liga. Juntos elevaron todavía más a los Spurs e hicieron de ellos una dinastía, que ya en el primer año con los dos en la cancha consiguió un título.
El juego de ambos combinaba de forma perfecta, capaces de destacarse tanto en defensa como en ataque, uno en el perímetro y el otro en el juego interior, sin olvidar lo que también hacía Tony Parker, la otra parte del histórico trío que ganó más de 700 partidos en la NBA.
El liderazgo de ambos encajaba todavía más.
Manu, caracterizado como un líder más enérgico, divertido con el resto del grupo, como recordó el mismo Duncan al hablar de las "estúpidas bromas" con las que llegaba Ginóbili cada año luego de pasar un tiempo con la Selección Argentina.
For Tim Duncan, the Manu Moments off the court were just as special as the ones on the court. #GraciasManu pic.twitter.com/e2FIegI7md
— San Antonio Spurs (@spurs) March 27, 2019
Duncan, como alguien de perfil bajo pero que siempre buscaba tomar la carga de las derrotas, siendo el jugador franquicia de los Spurs, y trataba de motivar a sus compañeros en privado: “Él nunca le echaba la culpa a otro compañero por una derrota o un mal partido. Era un compañero increíble de una forma difícil de ver para el público, porque no lo hacía de la forma convencional, golpeando el pecho o hablando en los medios. Lo hacía con perfil bajo, en el hotel, en el vestidor", dijo Ginóbili el día del retiro de la camiseta 21 de Tim, en el que contó una anécdota que reflejó directamente cómo Duncan se encargaba de ese trabajo para tener felices a sus compañeros.
Eso llevó a que nunca se conociera una pelea de dos líderes que pasaron tantos años juntos: el equipo siempre estuvo por delante y hasta han dejado dinero de lado en algunos contratos por el bien del estatus competitivo del equipo, debido al tope salarial.
En la ceremonia de retiro de la camiseta 20 de Ginóbili, Duncan relató como "Nanu" (como Manu contó que le dice Tim) se ganó su respeto desde el primer día siendo un competidor total. "Bruce Bowen realizó todos sus trucos defensivos contra él y Manu ni siquiera pestañeó. No cambió su juego, no se quejó. Solo siguió jugando. Ahí fue cuando supe que teníamos a alguien bueno. Y luego, año tras año, quedé impresionado".
Lo mismo tuvo para decir Ginóbili sobre Duncan en el día de Tim: “Todos conocen a la supermegaestrella que era Tim. Yo quiero hablar sobre cuán duro era como competidor. En muchos de los partidos en los que a él le iba mal para sus parámetros, que probablemente igual tenía 26 puntos y 10 rebotes, él se responsabilizaba ante nosotros por la derrota. Y entonces sabíamos que al otro día llegaba muy temprano para trabajar y tirar al aro por horas”.
A la espectacular carrera de Duncan, uno de los mejores basquetbolistas de la historia, le faltó algo: la medalla de oro de los Juegos Olímpicos, que no pudo obtener en Atenas 2004 porque Argentina, con Ginóbili, eliminó en las semifinales a la Estados Unidos de Tim.
Antes, en el Preolímpico de 1999, cuando todavía no eran compañeros, Duncan y Estados Unidos le ganaron una semifinal a Ginóbili y Argentina e hicieron que Manu no pudiera estar en Sydney 2000, los únicos Juegos Olímpicos que se perdió como figura argentina (no fue citado para Atlanta 1996, con 19 años recién cumplidos, cuando todavía no había debutado en la Selección).
Hasta en esos momentos se cruzaron sus carreras, más allá del poco tiempo que Duncan le dedicó a la Selección de Estados Unidos (solo disputó tres torneos de mayores y se retiró del plano internacional tras la frustración que significó Atenas 2004).
Ahora, entrados en sus "cuarentas" (Duncan es de 1976; Ginóbili, de 1977), volverán a estar juntos en un gran escenario de nuevo: Manu escogió a Tim, que ingresó al Salón de la Fama en 2020, como su "padrino" para la ceremonia de inducción al Salón de la Fama, algo que Duncan ya había anticipado cuando fue su momento hace dos años: "Gracias por su amistad, hermandad y experiencias compartidas. No puedo esperar a verlos acá arriba. Y no estar yo", había bromeado Tim, nunca fanático de la exposición pública.
Luego poco más se sabe de su relación personal más allá del básquet: a Ginóbili se le conocía mayor amistad con otros excompañeros de los Spurs, como Boris Diaw, Patty Mills o Tiago Splitter, otros foráneos, mientras que de Duncan poco se ha visto fuera de la cancha. Pero sí se conoce que el interés por las computadoras y la tecnología es algo que los une, y también Manu ha documentado un largo entrenamiento en bicicleta que realizaron en San Antonio en épocas de pandemia.
🇺🇲I found quite a teammate for my first 20 mile ride! 😜 I finished exhausted and he was fresh as a cucumber. #TDstillaBeast
— Manu Ginobili (@manuginobili) August 30, 2020
🇦🇷Pavada de compañero conseguí para hacer +30km por primera vez!! Me reventó. Terminé arrastrándome y él como si nada. 🤦🏻🚴♂️🚴 pic.twitter.com/ss0aYioY7o
Más allá de eso, los nombres de Ginóbili y Duncan para siempre serán recordados de forma conjunta, al hablar de los logros de uno u otro en la NBA. Y el Salón de la Fama también se encargará de inmortalizar su legado.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.