Aunque el matchup entre Damian Lillard y un especialista defensivo como Facundo Campazzo puede llevarse nuestra mayor atención en la previa de la serie, el Denver Nuggets-Portland Trail Blazers que comenzará este sábado tiene otro cara a cara muy atrayente: el que enfrenta al posible MVP de la competencia, Nikola Jokic, frente a un pivote subvalorado y de alto impacto en diferentes áreas como Jusuf Nurkic.
Claro que lo interesante del choque no solo se limita a hablar de dos de los mejores pivotes de la competencia (Jokic en otro nivel, por supuesto). Ni tampoco que provengan de países vecinos como Serbia y Bosnia (nacieron a menos de 200 kilómetros de distancia). Sino a un lazo que los une bastante más allá de esos datos circunstanciales: la llegada de ambos a la NBA desde el Draft 2014.
En la previa del Draft 2014, Jusuf Nurkic era considerado un proyecto bastante superior a Nikola Jokic, sobre quien había serias dudas por un tema atlético. Es por eso que no sorprendió que el bosnio se fuera en la 1° Ronda con el pick 16, mientras que el serbio tuvo que esperar recién a la selección 41° para escuchar su nombre.
Técnicamente, Nurkic fue seleccionado por los Chicago Bulls con ese pick 16. Sin embargo, inmediatamente fue traspasado junto a Gary Harris a Denver, a cambio de Doug McDermott y Anthony Randolph. Sin conformarse con haber sumado a Nurkic, los Nuggets seleccionaron a otro pivote europeo en la 2° Ronda como Jokic. Quien a diferencia de Nurkic, lucía más como una apuesta al largo plazo, al punto que pasaría la siguiente campaña (2014-2015) jugando con el Mega de su país.
Nurkic sí dio el salto inmediato, pero no tardamos demasiado tiempo en darnos cuenta de que aún se trataba de un pivote en plena formación, con un juego todavía inmaduro. Su campaña de novato no fue buena: promedió 6,9 puntos y 6,2 rebotes, pero apenas con un 44,6% de cancha y 63,6% en libres. Además, casi el doble de pérdidas (1,4 por juego) que de asistencias (0,8). Los Nuggets terminaron con marca de 30-52, quedándose claramente afuera de los Playoffs y perdiendo a su entrenador (Brian Shaw) a mitad de torneo.
Luego de esa frustrante temporada, Denver sumó dos nombres claves para la 2015-2016. El primero fue el de Michael Malone en el banco de suplentes. Y el segundo, el de Nikola Jokic, quien ahora sí llegaba a la NBA. Los de Colorado no tardarían demasiado en descubrir que con el serbio se había ganado la Lotería. Ni tampoco Nurkic en darse cuenta que sus días en la franquicia estaban contados.
El bosnio arrancó la temporada lesionado y cuando volvió a estar disponible, mostró muy poco progreso en relación al año anterior. Promedió 8,2 puntos y 5,5 rebotes, pero todavía con peores porcentajes: 41,7% de cancha y 61,6% en libres. Tras dos años, daba la sensación que el pick 16 podía haber sido un lugar exagerado. Todo lo contrario ocurrió con Jokic. El de Sombor se ganó la titularidad rápidamente y sin ser la estrella que es hoy, empezó a mostrar todo su talento. 10 puntos de media, 7 rebotes, 2,4 asistencias, un 51,2% de cancha y una clara progresión de menor a mayor dentro de esa Fase Regular, para demostrar el error que muchos equipos habían cometido al dejarlo caer hasta el pick 41.
Una sola temporada alcanzó para que los Nuggets descubrieran que debían priorizar los minutos de Jokic sobre Nurkic. Y con eso en mente, no sorprendió a nadie que a mitad de la 2016-2017 decidieran desprenderse del talento bosnio: lo canjearon a Portland, con Mason Plumlee llegando a Denver en su lugar.
El click de Nurkic en los Blazers fue inmediato. Si bien ya venía mostrando un cierto progreso en esos últimos meses con los Nuggets, llevó su juego a otro nivel completamente diferente desde su arribo a Portland, promediando nada menos que 15,2 puntos, 10,4 rebotes, 3,2 asistencias, 1,9 tapones y un 50,8% de cancha en los 20 partidos que jugó con su nuevo equipo en la 2016-2017. Una producción mucho más parecida a la del pivote que conocemos hoy.
Más allá de la buena relación que los unía (y une), la separación terminó siendo beneficiosa para ambos. Todos salieron ganando. Jokic, Nurkic, Portland, Denver... uno de los pocos casos en los que no hay perdedores en un traspaso. Los Nuggets le liberaron el camino al Joker para seguir creciendo hasta consolidarse como el MVP de hoy en día. Y Portland, más allá de las lesiones del bosnio, encontró a un interior titular de destacado nivel en los dos costados del campo, que demostró que la confianza depositada en él durante el Draft 2014 estaba justificada.
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Cuatro años después de aquella historia, los Playoffs 2021 los pondrán frente a frente por primera vez en una postemporada. Y es que si bien Denver y Portland se enfrentaron en el 2019, por aquel entonces Nurkic estaba afuera luego de su grave lesión en la pierna izquierda.
El duelo promete.
Los balcánicos tienen diferencias claras pero también algunas características similares. Y probablemente la más obvia pase por la combinación que ambos poseen de presencia física y enorme visión y lectura para asistir a sus compañeros. De nuevo, Jokic está en otro nivel, siendo quizá el mejor pivote asistidor de la historia. Pero Nurkic también brilla en ese sentido y Portland encuentra tres o cuatra conversiones sencillas por partido gracias a sus pases desde el poste alto.
Jokic lideró la NBA como el mejor pivote pasador, con 8,7 asistencias por cada 36 minutos en cancha. Pero Nurkic no lo vio desde lejos y acabó tercero entre ese grupo, con 5,1 por 36. Una marca registrada de muchos de los hombres grandes surgidos de la escuela yugoslava.
Claro que Nurk no solamente jugará un papel importante como generador en el ataque de los Blazers, sino principalmente como el defensor primario de su ex compañero en Denver. Y es allí, en la defensa interior, donde el jugador de Portland sí puede decir que tiene una clara ventaja por encima de lo que da el Joker en su campo. Nurkic puede no ser el interior más explosivo o ágil, pero su inteligencia, uso del cuerpo y manejo de los tiempos, está a la par de varios de los mejores pivotes defensivos de la competencia.
Cuando Nurkic está en cancha, Portland permite 109,5 puntos por cada 100 posesiones. Cuando sale, el registro cae a 119,4 puntos.
¿Es un candidato al DPOY como Rudy Gobert, Joel Embiid, Myles Turner o Bam Adebayo? No. No está en ese grupo. Pero a la hora de hablar de una segunda escala de esa clase de marcadores, el nombre de Nurkic no debería estar ausente. Y el enfrentar a quien forzó su salida del equipo con el que llegó a la NBA, podría ser la motivación extra que eleve su rendimiento hasta el próximo escalón.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.