La clase del 2020 del Salón de la Fama es, probablemente, una de las mejores de la historia por las tres leyendas de la NBA que tendrán tamaño reconocimiento: Kobe Bryant, Tim Duncan y Kevin Garnett, tres ex MVP y campeones que marcaron una era tras haber sido rivales en tantos duelos memorables.
El 29 de agosto se realizará la ceremonia en la que Garnett, Duncan y el fallecido Bryant ingresarán de forma oficial al Salón de la Fama, junto a los entrenadores Eddie Sutton y Rudy Tomjanovich y la cuatro veces campeona olímpica Tamika Catchings.
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Garnett, una de las pocas estrellas en realizar el salto directo desde la escuela secundaria hasta la NBA (fue el pick 5 del Draft de 1995), disputó 21 temporadas en la NBA y se cansó de recolectar logros a lo largo de sus pasos por Minnesota Timberwolves, Boston Celtics y Brooklyn Nets. Fue campeón en 2008, MVP en 2004, 15 veces All-Star, 9 veces All-NBA, jugador defensivo del año en 2008 y 12 veces elegido entre los 10 mejores defensores de la liga.
En una carrera repleta de éxitos, los cruces de Garnett con Bryant, rival en las Finales de 2008 y 2010, y Duncan, que también ocupaba la posición de ala-pivote, fueron épicos. En una entrevista brindada a Shams Charania para el sitio The Athletic, KG reconoció que este es el cierre ideal para su carrera deportiva. "Ingresar al Salón de la Fama con estos dos hombres, no podría haber pensado en una mejor dupla que me acompañe. Y también mucho reconocimiento para Tamika Catchings, soy un gran fan suyo, ella realizó mucho trabajo", dijo Garnett.
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Sin Bryant presente, la ceremonia presencial será un momento muy emotivo, y eso mismo piensa el MVP de la temporada 2003-2004: "El hecho de que todos seamos homeneajeados sin tener a Kobe ahí nos afectará. Él fue una parte tan importante del juego, no sólo por su influencia, sino por su creación. Me gusta pensar que, de forma inadvertida, Kobe creó una originalidad sobre él mismo. Timmy también. No tienen precedente, no sólo como atletas sino como personas. Los tres nos empujamos mutuamente a conseguir más cosas, sean premios, All-Stars, batallas, anillos, los tres empujamos los límites", manifestó el ex jugador de Boston.
"Conocí a Kobe muy temprano en mi carrera, teníamos una amistad y un vínculo verdadero. Con Timmy tuvimos batallas incontables adentro de la cancha. No podría haber inventado esta historia, con todos los detalles pequeños. No podría hacerla mejor de lo que es. Esta es la forma perfecta de terminar una historia increíble", afirmó Garnett, que contó que para él, Duncan y Rasheed Wallace eran sus duelos más duros dentro de la cancha. "Creo que si vas a ser alguien en la vida, vas a tener una o dos némesis que te van a llevar a ese otro nivel. Considero que Timmy y Rasheed fueron eso para mí. Es increíble que hayamos terminado nuestras carreras al mismo tiempo. Es increíble. Pelear, pelear, pelear y después terminar juntos."
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Garnett también tuvo tiempo para hablar sobre sus primeros pasos en el éxito, cuando jugaba en Minnesota Timberwolves (1995-2007 y 2014-2016). Más allá de que piensa que debería haberse ido antes de la franquicia para formar dupla con Paul Pierce, dice que sus días en Minnesota fueron grandes días y parte de su progreso: "Flip Saunders y Kevin McHale fueron grandes partes de mi crecimiento como jugador. Tuve que trabajar mucho, pero tener esas influencias alrededor, tener a McHale como maestro, estoy muy agradecido. Esos fueron los días que me transformaron en el hombre que soy y que llevé a Boston."
Justamente en Minnesota, en las Finales de Conferencia del 2004, Garnett debió actuar como base durante muchos minutos debido a la lesión de Sam Cassell, y cuenta que esa serie de partidos le hizo obtener un gran respeto por los armadores de la NBA. "Debe haber sido increíble para los fanáticos, pero fue lo peor tener que jugar ahí. Tengo mucho respeto por todas las posiciones en todos los deportes, pero la del base debe ser la más difícil. Hay que liderar a todos, hacer que todos hagan las jugadas y estén en los lugares correctos y también ir a tus lugares mientras tenés a alguien presionandote, es demasiado. Si fuera por mí, nunca lo hubiese hecho".
Por último, Garnett afirmó que mantiene una gran gratitud con sus ex compañeros de Boston Celtics, con los ejecutivos como Danny Ainge y los dueños de la franquicia y con los fanáticos. "Ser parte de la cultura celtic es especial. Estoy contento de ser parte de ella y de haber vivido la mejor parte de la NBA, viendo como hacen las cosas las franquicias ganadoras. Eso me dejó una gran impresión que me llevaré hasta la tumba."
Los Celtics retirarán la camiseta número 5 de Garnett durante la temporada 2020-2021, mientras que Minnesota, la franquicia en la que debutó y se retiró, todavía no anunció sus planes. Garnett manifestó que está peleado con el dueño de los Timberwolves y que no quiere hacer negocios con él, pero que siempre amará a los Timberwolves y tendrá un lugar especial en su corazón para la ciudad de Minneapolis y el estado de Minnesota.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
