La imposible historia de Max Strus: de una lesión crítica a ser titular en Miami Heat

Sergio Rabinal

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"El sobrenombre del juego en la NBA son las oportunidades y la ventaja que puedas sacar de ellas te llevará más o menos lejos en esta liga. Así que cuando esa ocasión se presenta debes estar listo". Esta reflexión, que podría ocupar un lugar privilegiado en todos los gimnasios de entrenamiento, en todas las salas de pesas y en todos los vestuarios de la liga, fue enunciada por Max Strus en una entrevista con Basketball News.

Una frase que sintetiza a la perfección la clave en una competición tan dura y, al mismo tiempo tan abierta al cambio, como la NBA en donde los roles suelen estar muy marcados pero donde un par de noches buenas pueden haciar romper los esquemas previos.

La historia en esta la liga está escrita con la letra de las estrellas, pero quienes verdaderamente han puesto los cimientos y han sostenido a lo largo de los años a los equipos han sido los secundarios. Estos anónimos que acaban por pasar sin mayor impacto en la memoria colectiva que un nombre vagamente recordado dan sentido a los grupos humanos que conforman y hacen posible que los principales jugadores destaquen por encima del resto.

En ocasiones son aquellos más centrados en la defensa, o en el tiro exterior, o en cuestiones más ingratas como ejercer de facilitadores ofensivos en secuencias interminables, el qué es lo de menos pues lo verdaderamente importante es el cómo y su huella en el colectivo. 

Los secundarios, sobre todo los que están comenzando su carrera, viven en un estado perpetuo de incertidumbre. Contratos cortos, algunos parcialmente garantizados, inestabilidad en los minutos y muchos de ellos como parches en caso de lesión o enfermedad. Más difícil que llegar es mantenerse en una NBA en la que no hay atajos ni caminos rápidos, y en donde el momento es clave para asentarse en la máxima competición. 

Historias de perfectos anónimos que han alcanzado la primera plana ha habido cientos y Miami Heat ha sido uno de los lugares donde más se han concentrado estos casos. Después de la explosión de Duncan Robinson como el nuevo tirador de élite le ha llegado el turno a otro perfecto desconocido como Max Strus cuya historia vital con este deporte debería haberle alejado de las canchas hace ya bastante tiempo. 

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Criado en uno de los suburbios de Chicago, Hickory Hills, el panorama a futuro de Strus de cara a cumplir su sueño de ser profesional no era muy alentador. Su instituto era demasiado pequeño como que pudiera destacar lo suficiente pese a que talento le sobraba, razón por la que recibió varios premios individuales en su región. La proyección de este alero era de División I de NCAA, algo fundamentado en su capacidad anotadora, pero en lugar de buscar el escenario competitivo de mayor calidad esté optó por un camino alternativo: la Universidad Lewis de División II.

Strus conocía bien el sitio pues su hermano Marty había pasado por sus filas tiempo atrás, el problema era que solo la Chicago State University le había ofrecido una beca de primer nivel y sus opciones de brillar ahí eran reducidas. En las dos temporadas que el alero pasó en Lewis le sirvieron para explotar su faceta como triplista hasta el punto de anotar 52 puntos en 12 de 14 triples en un único encuentro. Aquel rendimiento llamó la atención de la vecina DePaul, la cual le ofreció un puesto en el equipo de DI y este pidió el transfer.

Con esa experiencia a sus espaldas Strus tuvo dos años tremendos en DePaul que le valieron para ser considerado como un jugador interesante de cara al Draft de 2019, pero la fortuna tenía otros planes para él.

El de Illinois no solo no fue elegido, sino que tras firmar un contrato con Boston Celtics fue cortado antes del inicio del curso tras haber completado con ellos la Summer League y la pretemporada. Y ahí no acabó la cosa pues después de ir alternando su presencia con los Bulls y su afiliado de la G-League, Strus sufrió una grave lesión en el ligamento anterior cruzado de una de sus rodillas. 

Sin haber demostrado nada, lejos de cualquier foco de atención y con un par de partidos en la NBA el camino de Max Strus en la liga parecía tener los días contados, sobre todo por lo mal que fue la rehabilitación. 

“Honestamente, estaba muy asustado y no sabía hacia dónde iba a ir mi carrera cuando me lesioné”, dijo el jugador en DIME. “Nunca sabes con una lesión como esta cómo vas a volver. Y afortunadamente, me encontré con las personas adecuadas, los entrenadores adecuados y el personal que se ocupó de mi rodilla, y entrenadores de fuerza y todo lo demás que me ayudaron a volver a donde estaba antes. Cuando no estás establecido en la NBA, es difícil hacerte un nombre y tener oportunidades”.

