La carrera de Jonathan Isaac no está siguiendo el camino que apuntaba en el momento que fue elegido con el pick número 6 en el Draft de 2017 por Orlando Magic. Su perfil era de alero moderno más que preparado para los retos de la NBA contemporánea, pues se trataba de un jugador ágil, de brazos largos y con unas aptitudes defensivas que le permitían emparejarse con figuras muy dispares. Tras un complicado año de novato, el 2019 supuso un considerable salto adelante en su trayectoria, dejando buenas sensaciones bajo la dirección de Steve Clifford y confirmando el gran prospecto que los de Florida tenían en sus manos.
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Sin embargo, la fortuna abandonó a Isaac tan pronto como comenzó el año 2020, cuando a los 2 minutos de entrar en cancha ante los Wizards sufrió una lesión en la esquina lateral posterior y una contusión ósea medial de su rodilla izquierda, que le forzaría a perderse lo que restaba de temporada. La suspensión de la misma en el mes de marzo le otorgó a Isaac una nueva oportunidad, pudiendo regresar 7 meses después en Disney con tan mala suerte que tras dos partidos en la burbuja volvió a experimentar un doloroso contratiempo que se tradujo en la rotura del ligamento anterior cruzado, afectando también al cartílago del menisco de su rodilla izquierda.
A pesar de esta serie de catastróficas desdichas, el alero de Orlando Magic no pierde en absoluto la esperanza de poder volver más pronto que tarde a las canchas, sin que estos infortunios lo minen lo más mínimo en su meta de tener una carrera larga y exitosa en la NBA.
Así lo ha expresado en su primera entrevista tras la lesión con The Athletic, donde dijo que “todavía tengo esperanza. Todavía tengo un propósito. Todavía tengo un trabajo al que voy y me ocupo de mis asuntos. Pero definitivamente ha sido mi fe lo que me ha animado y me ha mantenido en marcha, y las personas de las que me he rodeado y me mantienen en alto", aseguró el jugador.
"Realmente no tengo ninguna queja sobre mi proceso de rehabilitación", continuaba. "Siento que mi proceso de rehabilitación hasta ahora ha sido insuperable en términos de superarlo y mi forma de pensar en simplemente afrontarlo. No me he venido abajo. No me he enfadado. Me lo estoy tomando con calma y avanzo y creo y sé que Dios tiene más para mí, y esto es solo un proceso. Esto es parte del viaje".
Isaac es un jugador con unas fuertes convicciones religiosas, una fe, que según él, lo ha mantenido en todo este tramo, ayudándolo a afrontar la dureza y la dificultad que entraña una lesión para finalmente poder llegar a un punto en el que esté en disposición de volver a jugar.
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En el momento de su segunda lesión surgió un intenso debate al respecto de si este había regresado antes de tiempo con el Magic, ya que la recaída había sido considerablemente dura y podía condicionar el resto de su carrera. Para Isaac no hay espacio para el arrepentimiento o para cuestionar la decisión de su temprana vuelta.
"En retrospectiva, no, no creo que regresase demasiado pronto", dijo Isaac. “Realmente estaba listo para volver. No tenía ninguna duda sobre dónde estaba en términos de movimiento o juego. Quiero decir, puedes ver los clips de cuando estaba jugando, estaba bien. Estaba en gran forma. Creo que estaba saltando más alto que en toda mi carrera. Así que no me arrepiento de volver ni del momento en que lo hice. Confié en el personal y tomamos una decisión: estoy listo para jugar. Fue mi decisión al final del día, y la seguí. Y me alegro de haberlo hecho".
La rehabilitación de la actual lesión del jugador del Magic podría requerirle detener su actividad competitiva durante muy posiblemente una temporada completa por la necesidad de reforzar la articulación y evitar mayores complicaciones.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.
