La historia de Ja Morant se ha caracterizado por estar lejos de los principales focos. En su etapa de instituto no logró formar parte de los principales ránkings que la prensa confecciona para recopilar a los mejores jugadores de High School. En aquel momento inicial la carrera del base de South Carolina parecía ir encaminada a ser la de muchos otros: un jugador con capacidades atléticas notables pero que pasa inadvertido en un escenario mayor.
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Así, Morant terminó comprometiéndose con la pequeña Murray State, donde, hasta su llegada, el jugador más famoso a nivel profesional había sido Joe Fulks, estrella en los orígenes de la BAA con los Warriors, seguido de Popeye Jones. No obstante, en su primer año en la NCAA ya demostró estar en disposición de convertirse en un auténtico fenómeno. 16 puntos y 5 asistencias en su segundo partido, logrando un triple-doble en su duodécimo encuentro y llegando a un pico de 23 tantos en la última fase del curso. Todo eso era un síntoma de que el base progresaba, y lo hacía a pasos agigantados.
Su segundo año sería el de explosión.
Hasta que Ja Morant consiguió un triple-doble ante la sólida Marquette en el March Madness, el único guardia que había logrado algo similar en el siglo XXI había sido Dwyane Wade en 2003. Y habría que remontarse a 1998 para encontrar otro ejemplo con Andre Miller. Sin ir más lejos, este hito estadístico tan solo ha sido alcanzado por siete guardias en toda la historia del torneo nacional, entre ellos Magic Johnson y Oscar Robertson. Su confirmación como sophomore vino de la mano de un paso adelante como anotador y creador de juego, pasando de 12,7 a 24,5 puntos, y de 6,3 a 10,0 asistencias de media.
Suficiente para colocarse en lo alto de todas las predicciones para el Draft. Uno en el que la gran estrella iba a ser Zion Williamson.
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Memphis Grizzlies asomaba las orejas de su reconstrucción después de poner fin a uno de los proyectos más sólidos de la última década, siendo el fin tanto de Marc Gasol como de Mike Conley en la organización. En busca de una nueva dupla interior-exterior que encajase en su idea de futuro decidieron que la mejor manera de llevarlo a cabo era elegir a Ja Morant con su pick número 2, para unirlo al prometedor Jaren Jackson Jr.
Pocos pensaban que quien verdaderamente iba a terminar convirtiéndose en el líder la franquicia y el mejor jugador actualmente del Draft de 2019 iba a ser Morant.
Pasos de gigante
"Tengo la habilidad no solo de hacer grandes jugadas para mí, sino también para mis compañeros. Trato de darlo todo y de realizar un juego completo para hacer lo que sea necesario para ayudar a mi equipo a ganar".
Así se expresaba el base en la previa a su Draft, una declaración de intenciones que tardaría poco en confirmar, impulsado por el desarrollo de una cultura a cargo de un técnico novel, Taylor Jenkins. Su desembarco en la NBA en la 2019-2020 estuvo marcado por una constante demostración de que se trataba de un jugador especial. Actuaciones descomunales para un novato de su tamaño y estilo y que parecían haber encajado a la perfección en el profesionalismo, hasta el punto de rozar los 18 puntos de media con un 47,7% de acierto de cara al aro. Números que pueden parecer comunes, pero que desde el 2000 ningún base había logrado, siendo un terreno exclusivo de interiores.
Todo ello a lo que sumar acciones increíbles como estas:
Algunos quisieron ver en su segunda campaña un paso atrás, fundamentalmente porque sus registros estadísticos no experimentaron una gran mejoría y su acierto decayó un poco. Nada más lejos de la realidad, pues este relativo estancamiento fue el precio a pagar por haberse ganado el respeto de la competición, comenzando a recibir defensas cada vez más agresivas y debiendo cargar con un mayor peso dentro del grupo.
Todas esas dudas quedaron a un lado en el momento en el que certificó la clasificación para los Playoffs de los Grizzlies, lugar que no pisaban desde la 2016-2017. Su debut en la postemporada quedó para la historia, sumando 26 puntos en su debut y logrando la victoria ante Utah Jazz, a lo que le siguieron 47 tantos en el Juego 2, el más joven en lograr una anotación semejante en estas instancias del curso. Había nacido una estrella y se había confirmado en el mejor escenario posible.
Una 2021-2022 de confirmación
"El mensaje que tengo para mí mismo siempre es: si no crees en tí mismo, ¿quién lo hará? Cada vez que salto a la cancha siempre tengo confianza en mí mismo. No tengo miedo de nadie. Salgo ahí fuera y juego con confianza". Las palabras que expresó tras tomar ventaja de 1-0 sobre el Jazz en los pasados Playoffs eran propias de alguien con una fuerte convicción de sus habilidades, consciente de lo que es capaz, pero también de la responsabilidad que eso conlleva. Aquella derrota, finalmente por 4-1, sentó mal en el espíritu competitivo de Morant.
Llegar a Playoffs estaba bien, pero caer a las primeras de cambio pese al gran nivel del oponente no entraba en sus planes, no por necedad, sino por ambición. Quería más.
Por eso trabajó. Invirtió todo su verano en pulir su juego, en prepararse mental y físicamente para el gran objetivo que tenía delante como era llevar a Memphis al siguiente nivel, y de paso ganarse el respeto de la liga.
Los Grizzlies comenzaron la actual campaña a todo ritmo, ganando seis de sus primeros diez encuentros al mismo tiempo que Morant emergía como una súperestrella con 26,0 puntos y 7,2 asistencias de media, así como elevando nuevamente sus promedios de acierto. El equipo funcionaba y lo hacía con una estructura idéntica al pasado: creyendo en su potencial defensivo y dejando en manos del base los designios del ataque.
“Siento que el talento siempre estuvo ahí", dijo el jugador de 22 años sobre el proyecto recientemente. "Mi forma de pensar cuando vine aquí no era volver a elegir a otro jugador en la Lotería del Draft al año siguiente. Venía aquí para ganar, y pude hacer eso mis primeros dos años, básicamente delineándolo en mi primera temporada y siendo realidad en la segunda. Todavía no estoy satisfecho. Quiero ir más lejos. Quiero un campeonato".
Sus altas expectativas chocaron de frente en el momento que se lesionó la rodilla izquierda a mediados de noviembre, perdiéndose los siguientes once encuentros. Sin embargo, a su vuelta, retomó las cosas justo donde las había dejado hasta el punto de promediar 27,9 puntos, 6,0 rebotes, 6,4 asistencias, 53,3% en tiros de campo y 55,6% en triples desde que regresó hace ocho partidos.
Con la votación para el All-Star Game de 2022 abierta, Morant ocupa el tercer lugar entre los guards de máximos anotadores, el octavo en asistencias, tercero en porcentaje de acierto en tiros de campo y cuarto en triples. Todo ello para firmar unos números que lo llevarían a ser el cuarto jugador en la historia de toda la NBA en terminar con más de 25 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y un 40% en triples junto a LeBron James, Stephen Curry y Larry Bird.
Si nada extraño sucede, Ja Morant debería estar en el próximo partido de las estrellas de Cleveland, lo que lo convertiría en el jugador más joven de Memphis Grizzlies en conseguir este reconocimiento. Solo queda saber cómo lo hará, si siendo titular o suplente. Algo que está en mano de los aficionados, los cuales tienen el poder del voto.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.