Kareem Abdul-Jabbar: el hombre de los dos nombres, los múltiples MVP y una vida ecléctica

Agustín Aboy

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Si su objetivo principal en la vida era trascender, Kareem Abdul-Jabbar directamente aniquiló cualquier vara con la que se podía medir.

Llamó la atención desde que nació en 1947 pesando casi seis kilos y lo sigue haciendo hoy en día, cada vez que utiliza su plataforma para refrescarnos un poco el panorama con perspectivas interesantes sobre cuestiones serias de la actualidad como el racismo. Kareem es un jugador histórico de la NBA, uno de los mejores básquetbolistas de todos los tiempos sin duda alguna. Nadie podría dejarlo afuera de un top ten de los 10 mejores que hayan pisado una cancha. Pero es un personaje tan trascendente que va más allá de su habilidad y elegancia para ejecutar el "skyhook", su arma principal para poder ostentar el récord de ser el mayor anotador de la historia de la NBA en fase regular con 38.387 puntos.

Kareem fue tan bueno que si dividimos su carrera en dos partes, las dos son dignas del Salón de la Fama. La parte de Lew Alcindor, el jovencito que irrumpió con una velocidad casi inusitada en los 60 e inicios de los 70, y la de Kareem Abdul-Jabbar, la súperestrella que fue vigente como ninguna en una época de la NBA con cracks efímeros a los que trascendió para llegar a enfrentarse a una nueva generación totalmente distinta. En las Finales de 1971 enfrentó a Earl Monroe y a Wes Unseld, en las del 1989 lo hizo contra Isiah Thomas y Dennis Rodman.

Como Lew Alcindor ganó 71 partidos seguidos en New York al nivel de high school e hizo que con apenas un partido en la Universidad de UCLA ya lo proclamen como "La Nueva Súperestrella" (detalle no al margen: partido debut en el que anotó 56 puntos contra USC, el 3 de diciembre de 1966). El periodismo suele equivocarse con esos motes, pero no lo hizo con Alcindor: UCLA fue campeón en 1967, 1968 y 1969, los tres años con el pivote neoyorquino en la pintura, generando un dominio nunca visto.

Era para tanto que prohibieron las volcadas por este hombre de 2,16 metros. Y aún así siguió ganando: su equipo tuvo un récord de 88-2 durante su paso allí, tiempos en los que promedió 26,4 puntos y 15,5 rebotes por partido en una época en la que todavía no regía el reloj de posesión en la NCAA, haciendo al juego muchísimo más lento en ocasiones.

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En medio de eso, en el verano de 1968, en una década atravesada por diferentes revoluciones en el mundo y más que nada entre los jóvenes, Lew Alcindor se convirtió a la vertiente suní del islamismo, la más popular de esa religión en el mundo, siguiendo los pasos de Malcolm X según cuenta en su autobiografía "Giant Steps". Más tarde adoptaría el nombre de Kareem Abdul-Jabbar, que le fue dado por un músico amigo de su padre que conducía al movimiento Hanafi, Hamaas Abdul Khaalis, con quién luego acabó teniendo algunas diferencias.

"La transición de Lew a Kareem no fue meramente un cambio de marca de celebridad, como Sean Combs pasó a ser Puff Daddy a Diddy a P. Diddy, sino una transformación de corazón, mente y alma. Solía ser Lew Alcindor, el claro reflejo de lo que la América blanca esperaba de mí. Ahora soy Kareem Abdul-Jabbar, la manifestación de mi historia, mi cultura y mis creencias afro", le explicó a Al-Jazeera en 2015.

"Me di cuenta que el Lew Alcindor por el que todos festejaban no era realmente la persona que ellos imaginaban. Querían que yo sea el ejemplo claro de la igualdad racial. El chico del póster que mostraba que cualquier persona de cualquier lugar, sin importar raza, religión o situación económica, podía cumplir el sueño americano. Para ellos, era la prueba viviente de que el racismo era apenas un mito", agregó.

Kareem Abdul-Jabbar

Ese cambio de nombre ocurrió el 1 de mayo de 1971, un día después de que Lew Alcindor se corone como campeón de la NBA en la que era recién su segunda temporada. Tras lucirse en UCLA fue elegido con el primer pick del Draft de 1969 por Milwaukee Bucks, una franquicia de apenas un año en la liga y bien lejana de New York o Los Angeles. Pero Lew era tan bueno que hizo del equipo rápidamente un contendiente: junto a otra leyenda como Oscar Robertson llevó a los Bucks a un récord de 66-16 en fase regular y 12-2 en Playoffs. Alcindor coronado como MVP de fase regular y de las Finales, promediando 31,7 puntos y 16 rebotes a lo largo de 82 partidos.

Antes ya había generado varios alborotos en la opinión pública, como cuando decidió boicotear al equipo estadounidense de cara a los Juegos Olímpicos de México 1968, quedándose así sin la chance de ganar algo a nivel internacional.

