Asentarse en la NBA no es tarea fácil, más cuando uno no cuenta con un físico privilegiado, una técnica depurada, ni es un tirador contrastado. Este tipo de jugadores son los que realmente definen la liga, aquellos que conforman la clase media, el grueso de la población de la competición. Para ellos, como método de supervivencia, la clave reside en encontrar un nicho, una pequeña parcela desde la que crecer, en la que asentarse y volverse imprescindible para el equipo en el que militen en ese preciso momento.
Jae Crowder es uno de estos jugadores que definen una época. Un perfil que por sus características físicas, aptitudes y desempeño en cancha solo tendría sentido en el contexto actual del juego. Con un campo cada vez más abierto, defensas tendentes al cambio, roles muy marcados en la ejecución ofensiva... Como un híbrido entre el alero y el ala pivote, algo tan típico de la actual era, el jugador de los Phoenix Suns ha acostumbrado a volverse un imprescindible para el entrenador de todo conjunto en el que haya recalado, especialmente en los últimos años.
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Es en todo aquello que no tiene que ver directamente con el baloncesto en lo que Crowder ha acabado por encontrar su nicho. Como un enforcer moderno, el exterior se ha labrado una reputación de fiero competidor y un hueso muy duro de roer, el típico rival que no quieres tener nunca enfrente cuando llegan los Playoffs. Sobre todo por su lengua larga a la hora de usar el trash talk como mecanismo para desconcentrar al oponente.
"Es algo que viene a mí, no lo busco. Los otros equipos tratan de ser físicos conmigo, tratan de hacerme enfadar. No sé si lo saben, pero me gusta ese estilo de juego. Me gusta el trash talk. Me gusta todo eso porque definitivamente me pone en marcha, y creo que mi equipo definitivamente se alimenta un poco de la energía que genera”, contó el veterano al New York Times hace un tiempo.
Esto le ha llevado a dejar imágenes memorables, una de las más recientes durante la eliminatoria ante los Lakers donde trató de desconcentrar a LeBron James:
Jae Crowder got tossed for this salsa move in front of LeBron 👀🕺 pic.twitter.com/Em1ol1YKJ6
— NBA on ESPN (@ESPNNBA) June 4, 2021
Crowder es un trotamundos del baloncesto. 7 equipos diferentes en 9 temporadas dan para mucho, sobre todo para conocer bien cómo funciona la NBA, dentro y fuera de la cancha, saber cuál es su sitio y cómo ganárselo al llegar a un destino nuevo.
Su carrera en la liga comenzó a definirse incluso mucho antes de desembarcar en los Dallas Mavericks. En junio de 2009 los New Orleans Hornets traspasaron su Segunda Ronda de 2012 al Miami Heat a cambio de Marcus Thornton. Un año más tarde la franquicia de Florida volvió a mover ese pick en el sign&trade que hizo posible la firma de LeBron James desde los Cleveland Cavaliers. Allí permanecería esa Segunda Ronda de 2012 hasta el momento del Draft cuando fue seleccionado en el puesto 34, pero rápidamente fue movido a los Dallas Mavericks junto a Jared Cunningham y Bernard James a cambio de Kelenna Azubuike yTyler Zeller.
Sin haber puesto todavía un pie en la NBA, Crowder ya había sido protagonista indirecto de 3 traspasos, algo que ilustra a la perfección el camino de Crowder, quien en cualquier otro contexto podría haberse convertido en un jugador más de rotación, pero que a base de trabajo e intangibles logró encontrar su hueco.
Aunque Dallas en un primer momento pareció apostar por el alero como una figura relevante en su segunda unidad, el punto intermedio en el que se encontraba el proyecto no le permitió asentarse del todo en el equipo. Para su segunda temporada, en 2014, estaba claro que el tiempo de Crowder en Texas tenía los días contados, pasando varios tramos por la G-League y bajando considerablemente su minutaje. Fue entonces cuando un traspaso cambió su carrera para siempre, viéndose implicado en el movimiento de los Boston Celtics por Rajon Rondo.
