Jrue Holiday era la pieza que les faltaba a Boston Celtics: Cómo el traspaso les convierte en favoritos

Sergio Rabinal

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Durante mucho tiempo Brad Stevens careció de una rotación equilibrada, de jugadores suficientes para poder alcanzar el objetivo del anillo y, sobre todo, de un plan acorde a su estilo. Desde el momento en el que el nativo de Indiana cambió la cancha por los despachos tuvo como único objetivo proveer a su sustituto de todo aquello que a él le faltó como un padre hecho a sí mismo para con su descendencia.

En su primer año los Boston Celtics alcanzaron las Finales de la NBA por primera vez en más de una década. En la segunda, con cambio de técnico mediante, el grupo firmó el tercer mejor ataque de la historia de la NBA y se quedó a una victoria de reeditar el resultado de la campaña anterior. 

Quizá inspirado por la ley de los tres años establecida por Larry Bird, Brad Stevens ha dado un golpe encima de la mesa para el tercer curso de su particular proyecto. Un volantazo que ha colisionado directamente en el corazón de los aficionados verdes al decir adiós a Marcus Smart y Robert Williams III, además de Malcolm Brogdon, para recibir a dos nuevas caras llamadas a conseguir el 18º título: Kristaps Porzingis y Jrue Holiday. 

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La llegada de este último va a significar un cambio de paradigma considerable. En toda la historia Celtic tan solo dos jugadores han conseguido promediar más de 18 puntos, 6 rebotes y 1,5 robos. Uno fue Kyrie Irving en 2019, con no muy buen desenlace, y el otro Larry Bird, quien lo logró hasta en seis ocasiones diferentes. Esos guarismos son los promedios que ha registrado Jrue Holiday a su paso por los Milwaukee Bucks en estas tres últimas campañas.

Números que anticipan lo inédito de un perfil como el del ex de UCLA en Boston. Un jugador capaz de anotar a placer, como bien refleja su 39,5% en triples y 55% de dos, pero también defender a un altísimo nivel, terminando entre los mejores quintetos defensivos en las tres últimas temporadas (2 veces en el 1º). 

Jrue Holiday está llamado a ser quien culmine la obra de Brad Stevens en los Boston Celtics y deje aflorar el potencial al completo de Jayson Tatum como gran estrella verde.

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Elevar el suelo defensivo

Jrue Holiday Milwaukee Bucks
(Getty Images)

Si hubo algo que se echó en falta en la última temporada de los Celtics eso fue una mejor versión defensiva, especialmente de su primera línea. El alto ritmo que demandaba el sistema ofensivo incrementaba el margen de error en el otro costado al aumentar el número de situaciones en transición. Una circunstancia que puso en una situación nada agradable a los dos encargados de comandar el trabajo atrás como eran Marcus Smart y Malcolm Brogdon.

Si bien el primero es un magnífico defensor, sus habilidades destacan más a media cancha y en un sistema donde no necesariamente es la pieza central del entramado. Es decir, es un buen defensor que se convierte en élite si el contexto lo acompaña. Mientras, el segundo, destaca más en situaciones colectivas y flaquea en las individuales por un déficit físico.

Jrue Holiday ha venido para dejar atrás ambas limitaciones y convertirlas en puntos fuertes.

Jugador Percentil en defensa del bloqueo directo Percentil en defensa de aclarados
Marcus Smart 57 15
Malcolm Brogdon 73 18
Jrue Holiday 66 68

Hay pocos jugadores en la actualidad capaces de ocupar percentiles por encima del 60 tanto en defensa del aclarado como del bloqueo directo. Concretamente tres, Quentin Grimes, Jaden McDaniels y Jrue Holiday. La mezcla de trabajo individual como de situaciones colectivas es justo aquello que les ha faltado a los verdes en esta última campaña. Una incorporación que alcanzará su cima en los Playoffs, cuando Boston tenga que medirse a los Bucks de Damian Lillard, a Jimmy Butler y Miami Heat o a los Cavaliers de Donovan Mitchell. 