"Mi desarrollo como jugador de básquetbol iba en paralelo con mi evolución como activista social. Más confianza sentía en la cancha, más confianza sentía expresándome fuera de ella. Eso llegó a un climax en 1968, cuando me rehusé a participar de los Juegos Olímpicos. Comenzó una tormenta de críticas, agresiones discriminatorias y amenazas de muerte por las que todavía me preguntan", cuenta Jabbar en su libro "Coach Wooden and Me", publicado en 2017. Agrega que esa decisión no fue fácil, que el torneo era un desafío emocionante y que la aventura de ir a México junto a otros atletas era seductora para un joven como él, pero que "ir a México a divertirme parecía tan egoísta frente a la violencia racial que sufría el país", teniendo en cuenta los múltiples incidentes como el asesinato del Dr. Martin Luther King Jr. en abril de 1968. Un año antes, en una histórica cumbre en Cleveland, junto a Bill Russell y más deportistas afroamericanos había apoyado la decisión de Muhammad Ali de no participar en la guerra de Vietnam. A los 20 años ya tenía sus convicciones bien claras.

Si el cambio de nombre lo tomamos como el paso a una nueva persona, encontramos a otra leyenda. Un Kareem que ganó cinco premios más de MVP en la fase regular, teniendo actualmente el récord con seis galardones, y que se retiró recién en 1989 a los 42 años de edad, con 19 participaciones en el NBA All-Star Game (otro récord), 15 selecciones a los equipos All-NBA y 11 nominaciones a los quintetos de los mejores defensores.

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No pudo volver a ser campeón en Milwaukee y en 1974, el mismo año en el que comenzó a utilizar sus icónicas gafas para protegerse de más lesiones oculares, pidió un traspaso.

Sentía que Milwaukee era una ciudad muy pequeña para él, que no podía satisfacer sus intereses y que quedaba muy lejos de sus seres queridos, más allá de que hasta llegó a pensarse en que viva en New York y que viaje para los partidos. "Culturalmente, yo y Milwaukee estamos hecho de dos cosas distintas. La razón por la que no comenté esto antes es porque no quería darle un golpe a Milwaukee o a su gente y que piensen que no me merecían. Esto no se trata sobre eso", dijo Kareem, que finalmente en 1975 fue canjeado a Los Angeles Lakers y allí vivió todo el esplendor del Showtime una vez que un tal Magic Johnson, incorporado como novato en la temporada 1979-1980, se sumó al equipo.

Kareem y Magic ganaron cinco títulos juntos entre 1980 y 1988 y jugaron tres Finales más en 1983, 1984 y 1989. Ocho apariciones en las Finales en nueve años para la que fue probablemente la mejor dupla de la historia en cuanto a talento, más allá de que Jabbar ya tenía 33 años en sus primeras Finales junto a Johnson: en esa temporada 1979-1980 fue la última vez que Kareem fue MVP de la fase regular.

Kareem Abdul-Jabbar

Abdul-Jabbar se retiró de la NBA con 38.387 puntos, 17.440 rebotes, 5.660 asistencias y 3.189 tapones (recién contados desde 1973-1974) en 1.560 partidos. Nadie metió tantos puntos como él, nadie jugó tantos minutos (57.446), nadie anotó tantos tiros (15.837) y probablemente sería el jugador con más tapones de los últimos 50 años si se hubiese llevado la cuenta desde su ingreso a la liga. Y dejó un sello patentado en su famoso "Gancho en el Cielo", uno de los movimientos más icónicos de la historia del básquet.

Afuera de las canchas, Kareem se dio más gustos. Publicó una gran cantidad de libros, tuvo una colección de más de 3.000 álbumes de jazz que perdió en un incendio, fue campéon como entrenador en la USBL (nunca tuvo una oportunidad en la NBA), aprendió Jeet kune do con Bruce Lee y filmó una escena de pelea con su maestro, protagonizó varias películas que si salieron a la luz como "¿Y dónde está el piloto?", dirigió y narró documentales culturales, fue elegido como embajador cultural de Estados Unidos a nivel global y recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de manos del entonces presidente Barack Obama en 2016.

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Y todo esto es apenas un pequeñísimo pantallazo sobre él. Un artículo no alcanza. Lleva prácticamente toda su vida siendo una estrella pero alguien que constamente da algo, no es simplemente una celebridad que aporta su presencia. Sería dificíl decidir que palabra debe ir al lado de su foto en un diccionario: si éxito, vigencia o trascendencia. Jugó las Finales en 10 de sus 20 temporadas en la NBA, desde la década del 60 hasta casi en la puerta de los 90. Eso resume todo bastante y a su vez se queda tan corto.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

Agustín Aboy

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Agustín es productor de contenidos para Sporting News. Comencé con los sitios globales de NBA.com en 2019. Enviado al NBA All-Star Game Chicago 2020. Frustración en la práctica de una gran cantidad de deportes, placer en contarlos desde afuera.