Hay momentos que, con el tiempo, se transforman en eternos. Instantes que pasan a la memoria cuando el camino va ganando peso. Aquel 29 de octubre de 2002 fue una fecha imposible de olvidar para la memoria de Manu Ginóbili, porque su debut en la NBA marcaba el comienzo de un sueño para alguien que ya se había convertido en estrella en Europa. Pero hoy, 18 años después, es indudable que esa jornada no sólo quedó guardada para el bahiense, sino que se transformó en un punto de inflexión en la historia del básquet argentino y latinoamericano.
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El Staples Center fue el centro de escena para el primer paso de MG en la NBA. Un escenario de lujo y en un contexto de lujo, nada más y nada menos que ante los tricampeones Los Angeles Lakers, con Kobe Bryant y Shaquille O'Neal adelante. Fue el primer partido de alguien que terminaría construyendo una carrera legendaria y que terminó con su camiseta #20 colgada del techo del AT&T Center de San Antonio, un acto simbólico que define el impacto de sus 16 años en la competición. 16 cursos de excelencia, de un espíritu competitivo como pocas veces se vio en la liga y de ejecutar un camino con valores que armaron un legado muy poderoso, no sólo para Argentina y los latinos, sino para la propia cultura estadounidense e internacional en la NBA.
El primer juego del que se convertiría en una leyenda latina 👏⭐️ pic.twitter.com/2vzgUR65BW
— NBA Latam (@NBALatam) October 29, 2020
Para Manu fueron 20 minutos desde el banco, con una producción que sería un presagio de su recorrido: trascender a la estadística y ayudar a una victoria. Cerró con 7 puntos (3-9 campo, 1-4 triples), 2 rebotes, 3 asistencias, 4 robos y un tapón para el 87-82 de los texanos ante LA, pero sobre todo una entrega y demostración de intenciones que despertaron la atención del propio Kobe, su rival de turno y posterior adversario de muchísimas batallas de Playoffs. "Contame del chico blanco", le preguntó el hombre de los Lakers a Bruce Bowen, alero de los Spurs. ¿Su respuesta? "Oh, ya vas a ver. Ese no es ningún chico blanco. Tiene bastante material", recordó en una historia publicada por Zach Lowe en ESPN. Apenas el principio de una historia de respeto absoluto entre Manu y Bryant.
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Desde aquel 29 de octubre que dio inicio a su año de rookie pasarían un mar de situaciones, comenzando con el primero de cuatro anillos de campeón en esa 2002-2003. Pero, sobre todo, se desarrollaría el camino en la NBA de una historia de cuento, de esos que ni en los mejores sueños de pueden imaginar. Un recorrido que ni el tiempo podrá dimensionar por el peso y la importancia de un deportista histórico desde todo punto de vista.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.