Su desembarco no garantiza el anillo, pero sí es un paso en firme por resolver algunos de los problemas que le costaron a los Celtics la eliminación en 2022 y 2023.

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Reforzar la identidad y estilo de Joe Mazzulla

Jrue Holiday
(NBAE via Getty Images)

Brad Stevens ha dejado claro que su confianza en Joe Mazzulla es plena. Y, en consecuencia, ha movido ficha para adaptar el equipo a la filosofía y modo de entender el juego de su técnico. Para acometer este objetivo era necesario flexibilizar los quintetos, abrir la cancha y darle un dinamismo que ni Smart, ni Williams, ni Brogdon eran capaces de ofrecer.

Mazzulla, pese a su inexperiencia, ha demostrado tener algo muy valioso, como es la habilidad de construir sistemas ofensivos rápidos, abiertos y, sobre todo, eficientes. La sencillez tiende a ser sumamente criticada en el momento en el que no consigue imponerse al resto, pero muchas veces es el modo de juego más complicado que existe al más alto nivel. Los Celtics del pasado curso fueron capaces de desplegar tal dominio en ataque gracias a la construcción de un ecosistema tan transparente como irreproducible en otro contexto. 

Jrue Holiday posee la particularidad de ser capaz de poner el balón en el suelo, dividir la defensa y anotar o seguir moviendo la bola (54,2% TC en drives), al mismo tiempo que sabe funcionar como un mero ejecutor en el lanzamiento (45,4% en triples en catch&shoot).

El traspaso por Holiday, como especialmente el desembarco de Kristaps Porzingis, deberían reforzar esa manera tan particular de Mazzulla de entender este deporte y el contexto que atraviesa el juego. Al incidir tanto en los formatos abiertos y versátiles a nivel ofensivo los Celtics están en mejor disposición no ya de ganar el Este, sino de poner en serios aprietos a otros contenders como Nuggets, Warriors, Suns o Clippers. 

Un base fiable, al fin

Jrue Holiday Milwaukee Bucks
(NBA Entertainment)

Pese a los buenos números que dejó Brogdon y al gran 2022 de Smart como único base se puede afirmar que las sensaciones con ambos no fueron las mejores. Los problemas de uno y las limitaciones de otro chocaban con la realidad de las dos estrellas del equipo, que en muchos momentos necesitaban de un director de juego que agarrase el timón y ordenase calma. En la última década de los Celtics cada uno de los equipos ha echado de menos un base tradicional, un point-guard a quien acudir, un gestor de los ataques en todo su esplendor.

Jrue Holiday es ese perfil y ha de culminar aquello que sus predecesores no han podido.

Contar con dos exteriores del calibre de Tatum y Brown es un lujo, pero también una responsabilidad. Pedirles que den un paso adelante como creadores de juego es algo natural en sus respectivas evoluciones, no tanto exigirles que todo el peso de la dirección recaiga sobre sus hombros. Un problema que Boston lleva arrastrando desde 2021, cuando el experimento Kemba Walker no terminó de salir bien. 

Holiday viene para gestionar mejor el talento de los Jays, el eslabón que faltaba en el proyecto verde y que debería hacer que ambas estrellas puedan llegar a los cierres de partido en mejores condiciones físicas y de concentración para sellar el triunfo. 

Sobre el papel no se ha ganado nunca ningún partido ni campeonato, pero sí se han puesto las bases para alcanzar la gloria y los Boston Celtics han dado todos los pasos necesarios para levantar el Larry O'Brien el próximo mes de junio.

Sergio Rabinal

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Sergio es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News. Desde 2018 desempeña las funciones de productor senior de contenido NBA. A lo largo de ese tiempo ha cubierto dos All-Stars, Basketball Without Borders y el NBA Paris Game, así como otros eventos. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.