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NBA Getty Images / The Sporting News

Tras pasar un año en blanco Miami Heat apareció de la nada para ofrecerle una oportunidad de completar el equipo de cara a la temporada 2020-2021. En un mundo incierto y con el COVID-19 todavía descontrolado, Max Strus se lanzó de lleno al horizonte de esperanza que ofrecía el equipo de Florida. "Tuve suerte de que Miami Heat me diera una oportunidad", reflexionaba en HoopsHype. "Realmente era todo lo que tenía, así que tuve que lanzarme a ello y aprovecharlo. Hubo muchas incógnitas durante el proceso de rehabilitación, tratando de regresar y volver a la normalidad".

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Aquel curso en donde ejerció más como parche que como jugador fue el inicio de todo, pero no fue hasta la Summer League de 2021 cuando Miami Heat se dio cuenta de que tenía el siguiente Duncan Robinson en sus filas. Una liga de verano en la que promedió más de 20 puntos con un 40% de acierto en triples y donde las sensación fue de que podía convertirse en un jugador clave para una temporada ilusionante para los de Spoelstra. No obstante, eso era solo el principio, a Strus le quedaba mucho por aprender pero había quedado claro que tenía el potencial de ser un jugador NBA de pleno derecho

"La Summer League fue más como una experiencia de aprendizaje y algo para aumentar tu confianza, pero la NBA es un animal completamente diferente", contó recientemente.

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Durante mucho tiempo Erik Spoelstra y toda la gerencia de Miami se han caracterizado por sacar agua de las piedras, es decir, explotar al máximo el potencial de cada jugador y elevarlos a su mejor versión posible.

Un clima que es consecuencia del gran trabajo del equipo técnico y de desarrollo de la organización y cuya mejor ejemplo ha sido Duncan Robinson. El camino del tirador abrió la veda para que más historias como la suya fuesen posibles y sirvió de motivación, en concreto, para Max Strus que ha encontrado en su compañero un modelo a seguir. Incluso aunque sus roles sean muy parecidos.

"Duncan y yo tenemos una historia similar, y venimos de donde venimos", contó en Basketball News. "Aprovechas cualquier oportunidad que puedas para estar en esta liga. Entonces, la forma en que emergió a lo largo de su carrrera obviamente me ayudó, y me ayudó a guiarme en ese camino. ¿Quiero estar donde él está? Obviamente, sí. Él hace todo lo que quiero hacer. Pero creo que tenemos muchas similitudes y muchas diferencias en nuestros juegos. Así que creo que tengo la capacidad de ser ese tipo de persona y jugar esos minutos".

Max Strus

En las temporadas que el alero lleva en Florida se ha vuelto un indispensable para el grupo, no solo por su aporte en cancha, sino también por el buen clima y ambiente que genera en el vestuario. En concreto ha establecido una relación más que especial con Jimmy Butler y ambos son uña y carne. Strus creció como aficionado a los Bulls y sus últimos momentos como jugador de instituto fueron con Butler como pieza clave de aquella franquicia. Eso, unido a la concienzuda ética de trabajo del tirador le convirtieron rápidamente en uno de los favoritos de la estrella.

A lo largo de este tiempo los dos han confeccionado un saludo propio antes de iniciar cada partido y que se ha convertido en la mejor prueba de su buena relación. 

“Ambos somos un poco sarcásticos, así que creo que nuestras personalidades se mezclan bien. Obviamente, no hay nada significativo detrás de eso", reconoció el jugador al Miami Herald.

"No me preguntes por Max. No lo hagas”, bromeó al respecto Butler. “Porque te voy a decir la verdad. Simplemente apesta, así que la gente lo deja abierto. [Erik Spoelstra] siempre dice que se la pasemos a Max, que está completamente abierto".

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El recorrido de Max Strus para llegar a este punto no ha sido nada fácil. Anonimato, lesiones y mucho trabajo en las sombras son el resumen de otro éxito de la cultura Heat. Es imposible adivinar o tratar de predecir cuál será la siguiente etapa en la carrera del tirador, pero es innegable que hasta este punto hay pocas historias que se le parezcan.

“Solo estoy aquí para hacer lo que nuestro equipo necesite. Tenemos tres superestrellas en nuestro equipo, así que solo tengo que encontrar formas de ayudar a ganar, sea lo que sea, todas las noches".

Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.

Sergio Rabinal

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Sergio es productor de contenido en las ediciones en español de The Sporting News. Desde 2018 desempeña las funciones de productor senior de contenido NBA. A lo largo de ese tiempo ha cubierto dos All-Stars, Basketball Without Borders y el NBA Paris Game, así como otros eventos. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad.