Cuando Luis Scola habla, las definiciones salen una detrás de la otra. Cada palabra del histórico capitán de la Selección Argentina tiene peso, producto de tratarse de alguien que no habla por hablar. Luifa analiza, reflexiona, va más allá y deja declaraciones con argumento y profundidad. En las últimas horas, el jugador de 40 años dio una larga y profunda entrevista con Hernán Sartori (Clarín), metiéndose por completo en un mar de temas.
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Por supuesto que su presente y futuro estuvieron sobre la mesa. Hace unos días, Scola comunicó que no seguirá en Olimpia Milano ni en la Euroliga, y dejó en duda su continuidad en la actividad. La incertidumbre sobre la realización de los Juegos Olímpicos Tokio 2021, su gran objetivo, potenciaron los cuestionamientos ante una eventual decisión de seguir jugando. Pero claro, ese tema no fue el único. Desde la situación del mundo por el avance del coronavirus, hasta el papel de la NBA y sus jugadores a la hora de luchar contra la injusticia racial...
Lo mejor de la conversación con Scola, a continuación:
Su presente y la decisión de continuar o retirarse, y los factores a considerar
"Lo que pasó en China (el Mundial) cambió el panorama a la hora de analizar. Alguno pensó que yo iba a estar retirado y ahora cambió porque estoy bien y activo. O como clasificamos a Tokio, piensan que voy a jugar. Eso se entiende. Pero es muy obvio que un jugador de 40 años piensa en el retiro en cada partido que juega. Si se estirara la emoción del Mundial y siguiera dos años más, ya estamos hablando de una cosa épica e impensada".
"Lo que vivimos en China fue una inyección de energía, que me dio ganas de jugar. El Mundial llevó a una bola de nieve. Sin embargo, el coronavirus barrió de un plumazo gran parte de esa energía. Las cosas buenas te empujan y las malas te hacen bajar. Pero no estoy pendiente de mi futuro. Ni ayer ni hoy me levanté pensando en si me llamaron de un equipo. No tengo los pasajes de mi familia en stand by hacia Japón. No estoy en una encrucijada. Me gustaría ir a los Juegos Olímpicos, pero las carreras se terminan. No debería sorprender a nadie".
"Mi comentario es de café, porque no soy especialista, pero no sería para nada descabellado pensar que hoy los Juegos Olímpicos no están asegurados ni mucho menos. Eso también lo tengo en la balanza, porque no quiero jugar en algún lugar si después no hay Juegos Olímpicos. Voy a tener que interpretar lo que pueda pasar para tomar una decisión, porque cuando yo deba definir si juego o no y dónde juego, probablemente no esté definido si habrá Tokio 2020. Eso lo decidirán entre noviembre y enero y para esa fecha yo estaré retirado o en la mitad de una temporada en alguna parte del mundo. Habrá cierta adivinanza en la toma de decisiones y esperemos que salga bien. Pero hay más cosas que tendré en cuenta y no simplemente cómo me sienta".
"Haber vivido la experiencia del Mundial con mi familia tuvo un valor especial. Hay preguntas que van más allá de estar en los Juegos. ¿Tenemos ganas de que juegue un año más? ¿Tenemos ganas de mudarnos una vez más? Estas preguntas están hoy más arriba en mi escala de valores. Hace 10 o 15 años, yo tenía que jugar porque es mi profesión. No era cuestión de si jugaba o no sino de dónde jugaba. Hoy no necesito un contrato para vivir ni un trabajo para irme de vacaciones ni jugar en un lugar para conseguir el sueño de mi vida. Hoy hay otras cosas que ganaron lugar. ¿Quieren vivir acá o allá? ¿Quieren mudarse? ¿Quieren que esté en los Juegos Olímpicos? Tienen ellos más peso que antes. No estoy con una necesidad imperiosa de jugar. No estoy esperando que alguien me llame. No pierdo el sueño por saber si jugaré en Tokio. Me encantaría y estaría buenísimo, pero ya jugué. ¿Es lo que viene algo que podamos disfrutar en familia? ¿Lo queremos hacer? Eso me importa más".