En la ciudad verde encontró el lugar idóneo para dar rienda suelta a su personalidad, entendiéndose a la perfección con Brad Stevens que le sacó un enorme partido como defensor y dio pasos adelante en su progresión como tirador. Aquí vivió su explosión y confirmación como jugador, incrementando sus registros individuales y asentándose definitivamente en la NBA como un potencial 3&D. Su papel en los Celtics de 2017, los cuales llegaron a sus primeras Finales de Conferencia desde 2012, fue más que vital, logrando irse hasta los 13,6 puntos, 6,4 rebotes, 1,1 robos y 35% en triples.
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Pero, de nuevo, un traspaso se cruzó en su camino. En concreto el de Kyrie Irving a los Celtics, lo que supuso un nuevo comenzar, esta vez en Cleveland Cavaliers junto a LeBron James, cerrando así el círculo iniciado en 2010. Una experiencia en Ohio que no duraría mucho. El irregular rendimiento del grupo tras la salida de Irving y los fallidos fichajes de Thomas y Rose llevaron a la franquicia a moverse para reforzar la plantilla, enviando a Crowder rumbo a Utah Jazz.
El fit en el sistema de Quin Snyder parecía ideal, muy en la línea de su etapa en Boston, pero su verdadero uso vendría en Playoffs, donde Crowder siempre ha sabido destacarse. En Salt Lake City asumió el rol de 3&D a la perfección pese a que sus promedios no fueron muy destacados desde la larga distancia (33%), pero fue el tercer jugador por detrás de Rudy Gobert y Donovan Mitchell con más Defensive Win Shares de la plantilla (0,4).
Al año siguiente, durante la campaña 2018-19, el alero tuvo una de sus temporadas individuales menos notables, fruto de la irregularidad del grupo, bajando a un 39% en tiros de campo en Fase Regular y un 37% en Playoffs. El Jazz cayó en Primera Ronda y la gerencia movió ficha, haciéndose con Mike Conley a cambio de un lote de jugadores, entre ellos Crowder.
Fue en la 2019-2020 donde su perfil volvió a recobrar sentido y revalorizarse, especialmente después de que Miami Heat se hiciera con él al borde del final del mercado de traspasos. En Florida el alero se liberó de todo el peso con el que cargaba, encontrándose en un sistema que potenciaba a la perfección sus habilidades ofensivas como lanzador tras pase y espaciador a la media pista, además de convertirle en punta de lanza de la defensa junto a Bam Adebayo y Jimmy Butler. Su rendimiento en la burbuja y durante los Playoffs donde Miami llegó hasta las Finales le hizo convertirse en uno de los Agentes Libres más cotizados del mercado, firmando entonces con unos Phoenix Suns que aspiraban a volver a la postemporada 10 años después.
Esa decisión, que en aquel momento fue vista como un movimiento lógico aunque arriesgado por los 29 millones a 3 años que los Suns le dieron a un jugador con un 41% en tiros de campo y un 35% en triples de media en su carrera, tiempo más tarde ha acabado por convertirse en todo un acierto.
"Parezco un genio, sé que se me ve un poco como un genio con mi decisión", bromeó Crowder sobre el hecho de haber firmado con Phoenix cuando llevaban tanto tiempos lejos de la parte de arriba. “Cuando tomé la decisión, deberías haber visto cuántos mensajes de texto recibí como: ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué vas a Phoenix? No han llegado a los Playoffs en 10 años. Siento que sabía qué tipo de grupo eran estos muchachos. Sentí que tenían hambre, querían hacer algunas cosas especiales y yo solo quería ser parte de eso".
Los jugadores de rol son tan importantes o más en ocasiones que algunas estrellas. Su labor en las largas carreras de postemporada suele ser infravalorado, pero tienden a sostener al resto del grupo gracias a su defensa, trabajo entre bastidores y como pegamento del grupo. En ese sentido, Jae Crowder ha vuelto a demostrar que la veteranía y la entrega son valores que siempre cotizan al alza y que obtienen su rédito en el momento clave de la temporada.
Phoenix Suns jugará próximamente sus primeras Finales en prácticamente tres décadas siendo Crowder su único jugador en plantel con experiencia previa en las series por el anillo, una anécdota más para una postemporada impredecible.
Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.