LeBron James es todo un ícono de la NBA y en parte lo es por haberse convertido en una fija a la hora de las Finales de la liga. El jugador de Los Angeles Lakers las está disputando por décima vez en su carrera y tuvo un gran regreso tras haber estado ausente en la edición de 2019: terminó con 25 puntos, 13 rebotes y 9 asistencias en el triunfo de su equipo sobre Miami Heat por 116-98.
Pero más allá de la lógica alegría por la victoria que puso la serie 1-0, LeBron conoce bien de que se tratan las Finales, lo largas que son y que todavía queda mucho camino por recorrer, no deben confiarse más allá de lo holgado que fue este triunfo inicial: "El trabajo no está hecho. Tenemos mucho más que hacer. No nos conformamos con ganar un partido. Es así de simple", afirmó LBJ post partido.
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LeBron, que dijo que "con o sin fanáticos, se sintió increíble volver a estar jugando en las Finales", contó que la clave del despertar de los Lakers tras haber estado mal en los minutos iniciales se trató por ponerle atención a los detalles y fue bastante crítico con ese comienzo del encuentro: "Creo que en el principio no fuimos lo suficientemente físicos. Tenés que tener la sensación de lo duro que juega Miami. Creo que nos golpearon en la boca y sentimos eso. Y además sabíamos lo duro que tendríamos que jugar para emparejar el partido. Desde ese momento en el que perdíamos 23-10, empezamos a jugar a la altura de nuestras capacidades. Empezamos a volar, a pararlos con la defensa, a compartir mejor el balón en ataque y entramos en un ritmo realmente bueno".
"Pienso que se puede aprender mucho más de una victoria que de una derrota. No puedo esperar a juntarnos mañana, ver el partido y ver como mejorar, ver los errores, especialmente del último cuarto, especialmente en los primeros minutos del primer cuarto, donde podemos ser mucho mejores en defensa y ataque", agregó LBJ luego en la misma sintonía.
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Además, a los 35 años y con tanto camino recorrido en los escenarios más grandes de todos, LeBron explicó porque trató de calmar a sus compañeros en algunos momentos en los que celebraban enfervorizados cuando la diferencia en el partido era muy amplia (llegó hasta los 32 puntos en el tercer cuarto).
"La experiencia es la mejor profesora en la vida. Tuve momentos en mi carrera en los que tenía todo el momentum del mundo y sentía que tenía el partido bajo control, y una jugada aquí o allá pudo haber cambiado el curso de una serie o un partido. Una que siempre recuerdo es en el segundo partido de las Finales de 2011, en Miami contra Dallas. D-Wade anotó un triple frente al banco de ellos, creo que nos puso 13 o 17 puntos arriba. Desde ese momento, Dallas tuvo una racha tremenda y terminó ganando con una bandeja de Dirk Nowitzki. Eso todavía me quema al día de hoy. Siempre digo que la experiencia es la mejor profesora en la vida y yo tuve muchas experiencias. Eso me lleva a ser quién soy hoy, haber tenido esas experiencias", comentó el tres veces MVP de las Finales.
James también tuvo tiempo para elogiar a Anthony Davis, que fue el máximo anotador del encuentro en su primera noche de Finales con 34 puntos y 9 rebotes: "Esperaba esto de él. No necesitaba ningún consejo mío. Nos estuvimos preparando para esto durante toda la temporada. Él se estuvo preparando durante toda la temporada. Estoy feliz de compartir la cancha con él, vistiendo el mismo uniforme. Una vez más fue dominante en cada faceta del juego, en ataque y defensa".
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