El papel de la NBA en la lucha contra la injusticia racial
"Fui parte de la NBA durante 10 años y siento orgullo por cómo los jugadores y la cúpula manejaron la ola de violencia racial y la pandemia. Son el ejemplo a seguir de toda organización deportiva que quiera ser perfecta”.
“Es imposible que seas parte de la NBA con un pensamiento racista. Cuando hubo signos de racismo, les cayeron con todo, como al dueño de los Clippers (NdeR: Donald Sterling, quien fue suspendido de por vida). Es muy estricta y no hay lugar para eso. La problemática general fue mejorando con los años, pero cada tanto vuelve porque no está todo bien. La problemática está y la gente ahora dijo basta y no permite que esto pase. La NBA se involucra, se moja. Tiene el potencial económico y el nombre para hacerlo. Y lo celebro”.
"Hace poco, una persona le dijo a LeBron James que tenía que callarse y sólo picar la pelotita. El tipo le contestó que lo que incomoda es que un joven afroamericano hable. Se te ponía la piel de gallina. LeBron está preparado y no dice tonterías. Vos podés estar o no de acuerdo, pero lo dice. Y muchos se involucraron y fueron a las marchas".
El liderazgo y lo que dejó "The Last Dance"
“Si la gente piensa que Jordan, Maradona, Messi o Federer son normales y van a funcionar de manera normal como cualquier hijo de vecino, no tiene mucha lógica. Hacen cosas que nadie puede hacer ni hizo jamás en la historia. Entonces, para conseguir lo que nunca nadie hizo, tenés que ser y actuar de una manera en la que nadie actúa. El deporte es el uno por ciento de lo que uno hace en la vida. No podés esperar que en el 99 por ciento de las cosas seas agradable, simpático, buen compañero, compinche, divertido y positivo, y que en el 1 por ciento seas un asesino en serie. No funciona de esa manera”.
“Esta gente tiene una forma de ser que la lleva a lugares donde solamente ellos pueden llegar. El camino sólo lo sabe uno por rubro: el mejor de la historia. Lo saben sólo ellos. Para conseguirlo, debés tener una cabeza que no tenga nadie, una forma de ser que no tiene nadie y ser capaz de hacer cosas que nadie es capaz de hacer. O que algunos capaces no tienen la voluntad de hacerlas ni son capaces de tolerar el dolor, la angustia y el cansancio que te genera esa lista de cosas que debés hacer para llegar a ese lugar”.
El avance del coronavirus y los cambios que pueden llegar
"No veía esta peligrosidad y viví las mismas fases mentales que todo el mundo: pensé que era una tontería, una exageración, pero luego sentí miedo, angustia, bronca... Esto es una película repetida. Yo había jugado en Wuhan, compartía equipo con jugadores que venían de China y nos hacíamos chistes sobre el tema. Dos meses después, llegó a Bérgamo, a 40 minutos de Milán. Italia fue tomada y los españoles y los franceses hacían chistes. ¿Te pensás que el virus conoce de fronteras? Si acá en Europa las fronteras son un cartel en la ruta... El virus sigue de largo. Dos semanas después, teníamos a los españoles en la misma situación, luego los franceses, el Reino Unido, Sudamérica y Estados Unidos. La única parte pseudopositiva -no positiva, porque hubo miles de muertos- es que como en Italia empezó primero, terminaría primero. Y fue lo que sucedió".
"Yo he descubierto que hay miles de cosas que no necesitaba hacer. ¿Por qué cogorno tenía que agarrar el auto y manejar 55 minutos hasta Como para firmar algo? ¿Por qué tomarme un avión? Si hay formas muchísimo más efectivas. Nos hemos conectado con que la educación de nuestros hijos se da de otra manera. Hoy te das cuenta de qué están haciendo, los problemas que tienen, qué les pasa. Esto aceleró la revolución comunicativa. No hay vuelta atrás. Es un replanteo brutal. Es un ahorro gigante de tiempo, energía, agresión al medio ambiente y espacio físico para hacer otras cosas sin daño a tu industria o a tu negocio. Eso pasa en muchos rubros. Otros lo sufrirán. Es una megarrevolución. ¿Por qué los jubilados tuvieron que hacer cola para cobrar si no hay necesidad ni es ventaja? Nadie hace cola en un banco en Nueva York, en Madrid ni en Milán".
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.